Ficha El Terror no Tiene Forma

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Críticas de El Terror no Tiene Forma (113)




mahotsukai

  • 1 Jun 2023

8



Destacable remake del original homónimo de 1958, dirigido por Chuck Russell.

Una pareja de adolescentes hará frente a una extraña masa amorfa que supuestamente proviene del espacio y que devora todo lo que encuentra en su camino.

En 1986, la compañía New World Pictures compró los derechos para realizar una nueva versión de “The Blob” (1958), un clásico menor de los 50s, dirigido por Irvin Yeaworth. Dicho proyecto contaba inicialmente con la participación del productor del film original Jack H. Harris, esta vez como productor ejecutivo. Sin embargo, un año después, la producción cambió de estudio a Cinema Group Pictures, quien contactó al eficiente director y guionista Chuck Russell, que venía de rodar la refrescante “A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors” (1987), tercera entrega del icónico asesino serial Freddy Krueger, después del descalabro comercial y de crítica de “A Nightmare on Elm Street 2: Freddys Revenge” (1985) de Jack Sholder. Russell, a su vez, contactó a su amigo y colaborador, el guionista y futuro director (“The Green Mile”, 1999), Frank Darabont, con quien trabajaba desde “Hell Night” (1981) para escribir el guión del film. El objetivo consistía en respetar la esencia de la película original acerca de la extraña forma viscosa que cae en la Tierra proveniente del espacio y que devora todo a su paso así como la presencia de protagonistas juveniles, pero también actualizar la trama al contexto sociopolítico de los 80s, más concretamente a fines de dicha década, y hacerla más interesante para el público actual.

Si bien “The Blob” (1958) había sido concebida a partir de una idea del productor Jack H. Harris sobre el supuesto descubrimiento de una sustancia gelatinosa alienígena encontrada en Pensilvania, la película se había configurado evidentemente en un contexto sociopolítico distinto y principalmente enfocado en aspectos muy concretos: la consolidación de la TV, el nacimiento del rock and roll y la amenaza atómica de la Guerra Fría (1947-1991). De esta forma, en primer lugar, esto había llevado a que el film original propusiera una trama con protagonistas juveniles algo rebeldes, inquietos y participativos de los procesos sociales que el país vivía, pero no lo suficiente como para representar un peligro para la proyección de los principales valores de la sociedad estadounidense y el respeto por las autoridades civiles y militares. Ese estereotipo lo había representado Steve McQueen como Steve Andrews, galán, héroe y protagonista del film de 1958, sin embargo, en el guión del film de 1988, Russell desecharía esa idea para eliminar rápidamente al falso protagonista de Paul Taylor, teórica y estéticamente un calco de Andrews, para dejar como protagonista al indómito y supuesto subversivo joven Brian Flagg.

Flagg, un personaje aparentemente secundario al inicio de la trama, representa precisamente todo lo contrario al correcto estereotipo juvenil de los 50s y que no ha cambiado a lo largo de las décadas, es decir, el joven apuesto y deportista, de buena familia, que sale con la chica más popular de la Secundaria y que todo el mundo admira. El personaje interpretado por Kevin Dillon pasa sus ratos vagando con su motocicleta y enredándose en una que otra trifulca, en especial cuando le recuerdan la “orfandad emocional” que sufre de unos padres ausentes e irresponsables. A lo largo del film, es claro que Flagg tiene serios problemas con la autoridad masculina, especialmente con la policial y, luego, con la política. De esta forma, la tensión que solíamos encontrar en las películas de terror y ciencia ficción de los 50s entre científicos y militares termina reemplazada en la confrontación de los jóvenes protagonistas con la policía y una suerte de mancomunión científico-militar representada por el Dr. Meddows y su equipo. En cualquier caso, Flagg es un marginado social que sufre la discriminación de una sociedad hipócrita que incluso gusta de hostigarlo gratuitamente.

