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¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia? Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores …Más
¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia?

Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,18-20). "Cada uno de los obispos, por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares" (LG 23). Como tales ejercen "su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada" (LG 23), asistidos por los presbíteros y los diáconos. Pero, como miembros del colegio episcopal, cada uno de ellos participa de la solicitud por todas las Iglesias (cf. CD 3), que ejercen primeramente "dirigiendo bien su propia Iglesia, como porción de la Iglesia universal", contribuyen eficazmente "al Bien de todo el Cuerpo místico que es también el Cuerpo de las Iglesias" (LG 23). Esta solicitud se extenderá particularmente a los pobres (cf. Ga 2, 10), a los perseguidos por la fe y a los misioneros que trabajan por toda la tierra.

La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal ( Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: "No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17,20-21) . Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que es apostólica(heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19), por eso la llamamos romana, porque es dirigida por los sucesores de San Pedro, que fijaron su residencia en Roma.

. ¿Qué es la Apostasía?

La apostasía es un horrible pecado, de una persona que habiendo sido creyente en Cristo y bautizado en su única Iglesia, después de abrazar la fe en el Señor, se eche atrás y reniegue de la fe en Cristo y su santa Iglesia, sobre lo que el Señor nos alerta: "Dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.» (Lucas 9,62). Por eso debemos perseverar en nuestra fe católica en Cristo encarnado, crucificado y resucitado, librarnos de todo engaño, revisando todo lo que la Santa Biblia dice respecto a cada tema, para no equivocar o torcer, el sentido del Libro Sagrado, no vasta con proclamar que Cristo sea nuestro único y suficiente salvador; el Reino de los cielos es para los que hagamos con perseverancia la voluntad de Dios; “El cual, dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna” (Romanos 2,7) pues las referencias Bíblicas, hay que entenderlas según su contexto, atentos y cuidadosos como lo manda la Biblia: "¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo" (Hebreos 3,12). «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mateo 7,21). “Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”. (Lucas 21,19)
¿
Cristo si Iglesia no? ¿Qué Importancia tiene la Iglesia?

La Iglesia es importante para los verdaderos discípulos del Señor Jesús, por ser una institución requerida, instituida y organizada por la voluntad de Dios.

Al cuestionamiento de algunos sectarios diciendo que solo Cristo es necesario y la Iglesia no, porque se tiene la opción de una relación personal con Dios; les responde el Señor edificando una sola Iglesia "…
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia …" (Mateo 16,18), dando poder a la única Iglesia, que es importante porque es el Cuerpo Místico del verdadero salvador, "… Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo" (Efesios 5,23). La Iglesia si es de radical importancia porque "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28).

Aunque dolorosamente la Iglesia es despreciada por algunas personas, es la amada del Jesucristo bíblico, "… Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada" (Efesios 5,25-27), quién le da el poder y la comisión de evangelizar, distribuir las gracias; de ser maestra y pastora de toda la creación: «Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo" (Hechos 20,28), y a la cual le garantizó la victoria "…edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella …" (Mateo 16,18). Todos los creyentes en Cristo debemos creer y obedecer a la Iglesia, porque Jesús dijo: "En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida" (Juan 5,24) Y luego añade a los miembros de su Iglesia: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» ( Lucas 10,16) por tanto quienes rechazan a la Iglesia rechazan a quién la edificó, y adquirió con su Divina Sangre, a quién diariamente nos advierte: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. (Mateo 7,21)


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Mensajero Mariano
Papa después de rezar el ángelus: "Un mundo donde las mujeres son maginadas es un mundo estéril"
Después de rezar el Ángelus del III domingo de Cuaresma, el Papa Francisco, dirigió unas palabras a las mujeres en el día internacional de la Mujer Trabajadora. En el vídeo se escucha y visualiza este fragmento, cuyo texto es el siguiente:
Hoy, 8 de marzo, ¡un saludo a todas las mujeres! A todas las …Más
Papa después de rezar el ángelus: "Un mundo donde las mujeres son maginadas es un mundo estéril"

Después de rezar el Ángelus del III domingo de Cuaresma, el Papa Francisco, dirigió unas palabras a las mujeres en el día internacional de la Mujer Trabajadora. En el vídeo se escucha y visualiza este fragmento, cuyo texto es el siguiente:

Hoy, 8 de marzo, ¡un saludo a todas las mujeres! A todas las mujeres que cada día tratan de construir una sociedad más humana y acogedora. Y también un gracias fraterno a las que de mil maneras testimonian el Evangelio y trabajan en la Iglesia. Y ésta es para nosotros una ocasión para reafirmar la importancia y la necesidad de su presencia en la vida. Un mundo donde las mujeres son maginadas es un mundo estéril, porque las mujeres no sólo traen la vida sino que nos transmiten la capacidad de ver más allá – ven más allá de ellas –, nos transmiten la capacidad de entender el mundo con ojos diversos, sentir las cosas con corazón más creativo, más paciente, más tierno. ¡Una oración y una bendición especial para las mujeres aquí presentes en la Plaza y para todas las mujeres! ¡Un saludo!

A todos deseo feliz domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
Mensajero Mariano
¿Porque el Antiguo Testamento para los Católicos tiene siete libros más que las versiones de las Sectas Protestantes?
Porque los mismos concilios de Obispos de Cristo de todas la naciones, que canonizaron (nombraron santo) a los libros del Nuevo Testamento, también con toda autoridad canonizaron esos siete libros (Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría) dentro …Más
¿Porque el Antiguo Testamento para los Católicos tiene siete libros más que las versiones de las Sectas Protestantes?

