Villas Flores por MVN

 Villas Flores por MVN

Villas Flores Pt1

Villas Flores Pt2

Villas Flores Pt3

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Planos Pt4

Planos Pt5

Planos Pt6

 Campus Financiero BHD

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A modo de testimonio.

Plácido Piña

 

Cuando el presidente del Banco BHD, ing. Luis Molina Achécar, me hizo el encargo para estudiar un master plan en la manzana de la sede del Banco BHD, salí con la convicción de que lo abordaría con Ja’el como arquitecto asociado al proyecto. Pero esta vez adoptamos la modalidad de que ambas firmas fueran asociadas y compromisarias.

 

Este ambicioso proyecto viene a culminar un sueño anidado por más de 40 años. La naturaleza del encargo es lo que se conoce como el “Proyecto del Presidente”. Es el legado que el presidente deja a la institución. Así ocurrió antes, cuando el ing. Samuel S. Conde, de la mano del mismo ing. Molina, concibió la sede original del banco.

 

Fue con esa visión que se proyectó un master plan que racionaliza el uso de suelo y los recursos existentes de cara a crear lo que sería un campus financiero urbano que se adaptaría y ajustaría a los crecimientos proyectados y a los cambios y avances tecnológicos. Ese master plan se implementaría en etapas sucesivas. Ahora se ha completado con éxito las fases A y B.

 

El enfoque, desde el inicio, está guiado por la sostenibilidad, la moderación y la racionalidad en el uso de los recursos. Es una filosofía que el BHD ha mantenido desde su fundación y que el país le reconoce. Se consolidó una identificación entre arquitectos y cliente que tiene una larga historia de colaboración.

 

En la obra se nota un profundo respeto por los edificios existentes, sus morfologías, proporciones, escalas y texturas. Por la materialidad. De ese modo el bloque de estacionamiento se relaciona con la Torre BHD y el Centro de Operaciones se alinea con el Edificio Sur, creando el conjunto un espacio urbano interior a modo de campus financiero.

 

La apuesta es, entonces, por formas puras que respeten y celebren la tectónica de la sede original. Todo ello traído a un lenguaje contemporáneo con nuevas ideas que reflejen el compromiso por la sostenibilidad y su inserción en la memoria urbana.

 

Así se ha hecho realidad ese sueño que el Banco BHD y sus líderes han ido construyendo con tanto tesón. Siempre tengo presente la cara de ilusión que puso el presidente del banco, ing. Luis Molina, cuando desde la ventana de su despacho me mostró el lote donde desarrollaría ese largo sueño de futuro. Lo ha logrado. Es su legado. 

Proyecto Villa Valerio

 

Proyecto: 

Villa Valerio

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Casa Abanico

Proyecto: 

Casa Abanico

Planos de la Casa Abanico

Planos de la Casa Abanico

Planos de la Casa Abanico

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Proyecto pt4

Otra Carta (whatsapp) a nuevarquitectura

En cuarenta años (41) y días de nuevarquitectura (incluyendo confinamiento) han pasado dos generaciones y un viaje de promociones de arquitectos y arquitectas, y de urbanistas y diseñadores urbanos. Nuevarquitectura surgió en una etapa en que la arquitectura dominicana se debatía entre lo figurativo y lo abstracto, y entre afectos y desafectos. Su “cienhojasdearquitectura" lo testifica. Ahora, con la mitad de su alma entre ánimas wagnerianas danzando trastocadas por la sequía, surge la inquietud de su implicación de cara al futuro.

En cuarenta años (41) todo ha cambiado en los paradigmas sociales y culturales, y en la práctica del diseño urbano y la arquitectura. Ahora toca pensar en conectar con una generación “underforty” a la que toda esa historia de debates ideológicos le es ajena. Toca entender y conectar con esa pléyade de talentos que buscan en el “marketing” del diseño nuevos espacios de participación. Se abre una nueva perspectiva.

Cuarenta años (41) que invitan a la celebración con esa mezcla de alegría y nostalgia. Me uno a la celebración alegre y al futuro.

Mi afecto,

ppina

Ver también PeNéLoPe

Arquitectura'83

A Miguel y a Emilio. Ausentes.

En ocaciones, revisando cajas, encuentra uno cosas de las cuales ya hasta a la memoria le cuesta llegar. Es el caso del programa de la exposición Arquitectura'83 en la República Dominicana. Comparto el texto de Miguel Vila y la presentación del programa sólo como un registro. Pla

La arquitectura dominicana ha tomado a través de su historia diferentes vertientes. Pero en todas la épocas éstas han proyectado a los arquitectos como individuos y no como grupo. El que hoy se realice una exposición de la profesión que lleva la responsabilidad de la parte edilicia de la sociedad es regocijante y oportuna. Pero cuando esta exposición reune un grupo de arquitectos de tan variada procedencia, generación, y enfoque, como es Arquitectura’83, esta exposición se convierte en algo realmente importante.