Por otra parte, Russell trabaja inteligentemente el principal elemento narrativo del film, que es la amenaza y horror atómicos de la Guerra Fría (1947-1991) entre Estados Unidos y la Unión Soviética que, curiosamente, aún continuaba vigente después de 30 años, aunque desgastado. Es cierto que en la película de los 50s la amenaza en realidad era extraterrestre, siendo una metáfora de lo que podría ser la guerra nuclear, no obstante, el futuro director de “The Mask” (1994) en lugar de replicarla por su vigencia, permite que esta evolucione hacia algo más bien conspiratorio. De esta forma, una amenaza que comenzó en los 50s como un inminente conflicto nuclear, recrudecido por el desarrollo de la carrera espacial durante los 60s y 70s, terminará en la investigación y experimentación de potenciales armas biológicas, un riesgo que no era nuevo y que tenía lamentablemente funestas referencias históricas en la II Guerra Mundial, por ejemplo, en los experimentos de la infame Unidad 731 del ejército japonés en contra de prisioneros chinos y rusos. Si bien al tratarse de un film para adolescentes Russell evidentemente no tiene interés más que en explicar el origen del horror con esta conspiración sin aventurarse a recorrer caminos escabrosos e infames como sí lo hizo “Los Hombres detrás del Sol” (“黑 太阳 731”, 1988) de Mou Tun-fei, no se puede obviar el total desprecio por los derechos y la seguridad de la población civil que también muestra el Dr. Meddows en “The Blob” (1988).

Estos nuevos y diferentes elementos narrativos que incorpora Russell, que responden obviamente a contextos sociopolíticos y sociohistóricos distintos, resultan decisivos, pertinentes y funcionales para el remake sorprenda y supere, de alguna forma, al original de 1958 dirigido por Irvin Yeaworth. Desde luego no se trata de una impronta exclusiva de Russell, sino del correcto tratamiento que un director inteligente y reflexivo debe poner en práctica a la hora de embarcarse en un remake, como lo habían logrado también Philip Kaufman y John Carpenter en sus destacables remakes de 1978 y 1982 de los originales “Invasion of the Body Snatchers” (1956) de Don Siegel y “The Thing From Another World” (1951) de Christian Nyby. Se trata, por tanto, de inteligencia narrativa y de comprender los contextos cinematográficos y socioculturales. Por supuesto, además, hay una evidente retroalimentación entre originales y remakes en cuanto a que las primeras sirven de inspiración a las segundas y éstas últimas refuerzan, profundizan, actualizan o mejoran las temáticas que abordan las primeras, lo que, sumado a los elementos técnicos mejorados de las últimas, suponen un producto cinematográfico más pulido y complejo. Ese es el principal objetivo del remake, mejorar el producto cinematográfico y Russell sale totalmente airoso en su empresa.

Otro elemento narrativo en que Russell acierta plenamente, sumado al diferente tratamiento que da a la amenaza monstruosa (el virus de laboratorio en lugar de la forma de vida extraterrestre) y al cambio de protagonista (el rebelde marginado en lugar del galán de Secundaria) tiene que ver precisamente con el tono romántico típico de las películas de los 50s, con la pareja o el triángulo amoroso de por medio y que Russell elimina completa y afortunadamente. Si bien “The Blob” (1988) no reniega de ciertos estereotipos (desde el mencionado galán que juega fútbol americano y su popular novia y líder porrista hasta secundarios como el vagabundo que se convierte en la primera víctima hasta el sacerdote paranoico) e incluso los utiliza para mostrar varios momentos de humor negro, también renuncia al triángulo amoroso, lo que se agradece, eliminando personajes progresivamente hasta dejar a Meg y Brian, la chica porrista y el chico rebelde, como únicos héroes juveniles. Dicho sea de paso, esta decisión narrativa también va en contra del propio cine de horror de los 80s, que sin embargo en algunos casos no resulta molesto, como en “Night of the Creeps” (1986) de Fred Dekker y “Night of the Demons” (1988) de Kevin S. Tenney, pero que en otros constituye ciertamente el abuso del estereotipo.