Porque los mismos concilios de Obispos de Cristo de todas la naciones, que canonizaron (nombraron santo) a los libros del Nuevo Testamento, también con toda autoridad canonizaron esos siete libros (Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría) dentro los 46 libros Antiguo Testamento, además estos libros se encuentra en la versión griega del Antiguo Testamento llamada de los “Setenta”, la cual los apóstoles citan textualmente unas trescientas veces en el Nuevo Testamento, y cuando Jesús de Nazaret cita el Antiguo Testamento lo hace en más del 90% de las veces de la versión en idioma griego llamada de los Setenta, por ejemplo lo leemos en Lucas 4,18-19 cuando proclama: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” y si Jesús para citar a Isaías 61,1-2 lo hace con la versión de los Setenta, es porque Jesús utiliza y aprueba esta versión que contiene entre sus 46 Libros Sagrados los libros Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría y además los fragmentos de los libros de Ester (10,4-16,24) y Daniel (2,24-30;13;14), que entre algunos Judíos del Siglo Primero después de Cristo, trataron de eliminar, pero los cristianos le damos su justo valor, porque sabemos que son importante (cf Isaías 46,9).

Para los Católicos no tiene validez el protocanon donde los Judíos legalistas de Jamnia eliminaron las partes en idioma griego del Antiguo Testamento (único que ellos reconocen como Palabra de Dios), porque los Judíos que rechazaron a Cristo, perdieron la autoridad sobre la viña del Señor (cf Mateo 21,43; Marcos 12,9; Lucas 20,9-19). Los Judíos en el siglo I después de Cristo, realizaron un Canon, de las sagradas Escrituras, y trataron de eliminar de ellas los escritos que se tratasen de la resurrección y la vida eterna, para negar a Cristo en quién ellos no creyeron, y encontraron que en los libros de los Macabeos se mencionaba directamente cinco veces la “resurrección” y tres veces “la vida eterna” e indirectamente hace referencia otras muchas veces más, y como los Macabeos estaban escrito en griego, eliminaron todos los libros que estaban en griego, pero este canon de estos Judío no es valido para los cristianos, porque ellos no admiten a Cristo, y la excusa del idioma griego tampoco es valido, porque los Evangelios y todo el Nuevo Testamento fue escrito en griego, y son palabra divinamente inspirada. Ni siquiera, todos los apegados a la religión Judia aceptaron esa mutilación a las antiguas Escrituras, de hecho los Judíos de la dispersión (Diásopora) en Alejandría realizaron un segundo canon, declarando que se mantenían aceptando como inspirados los libros en idioma griego del Antiguo Testamento, devolviendo entre ellos, el carácter de sagrado a estos libros.

Lo que más corrobora la Santidad de estos libros es que en el Nuevo testamento se cita unas trescientos cincuenta veces al Antiguo Testamento, de las cuales los expertos bíblicos de todas las denominaciones han comprobado que unas trescientas concuerdan literalmente, palabra por palabra, con el Texto griego de los Setenta “LXX”, lo que comprueba que los apóstoles se servían de la versión griega de los Setenta, como texto sagrado por excelencia, y además demuestra que los libros Deuterocanónicos que ella contiene eran aprobados por los Apóstoles. Aparte hay que decir que ya muchas de las Sectas o Iglesias protestantes ya incluyen de nuevo estos libros en sus Biblias, lastima que en Latinoamérica casi no la distribuya así, pero la Iglesia Católica si difunde la versión Ecuménica “Dios Habla Hoy” que trae la aprobación de la mayoría de la totalidad de las autoridades de las distintas denominaciones cristianas, que es una traducción directa de la Vulgata, y contiene estos siete libros llamados Deuterocanónicos. Para los verdaderos cristianos católicos, lo que tiene validez y es el mandato divino: Examinar, discernir y canonizar las profecías, responsabilidad que recae sobre los discípulos de Jesús y sus sucesores: “No extingáis el Espíritu; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno, absteneos de todo genero de mal” (I Tesalonicenses 5,19-22).

55. ¿Que otras evidencia tenemos que son revelados los Libros Deuterocanónicos?

Se pudiera mencionar muchas otras evidencias teológicas, históricas o arqueológicas a favor de cada uno de estos libros, pero nos referirnos solamente a las evidencias Bíblicas:

1° - Los dirigentes de la religión Judía perdieron su poder sobres las cosas de Dios: “¿Qué, pues, hará el Señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores y dará a otros su viña” (Marcos 12,9). Por tanto, el canon que realizan en el siglo I después de Cristo, donde eliminan siete libros sagrados, no tiene valides.

2° - Que Cristo dio toda autoridad a su Iglesia “Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades” (Lucas 9,1). “Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mateo 18,18). Y la Iglesia ejerciendo su autoridad desde el tiempo de los apóstoles, recibió completa la colección del Antiguo Testamento, sin hacer distinción entre protocanónicos o deuterocanónicos.

3° - Que la Iglesia tiene el poder y la misión de discernir las Profecías (cf I Juan 4,1; Hechos 17,11), y debe examinar las revelaciones, con la ayuda del Espíritu Santo, para su perfecta edificación: “No extingáis el Espíritu de Dios; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno, absteneos de todo genero de mal” (I Tesalonicenses 5,19-22). Y cumpliendo esta misión realizó estudios y concilios, y con su poder la Iglesia canonizó la colección de 46 libros del Antiguo Testamento y 27 libros del Nuevo en los primeros siglos de la cristiandad.

