La Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía y la Universidad de Córdoba (UCO) han hecho este lunes un llamamiento a los jóvenes para que la donación de sangre se convierta en un hábito entre ellos.

Así lo ha puesto de manifiesto la delegada del ramo, María Isabel Baena, en el arranque de la Campaña Universitaria que el Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Córdoba (CRTS) organiza en colaboración con la UCO, cuyo rector, José Carlos Gómez Villamandos, la ha acompañado en la presentación de la campaña, junto el coordinador provincial del Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), Alberto Mayoral, y el director del CRTS, José Luis Gómez.

La delegada territorial ha insistido en que esta campaña tiene como principales objetivos aumentar el numero de donantes nuevos y jóvenes (menores de 30 años y que sean al menos un 30 por ciento del total de las donaciones realizadas); conseguir por medio de diferentes acciones de comunicación que los donantes nuevos se hagan en el futuro donantes 'fieles'; aumentar el 'valor' de los donantes que se incorporan a la donación, haciéndolos promotores de la donación al involucrarles en la importancia de transmitir el mensaje de la donación, y llegar a las 700 donaciones de sangre.

Baena ha resaltado la importancia de esta campaña que, "a través de la Universidad nos permite llegar a uno de los colectivos más importantes para el Servicio Andaluz de Salud (SAS), como es el colectivo de los jóvenes". En este sentido, la delegada ha recordado que "los jóvenes de hoy son los potenciales donantes del mañana y de ahí la importancia de esta campaña, de sensibilizarles y concienciarles para que la donación no sea una acción puntual sino un hábito".

Córdoba registra un perfil de donantes cada más envejecido. Se trata del reflejo de la población en general y la de la provincia de Córdoba en particular, donde los donantes más numerosos hoy son los de la generación del 'baby boom' de la eclosión demográfica de los años 60.

En esa franja están la mayoría de los donantes. Así, si en 1993 más del 50 por ciento de los donantes asiduos tenía entre 18 y 30 años, en 2014 el porcentaje con esa franja de edad representa apenas un 20 por ciento del total (unos 3.500 donantes). En definitiva, según ha destacado Baena, "no es que los jóvenes sean hoy menos solidarios, es que sencillamente hay menos".