Aunque “The Blob” (1958) funcionó en su época con unos correctos efectos especiales, no cabe duda alguna que su versión de 1988 la supera con creces obviamente por los adelantos tecnológicos prácticos con los que se contaban a fines de los 80s, pero además por su brutalidad y salvajismo. Parte de ello se deba a que el remake tuvo un presupuesto de US$19 millones, de los cuales US$ 9 millones fueron destinados a los efectos especiales. En la película original, la masa devora simplemente al cubrir a la víctima por una cuestión de censura, pero principalmente por la incapacidad en aquellos años de realizar efectos más realistas, mientras que en el remake se aprecia explícitamente como los ácidos del monstruo derriten en forma literal a sus víctimas, además de permitirnos ver restos humanos o cadáveres a medio digerir. La Mancha Voraz, por cierto, se elaboró con bolsas de seda llenas de metilcelulosa o metocel, un agente espesante para alimentos y cuando los efectistas se encontraron con el problema de movimiento, la masa fue esculpida en tamaño completo y moldeado en caucho rígido. Para las secuencias en que debía moverse más rápido, se diseñó un sistema capas de seda con una suerte de bolsillos del tamaño de un ravioli inyectados con metilcelulosa, la cual secretaría a través de la seda, oscureciendo la estructura base y permitiendo que los titiriteros manipularan la masa aparentemente fluida.

La película tiene varias secuencias brutales y explícitas. Por ejemplo, contiene una secuencia de un soldado parcialmente disuelto, pero aún vivo dentro de la masa viscosa, la cual fue interpretada por el doble de riesgo Noble Craig, un triple amputado que perdió ambas piernas, un brazo y un ojo mientras servía en la Guerra de Vietnam. Sin embargo, una de las secuencias más polémicas del film, de hecho, muestra cómo la Mancha Voraz devora a un niño de 10 años, amigo del hermano de Meg, cuyo cuerpo se derrite mientras grita desesperado de dolor. No cabe duda que el trabajo de Tony Gardner (“Army of Darkness”, 1992) y su equipo que incluyó a Chet Zar (“Darkman”, 1990) y Bill Sturgeon (“Hellboy”, 2004), es uno de los grandes puntos técnicos a favor de la cinta regalando varias secuencias icónicas del horror de los 80s como la muerte del vagabundo (derretido a la mitad), el cocinero en el lavaplatos (absorbido y triturado en el lavadero), la camarera (reventada en una caseta telefónica) y el policía Briggs (doblado y partido por la mitad), entre otras.

“The Blob” (1988) tiene un reparto competente y cuenta con una pareja protagónica que funciona, sin tener que recurrir al romance forzoso. Lo encabezan Kevin Dillon (Platoon”, 1986) como Brian Flagg y Shawnee Smith (Saga “Saw”, 2004-2023) como Meg Penny. Los veteranos Jeffrey DeMunn (“The Green Mile”, 1999), Joe Seneca (“Crossroads”, 1986) y el profesor de improvisación actoral Del Close (que estuvo a punto de no participar porque estaba trabajando una parodia teatral de Ronald Reagan que después abandonó) interpretaron al Sherif Geller, al Dr. Meddows y al Reverendo Meeker. Candy Clark (“American Graffiti”, 1973) encarnó a la camarera Fran Hewitt, Paul McCrane (“RoboCop”, 1987) al ayudante del Sherif Bill Briggs, Donovan Leitch (“And God Created Woman”, 1988) a Paul Taylor, Ricky Paul Goldin (Serie “All My Children”, 1970-2011) como Scott Jeskey, y Art LaFelur (“Trancers”, 1985), Sharon Spelman y Michael Kenworthy (“Return of the Living Dead Part II”, 1988) como el padre farmacéutico, madre y hermano de Meg, respectivamente, completaron el reparto.

La banda sonora estuvo a cargo del compositor alemán Michael Hoening (“The Gate”, 1987) y destaca por la utilización de sintetizadores, cuerdas oscuras y percusión febril para representar las secuencias en que los héroes se ven atrapados por la desesperación heroica y una sensación inevitable de fatalidad. Tiene marcadas texturas de suspenso y horror atmosférico.
La producción del film comenzó el 11 de enero de 1988 y terminó el 26 de mayo del mismo año, con el elenco y un equipo técnico de aproximadamente 150 personas alojadas en un Travelodge, en Abbeville, Luisiana, donde se grabaron todos los exteriores. Inicialmente se iba a grabar en Arborville, pero como estaba cubierto de nieve, finalmente se optó por Abbeville. Debido a la gran cantidad de secuencias nocturnas, el reparto y equipo técnico solían dormir durante el día y cuando tenían días de descanso solían ver películas y pescar y comer camarones de río. Cuenta una anécdota que antes de ofrecerle el papel de Flagg a Kevin Dillon, contactaron a Chad McQueen, hijo de Steven McQueen, protagonista de la película original de 1958.