4° - El Nuevo Testamento cita unas 300 veces la versión griega “Los Setenta” y casi todas la veces que Jesús cita las antiguas Escrituras también lo hace usando la versión que contiene los 46 libros, lo cual demuestra que los libros Deuterocanónicos que ella contiene eran aprobados por Jesús y los Apóstoles escritores del Nuevo Testamento.

5° - A él Profeta Baruc, el libro de Neemias nombra tres veces, y el libro de Jeremías lo menciona veinte veces, y dice que además su discípulo Barun escribe en un Libro los mensajes recibidos de Dios (Lee Jeremías 56,5-8).
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Tamara Rodero
Amado Padre Celestial, te amo y te adoro; te ofrezco el preciosísimo Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo, así como mis trabajos unidos a las alabanzas de los Santos Ángeles, los Santos, las Almitas del Purgatorio y a la Reina del cielo y de la tierra nuestra Señora la Virgen Santísima, por la vida, la salud, el ministerio y por todas las …Más
Amado Padre Celestial, te amo y te adoro; te ofrezco el preciosísimo Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo, así como mis trabajos unidos a las alabanzas de los Santos Ángeles, los Santos, las Almitas del Purgatorio y a la Reina del cielo y de la tierra nuestra Señora la Virgen Santísima, por la vida, la salud, el ministerio y por todas las intenciones del corazón del Santo Padre Francisco. Permíteme ofrecértelo en el altar de cada Santa Misa a la que yo asista. Gracias Papito Dios!
Tamara Rodero
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Tamara Rodero
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Tamara Rodero
Padre bueno y misericordioso: bendice, protege a nuestro querido Papa Francisco, concédele salud y fortaleza para que siga guiándonos con sabiduría y renovando nuestra Iglesia.
Tamara Rodero
Madre Santísima ruega por el Papa Francisco y acompáñalo en todo momento, amén.
🙏 🙏Más
Madre Santísima ruega por el Papa Francisco y acompáñalo en todo momento, amén.

🙏 🙏
Mensajero Mariano
El problema fundamental del lefebvrismo
Por José Miguel Arráiz
Introducción

“…no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación del diablo.” 1 Timoteo 3,6
El cisma lefebvrista comienza en el año 1988 cuando el Arzobispo Marcel Lefébvre (fundador de la Fraternidad San Pío X) ordenó cuatro obispos sin mandato pontificio, incurriendo él, y los obispos ordenados en excomunión “…Más
El problema fundamental del lefebvrismo
Por José Miguel Arráiz
Introducción

“…no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación del diablo.” 1 Timoteo 3,6
El cisma lefebvrista comienza en el año 1988 cuando el Arzobispo Marcel Lefébvre (fundador de la Fraternidad San Pío X) ordenó cuatro obispos sin mandato pontificio, incurriendo él, y los obispos ordenados en excomunión “latae sententiae”. El problema, sin embargo, comenzó mucho antes cuando luego de repetidos actos de desobediencia a la Sede Apostólica fijan su posición: “«Nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron»”, “ «Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos»”
En resumen: Los lefebvristas rechazaban la autoridad no solo de un Concilio Ecumenico, sino cualquier autoridad (inclusive la del Papa) que según ellos, no estuviera de acuerdo con su noción de Tradición. A este respecto dice la Carta Apostólica en forma de “motu proprio” “Ecclesia Dei” de S.S. Juan Pablo II: .
“Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático. Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica”
.
Mas adelante:
La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca originariamente de los Apóstoles, “va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando comprenden internamente ellos misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad”

En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia(8).

Breve repaso: Tradición, Escritura y Magisterio
Explica el Catecismo (en sus numerales 76-87) que la transmisión del evangelio se hizo de dos maneras: oralmente y por escrito (2 Tesalonicenses 2,15). Explica también que con la finalidad de que el evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia los apóstoles nombraron como sucesores a los obispos dejándoles a su cargo el magisterio.
Esta transmisión viva del evangelio que llamamos Tradición está estrechamente ligada a la Escritura y por de ella la Iglesia transmite a todas las edades lo que es y lo que cree. La Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas porque surgen ambas de una misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin.
Mientras la Sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo, la Tradición recibe la palabra de Dios encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación.
Es importante señalar que el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo, es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.
Desde los más tempranos tiempos de la historia de la Iglesia los cristianos han sostenido que la Teología debe ser formulada de acuerdo con estos tres principios. La Escritura y la Tradición sirven como principios materiales de Teología mientras que el Magisterio sirve como suprincipio formal, lo que quiere decir que mientras en los primeros se encuentra contenida la Revelación, en el segundo reside el oficio de dar la correcta interpretación de la misma. Constituyen así el trípode en base al cual se formulan todas las verdades católicas.
¿Qué sucede si se rechaza la Tradición o el Magisterio?
Así como un trípode si le falta una pata se cae, lo mismo sucede con quien pretende hacer teología pero rechaza cualquiera de los tres elementos anteriores: En pocas palabras, corre el riesgo de malinterpretar las Escrituras, o de malinterpretar la Tradicion, lo cual expone a un riesgo adicional: el de caer en la disidencia (al rechazar enseñanzas no definitivas del Magisterio), herejía (al negar una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma) o inclusive en cisma (rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos).
Los padres de la Iglesia siempre alertaron sobre las desviaciones de quienes intentaban usurparel lugar del Magisterio para imponer su propia concepción de la fe. No en balde San Agustín reafirmaba su sujeción a la autoridad de la Iglesia escribiendo a los maniqueos: “No creería en el Evangelio, si a ello no me moviera la autoridad de la Iglesia católica” (San Agustín. C. ep. Man. 5,6; cf. C. Faustum 28,2).
Así como San Agustín atribuye la herejía a la soberbia (De Doct. Christ., praef. 2; Ep. 208,2), Santo Tomás a la sobrevaloración del propio juicio (S. Th. II-II 5,3.), porque “no presta su asentimiento a todo cuanto enseña la Iglesia, sino que admite las que quiere y excluye las que no quiere, siguiendo así su propia voluntad” . Y aunque no es materia de este estudio entrar en el ámbito de la responsabilidad concreta de cada persona en particular, se puede afirmar sin temor a equivocarse que todo aquel bautizado que rechaza la autoridad del Magisterio ya sea con ignorancia invencible o no, termina usurpando su oficio.
Si examinamos la historia veremos que una y otra vez las herejías y cismas tienen este factor común: Un Cismático y/o heresiarca que se proclama dueño de la verdad y convence a otros de que lo es. Y esta historia se sigue repitiendo cada vez que alguien “sobrevalora su propio juicio” por sobre el juicio de la Iglesia.
Paralelos en la historia
1. El conflicto judaizante