“The Blob” (1988) se estrenó en Nueva York y Los Ángeles, California el 5 de agosto. Fue un fracaso comercial ya que sólo recaudó US$8,2 millones de los US$19 millones invertidos. La compañía distribuidora finalmente fue Cinema Group Pictures (rebautizada Palisades Entertainment), quien se hizo con los derechos en 1987 antes de que el distribuidor original quebrara y Tri-Star Pictures adquiriera los derechos de distribución de la película.

En definitiva, un clásico indiscutible del terror de los 80s, que sorprende con un guión simple, equilibrado en cuanto a su inclusión de estereotipos, pero con interesantes giros finales en su trama principal, además de unos efectos especiales muy destacables. La evalúo con un 8.5.



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ivankiller

  • 23 Feb 2023

8


The Blob 88 es una película de monstruos divertida y una actualización sólida de la original, con humor, sangre y muchos giros para complacer a cualquier fan de los 80.

La mayoría de los efectos especiales son geniales. Esta película presenta algunas de las muertes más notables de la década, y el monstruo se parece más a una criatura alienígena agresiva y menos a una gelatina de frambuesa.
Sí, usan CGI barato aquí y allá, ¡Pero se ganó el derecho de usarlo!

Me gusta la dirección que tomaron con la historia para darle vida a la trama original; ¡Hubo más de una escena que me tomo desprevenido y me asombró! Y los personajes, aunque me dieron igual en un principio, crecieron mucho en mí en el tercio final. Veran a una joven Amanda Young dándolo todo en este papel.

Esperaba pasarme un rato facil y morboso, sin pensar demasiado; por suerte obtuve lo que quería. Lastima que no rehicieron esa divertida canción de la original: ¨Cuidado con el Blob¨



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edcarpenter

  • 13 Nov 2022

9


Un remake muy superior al clásico de los cincuentas , tiene mejores recursos y brillo por sus destacables efectos con la criatura extraterrestre , vemos a un joven kevin dillon como protagonista y una discreta aparición de una desconocida entonces erika eleniak que es de las primeras víctimas y de las escenas de muerte mas cutres por lo notorio que resultó la muñeca de plástico que utilizaron , la mayoria de las muertes son vistosas y repulsivas con efectos bien logrados y una bizarra mezcla de gore , ya es bien sabido que los ochentas fue una década que se caracterizo por tener una gran variedad de peliculas de terror , la mayoria bastante memorables , así que este digno remake no fue la excepción



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ilustrador.tk

  • 14 Apr 2021

9


Aunque en su tiempo no fue muy valorada, creo que el paso de los años la ha puesto en su lugar. Una excelente película de matiné, de aquellas que llenas de aventura, logran entretener un aburrido fin de semana por la tarde. El guión se cuelga de algunas de las situaciones de la película original, pero agrega monton de situaciones nuevas que la hacen ágil y divertida. Efectos ochenteros y muy correctos , y la infaltable historia de amor. Recomendable



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gines

  • 31 Mar 2021

8



Es un clasico de los ochenta que me encanta, mucho mejor que la original, es un remake en condiciones.

Una pelicula muy entretenida con escenas que no se porque me recuerdan a la peli de La Cosa.

La masa amorfa que avanza arrasando con todo está muy currada y algunas muertes molan, sobre todo la del chaval en la comisaria al principio.

Estupenda cinta de terror ochentero.



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Mad Warrior

  • 6 Mar 2021

6



Del cielo cayó algo en Pennsylvania allá por 1.958. Un pequeño meteorito de cuyo interior emergió el ser más repugnante y peligroso que jamás pudo llegar del Espacio exterior.
La historia, ahora en Louisiana, vuelve a repetirse...

El ¨remake¨, un recurso en alza durante la década ochentera, sobre todo en lo que a ciencia-ficción clásica se refería; ya fue un preámbulo esa ¨Invasión de los Ultracuerpos¨ que aportaba otro punto de vista a la obra maestra de Siegel. Cronenberg recuperó ¨La Mosca¨, Carpenter ¨El Enigma de Otro Mundo¨ y Hooper ¨Invasores de Marte¨, así que le tocó el turno de revivir a otra gran joyita de los 50, muy exitosa en su momento, la que lanzó la carrera de Jack H. Harris como productor. Y la que además contó con Steve McQueen en su primer papel protagonista.
¨La Masa Devoradora¨, pese a sus limitaciones y esquema argumental un tanto plano, permanece como un título muy entrañable y querido para los fans de la serie ¨B¨ de antaño, y esto mismo (quizás aprovechando el final abierto del film de Irvin S. Yeaworth Jr.) pretendieron conseguir el bueno de Frank Darabont y Charles Russell, quienes venían de devolverle el impulso a la saga de Freddy Krueger con una tercera entrega bastante decente, haciendo lo mismo que Cronenberg o Carpenter: reinterpretar los códigos de la original y adaptarlos a los nuevos tiempos y medios.

Sin embargo en ciertos términos no es una adaptación que parezca diferir demasiado de su original. Otro meteorito cae del cielo observado no por un anciano sino por un vagabundo (aunque también hay un perro de por medio) y la viscosa sustancia del interior se adhiere a su mano, pero las claves argumentales en la que este incidente se apoya se subvierten; Steve Andrews ahora parece ser Brian, mejor definido como un delincuente sin oficio ni beneficio y de vida más turbulenta, aunque con su bondadoso corazón; sin duda el espíritu de McQueen (no el del film del 58, sino el de la vida real) está impregnado en este personaje.
Mientras, Jane ahora es Meg, y su novio no es Brian, sino Paul, un muchacho de descripción bastante irrisoria y muy similar al Steve original, por eso mismo Darabont y Russell se lo quitarán de encima (y de un modo tremendamente cruel), reflejando ese premeditado distanciamiento; pero ellos, como Yeaworth, fracasan también en el retrato de sus personajes, presentándolos como claros estereotipos de la juventud que poblaba los films para adolescentes del momento (Brian es quizás algo anacrónico), y los adultos no sufren un cambio mejor (recordando a los de ¨Pesadilla en Elm Street¨). Lo que sí hacen es incorporar dosis extras de humor negro, para que todo parezca una sátira o parodia del género.

Y su visión sufre un cambio drástico con respecto a la de Yeaworth, y lo refleja (además de una representación patética de las fuerzas del orden y la sanidad) la intervención de organizaciones secretas del Gobierno (o vaya usted a saber de dónde) y su declaración sobre la naturaleza de la amenaza, antes extraterrestre, ahora de origen biológico. Con esos científicos expertos revelados como los culpables del desastre y desentendidos del daño a los habitantes (al igual que sucedía en ¨Impulso Infernal¨, por ejemplo), todo toma un cariz mucho más cínico y nihilista; y la salvación no está ahora en manos de jóvenes mojigatos, sino del delincuente de turno.
Por su parte, como hiciera en ¨Los Guerreros del Sueño¨, Russell desata un entretenimiento excesivo, salvaje e intenso, gracias al uso de excelentes efectos especiales y visuales a cargo de Tony Gardner, Lyle Conway y el equipo de DreamQuest Images; la viscosa criatura rosada eleva su ferocidad y condición amenazante a la vigésima potencia, y si parecía que la de Yeaworth tomaba de base al ser amorfo y abductor del relato ¨Who goes There?¨ de John W. Campbell Jr. (de donde surgieron ¨El Enigma de Otro Mundo¨ y su tergiversadora revisión, ¨La Cosa¨), ahora está más que clara la influencia del film de Carpenter (algunos aberrantes ataques, como los de Paul y Vicky, lo demuestran).