El primer conflicto que enfrentó la Iglesia primitiva narrado en Hechos 15 y al que hacen referencia numerosas veces las cartas de Pablo (especialmente Romanos y Gálatas).
Ocurrió luego de que un conjunto de fariseos conversos al cristianismo quisieran forzar a los primeros cristianos a circuncidarse según mandato de la Ley judía que la ordenaba como señal de la alianza perpetua entre Dios y su pueblo: “Ésta es mi alianza que habéis de guardar entre yo y vosotros - también tu posteridad: Todos vuestros varones serán circuncidados…A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación…como alianza eterna.”Génesis 17,10-13.
Se reúne la Iglesia en Concilio y ocurre la primera interpretación-actualización de la Tradición. El Magisterio ejercitando su oficio de intérprete autentico de la Revelación diferencia aquello que es temporal de aquello que permanece. En aquella época hubo quienes se resistieron a lo decretado por la Iglesia rechazando el Concilio de Jerusalén y perseverando en judaizar, sin embargo, hoy de sus doctrinas no queda ni el polvo.
Donatistas
Cisma del siglo IV. Los donatistas sostenían que la Iglesia se componía de los buenos y que los malos estaban excluidos; quienes hubieran reunido el martirio durante las persecuciones de las etapas precedentes y los que no estuvieran dispuestos a aceptarlas llegado el caso no seguían perteneciendo a la Iglesia y por tanto sus sacramentos eran inválidos.
Para los donatistas la Iglesia de Roma y las iglesias comunión con ella estaban condenadas por haber admitido en su seno a falsos cristianos, siendo ellos el reducto fiel, la verdadera Iglesia fiel a la Tradición.
Los resultados fueron desastrosos: su fanatismo exagerado se manifestó en cruentas persecuciones de católicos, matándolos y quemando sus altares, echaron a los perros sus formas consagradas y por regusto al martirio recurrieron al suicidio colectivo. (Es imposible no notar aquí una similitud entre la actitud de los entonces donatistas, con la de los lefebvristas)
2. Tertulianitas y montanistas
Incluso los más brillantes escritores eclesiásticos han caído en la tentación de sobrevalorar su propio criterio, y pasar de ser guardianes de la ortodoxia a cismáticos y herejes.
Tal fue el caso de Tertuliano, quien llegó de haber sido un reconocido apologeta de su tiempo. En De praescriptione haereticorum rechaza a los herejes cualquier argumento objetando que ellos no tienen derecho a apelar a las Escrituras, y sostiene que solo en las Iglesias apostólicas, puede darse con la correcta interpretación de las mismas.
Su rigorismo extremo le llevó incluso a afirmar que el adulterio y la fornicación eran pecados imperdonables, por tanto ni siquiera el obispo de Roma como sucesor de Pedro tenia autoridad para absolverlos. Niega finalmente que el poder otorgado a Pedro fuera transmitido a sus sucesores (Tertuliano, Sobre la modestia 21).
Resultado: Abraza la herejía montanista que veía en Montano (otro hereje) la encarnación del Espíritu Santo, para luego terminar fundando su propia secta (los tertulianitas) hoy desaparecida.
Protestantismo
Bajo este nombre se engloban todas las sectas y comunidades eclesiales surgidas de la reforma protestante del siglo XVI.
Bajo el lema de las tres “Solas” (Sola Fe, Sola Gracia y Sola Escritura) los reformadores protestantes se encontraron predicando enseñanzas que se oponían a la Tradición (ver La Sola Fides y los padres de la Iglesia) y al Magisterio. Siendo incapaces de recurrir ni a una ni al otro terminaron rechazando ambas y sustituyéndolas por la doctrina de la Sola Escritura (La Biblia como única norma de fe) y del libre examen o juicio privado (donde es cada creyente quien tiene la última palabra en materia de fe).
Cuando cada protestante decidió ejercer el derecho que recibieron de los reformadores, se generó la fragmentación exponencial que conocemos hoy en el protestantismo: miles de denominaciones y agrupaciones sectarias difiriendo entre sí en casi todo pero unidas en mayor o menor grado en su rechazo hacia la Iglesia Católica y el Papa. (Ver Sola Scriptura y Juicio privado)
Viejos católicos
Movimiento inicialmente cismático y posteriormente herético desde el Concilio Vaticano I a raíz del rechazo del dogma de la infalibilidad papal. Se agrupan posteriormente un conjunto de sacerdotes y teólogos bajo la dirección del historiador Ignaz von Döllinguer. Pensaban ser quienes salvaguardaran la Tradición manteniéndola intacta la doctrina católica a como estaba antes antes del dogma. Debido a que no tenían entre sus filas ningún obispo y no contaban con sucesión apostólica, solicitaron ayuda de los cismáticos de Ultrecht quien les consagró un obispo.
Resultado: Una vez apartados de la barca de Pedro terminaron declarando la supremacía absoluta de los concilios sobre el Papa, aceptando el matrimonio de los sacerdotes, y posteriormente llegaron a negar dogmas como la inmaculada concepción y la asunción de María Santísima. Hoy día han llegado a ordenar mujeres al sacerdocio.
El lefebvrismo, sufre del mismo germen
Actualmente el Papa Benedicto XVI la concedido la remisión de la excomunión a los obispos lefebvristas y ha iniciado el diálogo bajo el control de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sin embargo, el problema de fondo sigue (que no es solo es de naturaleza litúrgica sino doctrinal), pues la postura lefebvrista llevada a sus últimas consecuencias, implica que la Iglesia Católica gobernada por el Papa y los Obispos en comunión con él, se ha apartado decisivamente de la verdadera fe (de esto, al sede-vacantismo, donde se acusa al Papa y a los obispos en comunión con él de herejes, y de proclamar que la Sede Romana está vacante, hay tan solo un paso).
Mientras los lefebvristas persistan en practicar teología apelando al Magisterio pasado contra el Magisterio actual, con una especie de “libre examen” similar al protestantismo, el germen nocivo estará allí. La diferencia es que los protestantes rechazan al Magisterio intentando imponer su interpretación privada de la Escritura, mientras los lefebvristas lo hacen con la Tradición.
Pseudo-lefebvrismo, ultra-tradicionalismo, el mismo problema
Existe otro sector dentro de la Iglesia, que sin reconocerse lefebvristas, comulgan y promueven las posturas lefebvristas. Profesan ser fieles al Papa, pero disienten públicamente del Concilio. El argumento: Como no toda la enseñanza del Concilio Vaticano II pretende ser definitiva, es posible tener diferentes grados de asentimiento, y esto se traduce que en la práctica lo que existe es un disentimiento pertinaz y sistemático.
A este respecto aclara la Carta Apostólica dada en forma de ‘Motu Proprio’ «AD TUENDAM FIDEM», Juan Pablo II, que la adhesión de religioso asentimiento del fiel católico a las doctrinas enunciadas por el Magisterio se debe, no solo a aquellas doctrinas definidas con carácter definitivo:
“La Profesión de fe, debidamente precedida por el Símbolo Niceno constantinopolitano, contiene además tres proposiciones o apartados, dirigidos a explicar las verdades de la fe católica que la Iglesia, en los siglos sucesivos, bajo la guía del Espíritu Santo, que le «enseñará toda la verdad» (Jn 16, 13), ha indagado o debe aún indagar más profundamente.(3)

El primer apartado dice: «Creo, también, con fe firme, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida por la Tradición, y que la Iglesia propone para ser creído, como divinamente revelado, mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario y universal»(4). Este apartado afirma congruentemente lo que establece la legislación universal de la Iglesia y se prescribe en los cann. 750 del Código de Derecho Canónico(5) y 598 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales(6).

El tercer apartado, que dice: «Me adhiero, además, con religioso asentimiento de voluntad y entendimiento, a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo» , encuentra su lugar en los cann. 752 del Código de Derecho Canónico (8) y 599 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales(9).

Carta Apostólica dada en forma de ‘Motu Proprio’ «AD TUENDAM FIDEM», Juan Pablo II

No se trata de hurgar en cada enseñanza del Magisterio a ver cual es definitiva y cual no, se trata de asentir con religioso asentimiento de voluntad y entendimiento, sean definitivas o no.
Tamara Rodero
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Tamara Rodero
Jesús por intercesión de nuestra madre la Santísima Virgen María escucha nuestras oraciones, bendice al Santo Padre, dale salud y fuerza para hacer las obras que Tú le tienes encomendadas, que todas sus intenciones se lleven a cabo.
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Tamara Rodero
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Tamara Rodero
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Tamara Rodero
Que la paz en el mundo llegue a través de ti, y que nunca se sienta solo y abatido que sienta el amor de todos nosotros. Amén 🤗
Tamara Rodero
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Tamara Rodero
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Mensajero Mariano
¿Qué Importancia tiene la tradición oral?
Jesús y sus apóstoles, dejaron el deposito de la fe oral y escrita (cf II Tes 2,15), a su única Iglesia para que no existieran dudas de cómo interpretar las verdades reveladas en la Biblia, y las mantenemos de generación en generación, porque somos herederos directos de las primeras comunidades a las que se les dijo: "Os recuerdo, hermanos, el Evangelio …
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¿Qué Importancia tiene la tradición oral?