Pero esta revisión es, lejos de la corrosiva crítica de la era post-Watergate y de unos personajes que juegan a destrozar los estereotipos de este cine, un simple y llano espectáculo, cuya virtud es la de suplir sus carencias a base de impactar con un delicioso alarde de efectos, dosis de violencia extrema y memorables secuencias de acción como las mejoradas invasiones al cine y la cafetería y el rocambolesco ataque de la masa a ese humilde pueblo tan del gusto de Stephen King, reflejo perfecto de esa sociedad biempensante y temerosa por los estragos de una posible guerra entre EE.UU. y la U.R.S.S. (guerra que ya nadie creía a esas alturas...).
Desde luego el personaje de Brian estaba escrito para evocar a McQueen, de hecho ofrecerían el papel a su hijo Chad antes de enrolar a un Kevin Dillon de dudoso carisma (y que parece querer imitar al Dallas que su hermano Matt interpretó en ¨Rebeldes¨); la preciosa y enérgica Shawnee Smith toma muy bien el relevo de la empalagosa Aneta Corsaut de la orginal. Después de ellos sólo quedaría acordarse de las apariciones del gran Jack Nance, Del Close, la playmate Erika Eleniak (a la que poco le quedaba para salir en ¨Los Vigilantes de la Playa¨ y ¨Alerta Máxima¨) y un odioso Joe Seneca gracias al cual se nos brindará una de las muertes más satisfactorias y deseadas de un villano jamás vista en el cine (yo aplaudí y todo, señores).

Entretenimiento 100% y un colofón delirante y muy ¨carpenteriano¨. Todo apesta al aroma de la más entrañable serie ¨B¨ ochentera, pero eso no valió para triunfar en cines...de hecho fue un fracaso para Russell, aunque con el tiempo se la ha defendido como un ¨remake¨ superior al original.
En mi opinión los dos son buenos títulos del género que me han hecho disfrutar mucho, y si se ven juntos mejor. ¡Y genial esos créditos finales acompañados del ¨Brave New Love¨ de ALIEN (puro ejercicio de humor negro esta elección, seguro)!



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DE NIRO

  • 9 Dec 2020

8


Me encantó este clásico de los ochentas porque tiene unos efectos en la masa devoradora que envidiaria cualquier director actual, un pueblito muy tranquilo se ve atacado por una masa viscoza que devora todo lo que tiene a su paso, hombres, mujeres y niños, no discrimina y eso me gustó mucho porque sino siempre mueren los mismos, en todos los ataques podemos apreciar el detalle y el arduo trabajo de maquilladores y el equipo técnico en efectos especiales sin dudas es un rasgo para destacar, las actuaciones están bien, nada del otro mundo y el guion no se sale de una cinta entretenida con algo suspenso, la recomiendo.



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Parnaso

  • 2 Apr 2020

6


Precuela que supera con creces a la original y a su respectiva secuela. Por momentos la trama parece hacer referencia al Coronavirus. Tal película está dignamente llevada, los momentos terroríficos son de lo mejor que he visto en meses, especialmente los especímenes del techo y ante todo el momento en que el hombre introduce la mano por el desagüe, por otro lado, la parte que más desentona es la infame facha de Kevin Dillon que si ya de por sí tiene cara de panoli, con esa peluca que lleva a cuestas pareciéndose a Juan de Dios de JA ME MAATEN y chaqueta que es tres tallas más grande, pues el mozo da más vergüenza ajena que seriedad al asunto. Dicha película, que no es sino una guerra biológica, es digna de verse.

¡Ah! Y después en los créditos aparece una canción de un aor-ero llamado Mike Slamer.

No está mal.



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ejhm

  • 4 Apr 2018

8


Buen remake supera a la original en ciertos aspectos, la película se toma su tiempo para agarrar ritmo, el soundtrack no está mal, las últimas escenas de mucha adrenalina obviamente tiene más muertes que la versión original y con guiños al remake de the thing un remake que de verdad vale la pena ver



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ráhelspawncritic

  • 27 Nov 2017

9



The Blob, de 1988 es sin ninguna duda una de las películas que mejor sabe conbinar ciencia-ficción con el terror. En fin... Es una de mis películas favoritas, esta película es mucho mejor que la original sin dudarlo, la historia es original e interesante, las actuaciones son decentes, sobre todo las de: ¨Kevin Dillon & Shawnee Smith¨. Los efectos especiales estan bien ejecutados y han envejecido bastante bien. La fotografía es buena, el guion, escrito por los grandes ¨Frank Darabont & Chuck Russell¨ siendo este último el director de esta película, hacen un buen trabajo en el guion de este film. Las escenas que más me gustan son: 1) La muerte de Paul Taylor, 2) La huida por el bosque & 3) el ataque al pueblo. por todo lo demás... es una buena película de terror y ciencia-ficción. RECOMENDABLE 100%.