Jesús y sus apóstoles, dejaron el deposito de la fe oral y escrita (cf II Tes 2,15), a su única Iglesia para que no existieran dudas de cómo interpretar las verdades reveladas en la Biblia, y las mantenemos de generación en generación, porque somos herederos directos de las primeras comunidades a las que se les dijo: "Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os
prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados , si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!" (I Corintios 15,1-2). La tradición oral de la Iglesia guarda todo cuanto dijeron los apóstoles cara a cara, así como el testimonio de su ejemplo de vida (Cf II Juan 0,12; III Juan 0,14; I Tim 6,20; Hch 15,41; Col 4,7-10), guarda lo que fue predicado a viva voz, aquello que se refiere San Juan 21,25 que no podrían contener ni todos los libros del mundo; el sentido real de las Escrituras revelado por Cristo, "Y comenzando por Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían" (Lucas 24,27 ). Esto que Jesús habla camino a Emaús es los que nos ha abierto para siempre el sentido y la correcta visión de las Escritura (cf Lucas 24,32), y no solo para aquellos discípulos sino para todas las generaciones, que necesitamos esa misma luz, esa es la importancia de la tradición oral.

Debes considerar, mi querido amigo, que la Tradición de la Iglesia es la forma y el contenido de lo que la Iglesia ha transmitido de generación en generación, la forma de interpretar el contenido de la Escritura (como Jesús y sus primeros discípulos la interpretaron) y la manera como ha comprendido el misterio santo de Dios a través de la teología y de cómo ha celebrado este misterio en su liturgia.

No podemos despreciar las palabras, el buen ejemplo de su vida, tenemos que seguir tanto su palabra escrita como su testimonio personal de virtud (cf II Tim 1,13-14) como lo reafirma el mismo San Pablo:
"Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced ; y el Dios de paz estará con vosotros" (Filipenses 4,9) .

Sabiendo que Jesús de Nazaret, fundo su Iglesia, sobre sus doce Apóstoles y les dejó a ellos todo Poder y Autoridad (Lucas 9,1; Mateo 10,40), nos damos cuenta que la Biblia no es la única autoridad de fe, porque el Magisterio de la Iglesia (Mateo 28,20; II Pedro 1,20-21), junto a la Biblia (Mateo 7,26-27; II Timoteo3,16- 4,4; Santiago 1,21-27.) y la Tradición Oral (cf Tes 2,15; Cor 11,2) son las principales autoridades que Jesús instituyó.

Primeramente Jesucristo invistió de poder y autoridad a Pedro y a los apóstoles (Marcos 3,16; Lucas 10,18-20), y a sus sucesores los obispos y presbíteros (cf Hechos 15,22), la Iglesia existió antes que el Nuevo Testamento se escribiera, de hecho, los miembros de la Iglesia son quienes cumple la misión de escribir, reunir y canonizar las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento.

Junto a la Biblia (tradición escrita) es importante la tradición oral, como lo dice la Palabra, son los fundamentos de la fe cristiana: “Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta” (II Tes 2,15). San Juan nos relata que: “Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Juan 20,30-31). Y luego añade:"Aunque tengo mucho que escribirles, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verles y hablarles de viva voz, para que nuestro gozo sea completo" (II Juan 0,12).

Como hemos analizado, es mucho lo que Cristo y sus discípulos indicaron solo a viva voz (cf Juan 21,25), y San Pablo en II Tes 2,15 y en II Tim 1,13-14 se nos manda a guardar, creer y practicar esas orientaciones a viva voz (a eso llamamos la tradición cristiana), que la Iglesia ha mantenido, de generación en generación, y está recopilada en escritos de los primeros discípulos de los apóstoles, y en la liturgia.

En algunas traducciones de la Biblia, que usan los protestantes, no siempre traducen el vocablo griego “Paradosis” como correctamente corresponde “Tradición” sino que en los pasajes que se condena alguna tradición por ser contraria a la fe, si la traducen bien (Tradición), pero cuando en un pasaje bíblico se habla de las buenas tradiciones cristianas que debemos guardar, traducen el mismos vocablo “Paradosis” como “instrucción” o “doctrina”, lo cual cambia y tuerce el sentido de la Escritura, siendo que en griego (el lenguaje de N.T) instrucción se escribe “paideia” y doctrina se escribe: didace, didescalia, o eterodidaskaleo, ninguna de ellas sinónimo de (tradición). Los mismos Sectarios en sus primeras versiones de la reina-Valera traducían: Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conservais las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido” (1 Corintios 11,2). Otras citas, para profundizar el tema de la tradición, son: I Cor 11,23; II Tes 3,6; Fil 4,9; I Tim 6,20; II Tim 2,2; II Juan 0,12 y III Juan 0,14.

La Iglesia Católica, es custodia del deposito de la fe (oral y escrita) y ambas tradiciones son muy importantes para poder entender la voluntad de Dios. Por ejemplo la Iglesia ha entendido el Antiguo Testamento según las interpretaciones que Jesús dejo a sus discípulos, gracias a la tradición oral, ya que el evangelio no cuenta que fue lo que dijo textualmente, pero respalda la enseñanza de la Iglesia aludiendo que fue directamente Cristo quién nos lo develó: “Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras” (Lucas 24,27). Y los discípulos desde un principio valoraron tanto las Escrituras, como el testimonio de lo que vieron y oyeron: “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4,19-20).

Los Apóstoles nos enseñan que junto a la Escritura van la doctrina y la pedagogía pues la Iglesia es Maestra de la Palabra: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para convencer, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas” (II Tim 3,16- 4,4). En esto consiste el Magisterio de la Iglesia, en que Dios nos encargo la misión de enseñar: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,19-20). Por esto San Pablo alaba a quienes guardan las tradiciones que son conforme a la enseñanza de los apóstoles (cf I Cor 11,2) es decir a los que estamos en comunión con el magisterio de la Iglesia.
Mensajero Mariano
¿Cristo si Iglesia no? ¿Qué Importancia tiene la Iglesia?
La Iglesia es importante para los verdaderos discípulos del Señor Jesús, por ser una institución requerida, instituida y organizada por la voluntad de Dios.
Al cuestionamiento de algunos sectarios diciendo que solo Cristo es necesario y la Iglesia no, porque se tiene la opción de una relación personal con Dios; les responde el Señor …
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¿Cristo si Iglesia no? ¿Qué Importancia tiene la Iglesia?

La Iglesia es importante para los verdaderos discípulos del Señor Jesús, por ser una institución requerida, instituida y organizada por la voluntad de Dios.

Al cuestionamiento de algunos sectarios diciendo que solo Cristo es necesario y la Iglesia no, porque se tiene la opción de una relación personal con Dios; les responde el Señor edificando una sola Iglesia "…
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia …" (Mateo 16,18), dando poder a la única Iglesia, que es importante porque es el Cuerpo Místico del verdadero salvador, "… Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo" (Efesios 5,23). La Iglesia si es de radical importancia porque "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28).

Aunque dolorosamente la Iglesia es despreciada por algunas personas, es la amada del Jesucristo bíblico, "… Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada" (Efesios 5,25-27), quién le da el poder y la comisión de evangelizar, distribuir las gracias; de ser maestra y pastora de toda la creación: «Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo" (Hechos 20,28), y a la cual le garantizó la victoria "…edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella …" (Mateo 16,18). Todos los creyentes en Cristo debemos creer y obedecer a la Iglesia, porque Jesús dijo: "En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida" (Juan 5,24) Y luego añade a los miembros de su Iglesia: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» ( Lucas 10,16) por tanto quienes rechazan a la Iglesia rechazan a quién la edificó, y adquirió con su Divina Sangre, a quién diariamente nos advierte: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. (Mateo 7,21)

47. ¿
Porque seguir Tradiciones cuando Jesús las condenó?

Es cierto el Señor condenó las tradiciones que inventaron las sectas de los Fariseos y Saduceos (cf Mc 7,5-13; Gal 1,14; Col 2,16-23), porque enseñaban doctrinas que estaban en contradicción con el amor que debemos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Pero Jesús no condena todas las tradiciones, sino sólo aquellas que no tienen fundamento en la verdad reveladas por nuestro Dios. Jesús y sus apóstoles predicaron a viva voz, y la recopilación de esas santas enseñanzas, se les denomina "la tradición apostólica, así como a escritos de los "Padres de la Iglesia", sobre estos fundamentos, San Juan nos advierte: "En cuanto a vosotros, lo que
habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (I Juan 2,24). La tradición oral de la Santa Iglesia, se apoya en los escritos bíblicos de los primeros discípulos de Jesús y de sus apóstoles, que datan de los primeros siglos de la cristiandad, por eso San Pablo refiriéndose a las tradiciones apostólicas nos escribió: "Así que, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta" (II Tes 2,15). "Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis" (II Tes 3,6). "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido" (I Corintios 11,2).

Además la tradición va respaldada por el testimonio de los miembros idóneos de la Iglesia a quienes se les a confiado de generación en generación, para seguir los buenos ejemplos de vivencia de la fe enseñada, como se refiere San Pablo:
"Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar a otros" (II Tim 2,2).Otras citas bíblicas que respaldan lo expuesto: Dt 32,7; Pr 22,28; Mt 10,20; Lc 10,16; Jn 16,12-13; II Tim 1,13-14; Col 4,7-10. Por "tradición viva" de la Iglesia se entiende la liturgia, la predicación, la catequesis, el arte... que son algunos canales por los cuales se transmite la verdad revelada. Las obras escritas de los Padres de los primeros siglos de la Iglesia, que fueron discípulos directos de Jesús, de los apóstoles y de los escritores del nuevo testamento.
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Mensajero Mariano
¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia?
Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues,…Más
¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia?

Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,18-20). "Cada uno de los obispos, por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares" (LG 23). Como tales ejercen "su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada" (LG 23), asistidos por los presbíteros y los diáconos. Pero, como miembros del colegio episcopal, cada uno de ellos participa de la solicitud por todas las Iglesias (cf. CD 3), que ejercen primeramente "dirigiendo bien su propia Iglesia, como porción de la Iglesia universal", contribuyen eficazmente "al Bien de todo el Cuerpo místico que es también el Cuerpo de las Iglesias" (LG 23). Esta solicitud se extenderá particularmente a los pobres (cf. Ga 2, 10), a los perseguidos por la fe y a los misioneros que trabajan por toda la tierra.

La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal ( Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: "No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17,20-21) . Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que es apostólica(heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19), por eso la llamamos romana, porque es dirigida por los sucesores de San Pedro, que fijaron su residencia en Roma.

45. ¿Qué es la Apostasía?

La apostasía es un horrible pecado, de una persona que habiendo sido creyente en Cristo y bautizado en su única Iglesia, después de abrazar la fe en el Señor, se eche atrás y reniegue de la fe en Cristo y su santa Iglesia, sobre lo que el Señor nos alerta: "Dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.» (Lucas 9,62). Por eso debemos perseverar en nuestra fe católica en Cristo encarnado, crucificado y resucitado, librarnos de todo engaño, revisando todo lo que la Santa Biblia dice respecto a cada tema, para no equivocar o torcer, el sentido del Libro Sagrado, no vasta con proclamar que Cristo sea nuestro único y suficiente salvador; el Reino de los cielos es para los que hagamos con perseverancia la voluntad de Dios; “El cual, dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna” (Romanos 2,7) pues las referencias Bíblicas, hay que entenderlas según su contexto, atentos y cuidadosos como lo manda la Biblia: "¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo" (Hebreos 3,12). «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mateo 7,21). “Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”. (Lucas 21,19)
Mensajero Mariano
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?
La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro …Más
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?