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Gilles De Rais

  • 10 Jul 2017

7


La vería de niño pues no me acordaba de nada -quizas ni la he visto nunca, a saber-. Acabo de tragarmela y he de reconocer que es un peliculon. Dire las cosas que no me gustaron: Para empezar mencionare los Fx: en un 90 por ciento son buenisimos pero en el restante son casi mas propios de el chapulin colorado. Luego, tenemos al prota (Kevin Dillon, hermano del archiconocido Matt Dillon) el cual desde la primera vez que sale ya sabes cien por cien que va a ser él. Tambien lo es la tal Meg. Tiene sus momentos que me encantaron como lo de los chiquillos de 12 años en el cine viendo un rip-off de viernes 13. Lo mas curioso es que su ultimo cuarto fué con diferencia el que menos me gustó. -Lo de siempre: tanto lío para un desenlace así-. Pero en lineas generales la peli es estupenda



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mateoenlinea

  • 14 Apr 2017

10


Siempre si hablamos de muertes terroríficas The Blob viene a nuestra mente, esta película siempre la recordé como una interesante propuesta. Las actuaciones son excelentes y son todas increíbles, los FX aceptables, las muertes originales y muy buenas, esa bola deforme es totalmente terrorífica y los escenarios son bastante buenos, recomendable.



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reptilenin

  • 20 Oct 2016

8


Esta película es una autentica gozada,hacia tiempo que no la veía y he vuelto a disfrutar.Tiene un poco de todo lo bueno que tenían estos productos ochenteros,terror,comedia en su justa medida,buenas muertes,efectos especiales artesanos y maquillaje curradisimo, historia entretenidisima y algo que a mi siempre me ha gustado especialmente de esta película y es que aquí puede morir cualquiera,algunos que parecen jugar un papel importante viene la masa y se los lleva por delante sin mediar palabra.
Lo mejor sin duda las apariciones y las muertes a cada cual mejor y curiosamente si flojea en algún momento es cuando usan fx de ordenador,aunque son muy pocas veces.

Una joya



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Piton ramirez

  • 18 Oct 2016

8


Muy buena produccion que supera infinitamente a la ridicula de los 50s aqui la masa omorfa ya es muy asquerosa y mas siniestra buscando victimas y esa mezcla de terror,gore y ficcion la hacen una joya de los 80 s imperdible de ver y con actuaciones y dialogos de maravilla



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Neasu

  • 24 Sep 2016

7


Tiempo atrás Joseph Stefano, guionista de ¨Psicosis¨ efectúo un ardúo estudio del horror en la ficción para el cual, sistematizó los miedos humanos en 10 diez tipos, el los denominó ¨Ositos del Terror¨ y múltiples escritores, Stephen King entre ellos, los han trabajado desde entonces. Uno de los 10 Ositos del Terror son las cosas gelatinosas y he aquí a la cosa gelatinosa por excelencia. ¨The Blob¨, llamada en español ¨La Mancha Voraz¨, es la peli de un monstruo, amorfo, viscozo y gelatinoso que vino del espacio en un meteoro. Al principio es del tamaño de un balón de
tenis, se pega en la mano de un viejo, la consume, crece, se papea al viejo,
vuelve a crecer, se gulea a otro chabón, crece aún más, y así sucesivamente. The Blob se alimenta de carne viva, y mientras más morfa, más grande se hace. Esta versión, la de 1988 es un remake en línea
con los de la Mosca o La Cosa, donde lo que antes se sugería ahora se muestra. Por ende, y pese a caer en los tópicos
y clichés propios del género, el director Chuck Russell pone en evidencia cuan terrible es este mounstruo que digiere
vivas a sus víctimas. Ser presa de The Blob, augura una de las muertes más
atroces y dolorosas del cine de horror.

Puntuación personal: 7/10 (Buena).



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x1X

  • 15 Jun 2016

--


Wouh acabo de ver esta película sin demasiadas expectativas y pensando que sería algo casposo, me he llevado una gran sorpresa. Es cierto que tienen todos los clichés de este tipo de pelis pero, los efectos son muy buenos para la época. Me ha llamado mucho la atención los efectos y sus muerdes, muy destacables. La trama más de lo mismo pero se hace muy ágil. Posiblemente, lo más flojillo es el final. La recomiendo. Sí.