La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro, nuestro primer Papa nos dice: "Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios". (II Pedro 1,20-21).

La errada idea de la libre interpretación personal de la Biblia, tan promocionada por Martín Lutero, y tan difundida por el protestantismo, es la causa principal de las divisiones entre las comunidades surgidas en la reforma protestante (cf I Timoteo 1,6); pues cada vez que se les ocurre a alguien una nueva (o torcida) interpretación de algún pasaje bíblico; aparece una nueva secta, esa es la principal causa que no exista la unidad (tan requerida por Cristo en Juan 17,11-23), por esas interpretaciones particulares es que surgen, cada día, nuevas sectas o novedosas denominaciones (contradictorias entre sí) y nuevas fracturas entre los protestantes. Lamentablemente seguirán dividiéndose, mientras no exista en ellas, la analogía de la fe, tan requerida en Rom 12,4-16. Por “analogía de la fe” entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación. Es decir, las verdades reveladas, se complementan y tienen que tener coherencia con el plan de Dios (I Timoteo 1,3-5; Eclesiastés 3,11-16).

Respaldados en las Cartas de San Pedro, para los Católicos, “...La interpretación de la Escritura, queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios” (CIC # 119).

43. ¿La Biblia es la única autoridad de fe?

Sabiendo que Jesús de Nazaret, fundo su única y suficiente Iglesia, sobre sus doce Apóstoles y les dejó a ellos todo Poder y Autoridad (Lucas 9,1; Mateo 10,40), nos damos cuenta que la Biblia no es la única autoridad de fe, porque el Magisterio de la Iglesia (Mateo 28,20; II Pedro 1,20-21), junto a la Biblia (Mateo 7,26-27; II Timoteo3,16- 4,4; Santiago 1,21-27.) y la Tradición Oral (cf Tes 2,15; Cor 11,2) son las principales autoridades que Jesús instituyó.

Primeramente Jesucristo invistió de poder y autoridad a Pedro y a los apóstoles (Marcos 3,16; Lucas 10,18-20), y a sus sucesores los obispos y presbíteros (cf Hechos 15,22) , la Iglesia existió antes que el Nuevo Testamento se escribiera, de hecho, los miembros de la Iglesia son quienes cumple la misión de escribir, reunir y canonizar las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento.

Junto a la Biblia (tradición escrita) es importante la tradición oral, como lo dice la Palabra, son los fundamentos de la fe cristiana: "Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta" (II Tes 2,15) . San Juan nos relata que: "Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20,30-31). Y luego añade:"Aunque tengo mucho que escribirles, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verles y hablarles de viva voz, para que nuestro gozo sea completo" (II Juan 0,12).

Como hemos analizado, es mucho lo que Cristo y sus discípulos indicaron solo a viva voz (cf Juan 21,25), y San Pablo en II Tes 2,15 y en II Tim 1,13-14 se nos manda a guardar, creer y practicar esas orientaciones a viva voz (a eso llamamos la tradición cristiana), que la Iglesia ha mantenido, de generación en generación, y está recopilada en escritos de los primeros discípulos de los apóstoles, y en la liturgia.

En algunas traducciones de la Biblia, que usan los protestantes, no siempre traducen el vocablo griego " Paradosis" como correctamente corresponde "Tradición" sino que en los pasajes que se condena alguna tradición por ser contraria a la fe, si la traducen bien (Tradición), pero cuando en un pasaje bíblico se habla de las buenas tradiciones cristianas que debemos guardar, traducen el mismos vocablo " Paradosis" como "instrucción" o "doctrina", lo cual cambia y tuerce el sentido de la Escritura, siendo que en griego (el lenguaje de N.T) instrucción se escribe "paideia" y doctrina se escribe: didace, didescalia, o eterodidaskaleo, ninguna de ellas sinónimo de (tradición). Los mismos Sectarios en sus primeras versiones de la reina-Valera traducían: "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conservais las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido" (1 Corintios 11,2). Otras citas, para profundizar el tema de la tradición, son: I Cor 11,23; II Tes 3,6; Fil 4,9; I Tim 6,20; II Tim 2,2; II Juan 0,12 y III Juan 0,14.

La Iglesia Católica, es custodia del deposito de la fe (oral y escrita) y ambas tradiciones son muy importantes para poder entender la voluntad de Dios. Por ejemplo la Iglesia ha entendido el Antiguo Testamento según las interpretaciones que Jesús dejo a sus discípulos, gracias a la tradición oral, ya que el evangelio no cuenta que fue lo que dijo textualmente, pero respalda la enseñanza de la Iglesia aludiendo que fue directamente Cristo quién nos lo develó: "Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lucas 24,27). Y los discípulos desde un principio valoraron tanto las Escrituras, como el testimonio de lo que vieron y oyeron: "Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4,19-20).

Los Apóstoles nos enseñan que junto a la Escritura van la doctrina y la pedagogía pues la Iglesia es Maestra de la Palabra: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para convencer, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas" (II Tim 3,16- 4,4). En esto consiste el Magisterio de la Iglesia, en que Dios nos encargo la misión de enseñar: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,19-20). Por esto San Pablo alaba a quienes guardan las tradiciones que son conforme a la enseñanza de los apóstoles (cf I Cor 11,2) es decir a los que estamos en comunión con el magisterio de la Iglesia.