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fenix711

  • 11 Feb 2016

8


“Diversión ochentera”

Qué época los 80’!!! Uno iba al cine sin saber bien con que se encontraría y sobre finales de década con el auge de los videoclubs nos llegarían cientos de filmes de nuestro género favorito dentro del cual “The Blob” supo ganarse un lugar en el corazón de muchos.

Su guión es regular y peca de simplista, un meteorito cae en la tierra con un extraño organismo que empieza a sembrar el terror en un pequeño pueblo norteamericano y poco más con una historia dirigida sobre todo al público adolescente.

Las actuaciones son correctas con el protagónico de Kevin Dillon y Shawnee Smith acompañados de secundarios fácilmente reconocibles por el público y que participaron en numerosas cintas de la época como Jeffrey DeMunn, Candy Clark, Paul McCrane, Bill Moseley o una jovencísima Erika Eleniak. También tenemos una pequeña participación de Jamison Newlander uno de los hermanos Frog de “The Los Boys”.

Los efectos son muy buenos en especial el maquillaje, con muertes logradas y un buen diseño de la masa gelatinosa encargada de infundir temor, su banda sonora rockera se destaca en especial el tema “Brave New World” de Alien.

El trabajo de Chuck Russell en la dirección es excelente la película tiene un ritmo trepidante y es diversión en estado puro ideal para disfrutar en un fin de semana junto a una ronda de amigos.

Mi puntuación: 8 MUY BUENA “The Blob” puede resultar para algunos un entretenimiento liviano pero es mucho más que eso, su objetivo es entretener y lo logra con creces siendo otro RECOMENDABLE y típico producto ochentero. A disfrutarla.
Saludos y un abrazo desde Argentina.



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r89

  • 19 Dec 2015

9


Gran pelí de esa masa-marciana que engulle a todo lo que se mueve y haciéndose más y más grande.
La verdad que no he visto las otras versiones porque no me interesaba, pero esta si me ha gustado bastante, buenos efectos de la masa también a destacar.



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Metal Zombie

  • 10 Oct 2015

8


A mi parecer, esta entre los mejores remakes que se le hayan hecho a una película, en este caso, a la cinta de 1958, The Blob.
¨La Mancha Voraz¨, como se conocio aca en mi país, es de esas cintas que me traen recuerdos de la infancia, cuando aun estaba disponible en vhs, esta era de las primeras que tenía en cuenta. La historia me atrapo por completo, hay un buen desarrollo, si baja el ritmo, es por escasos momentos, pero siempre trata de mantener el ritmo.

Puro terror era lo que transmitia esta película, en tiempos recientes, apenas ni se ve eso, pero que aun conserva esa esencia 80s con unos efectos especiales muy bien logrados y unas cuantas escenas que se me quedaron en la memoria.

Las muertes son el plato exquisito, algunas son graficas, otras hasta originales, destacando el tipo de la tuberia, la chica de la cabina telefonica, el cinema, el chico y la chica en el carro etc, contando no mas la manera tan grotesca como muere cada victima, todo un festin.

El reparto es modesto y normal no mas, aca en este caso el heroe es Kevin Dillon, un joven rebelde amante de la motos, el típico estereotipo de adoloescente rebelde que hace un papel a la medida junto con una cara que se haría conocida muchos años mas adelante en la excelentisima película Saw, Shawnee Smith.

Todo un clásico de la época dorada del terror, película para recomendar.


Lo Bueno:
FX bien trabajados y claro, las muertes.

Lo Malo:
En algunas partes, la banda sonora no llega a transmitir esa sensacion de panico.



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satyr filth

  • 29 Mar 2015

7


Influenciada claramente por La Cosa, esta cinta es una Remake de la cinta de los años 50.

Claramente es bastante superior en la trama y en los Fx.

Buenas actuaciones, buen ritmo pero a veces decae, muy buenos Fx, buen historia...

Los Fx son de lo mejor, revive la película a pesar del ritmo un poco lento...

Un clásico de los 80..........



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