Constituye un logro poder decir que nuestra arquitectura posee una enorme riqueza y que se presenta en un proceso constante de desarrollo. Arquitectura’83 es sólo una pequeña muestra del potencial de la profesión y la importancia que la misma va teniendo en nuestro medio social.

La idea de exponer proyectos no realizados viene a ser un reconocimiento al trabajo arduo y continuo que desarrollamos los arquitectos en una serie de diseños que al no edificarse pierden visos de realidad y se convierten en simples ejercicios creativos, con frecuencia de gran valor intrínseco. Tal trabajo conviene darlo a conocer al público y en especial a los estudiosos de la arquitectura, porque el mismo es parte de nuestro desarrollo y comprensión del hecho arquitectónico.

La importancia de eventos como éste es doble; muestra nuestra labor, evidenciando nuestro aporte social y al mismo tiempo contribuye a crear conciencia, no tanto al usuario en general, como a nosotros, los arquitectos, en particular como estímulo de superación.

Los arquitectos somos y seremos los creadores básicos de los espacios que necesita el hombre para sus diferentes actividades, entablando un diálogo con él damos respuestas a las necesidades reales que, finalmente, dictarán las oportunidades de creación de cada arquitecto. Mientras más consciente estemos profesionales y usuarios, lograremos mejores resultados en la calidad de vida de la sociedad.  Arquitectura’83 constituye, pues, un esfuerzo para proyectarnos como grupo professional definido, así como para fomenter el acercamiento y la comprensión entre los diversos, y aparentemente disímiles, components de nuestro sector. Solamente a través de eventos amplios y libres, como éste, encontraremos los puntos de coincidencia que puedan unirnos, así como superar los posibles conflictos.

En la unión está la sabiduría de encontrar nuevas y mejores vías para proyectar y demostrar la labor que somos capaces de rendir a la sociedad, la responsabilidad y el compromiso que asumimos frente a ella, la conciencia histórica que al diseñar legamos a las generaciones por venir. Solamente con la sensata identificación de nuestros intereses podremos, los arquitectos, apreciar y enfrentar las oportunidades y dificultadesque solo a nosotros nos atañe resolver.

MIGUEL VILA

“ARQUITECTURA 83”

Esta muestra es, en cierto sentido, una manisfestación del estado actual del quehacer arquitectónico en República Dominicana. Porque aunque se trata de proyectos no realizados, (es possible que ninguno llegue a construirse jamás), evidencia el grado de dedicación y competencia de los arquitectos y la arquitectura en el país. La diversidad de las ideas refleja la creatividad existente.

Nunca antes un grupo tan numeroso de arquitectos había asumido la responsabilidad de mostrar al público su trabajo, sobre todo su major trabajo.

Esta exposición y el ciclo de conferencia que las acompañan es prueba de la necesidad de debatir el ámbito de acción y el compromise del oficio del arquitecto en su medio social.

ARQUITECTURA 83 apunta a otras metas. Demostrar la posibilidad real de unir aspiraciones communes a todos los arquitectos dentro de una diversidad de criterios.

ARQUITECTURA 83 es un indicio alentador; compensa con creces el valor de la iniciativa.

Grupo organidador NUEVA ARQUITECTURA

Coordinación y montaje de la Exposición: Arq. Miguel Vila

Afiche: Arq. René Alfonso

Estación Central de Ferrocarriles, La Habana. Estudio Choy León

José Antonio Choy: Los Caminos del I Ching

Pretextos del paisaje

por David Mateo

El cielo y la tierra se unen sin fundirse

Cuando vi por primera vez los paisajes figurativos de José Antonio Choy,  tuve la sensación de que nada en ellos era azaroso o fortuito, que parecían supeditarse con austeridad a determinados códigos de representación. Me resultaba demasiado enfática, insinuadora, aquella simetría con la que el artista diseñaba la estructura de los espacios y el ángulo de su percepción; la acentuada linealidad con que justificaba los distintos niveles del entorno, en particular aquellos que inducían la correlación entre horizonte y contigüidad. 

En un instante llegué a creer que se trataba de la readaptación de algunas estrategias heredadas del trabajo con la arquitectura, oficio por el que ha sido ampliamente reconocido en el ámbito cultural cubano, y cuyos indicios se hicieron notar en un conjunto de imágenes abstractas que había apreciado en etapas anteriores. Después pensé que esos paisajes figurativos, realizados con tinta sobre papel y lienzo, estaban imbuidos de los fundamentos compositivos de los ideogramas chinos; suposición que no se amparaba en el simple motivo de descendencia del autor, sino que partía del grado de compactación y gestualidad que mostraba el esbozo de los distintos planos de sus cuadros. La simulación visual de los contornos rurales o de la vegetación tupida del panorama (sin disgregar los rasgos esenciales de sus elementos: una palma, una montaña, un bohío…) parecía formar parte de un único trazo, de un único sesgo y movimiento instigado por el artista.

La hipótesis del vínculo con los ideogramas chinos la sostuve con firmeza hasta el momento justo en el que tuve la oportunidad de conversar con Choy.  Aunque debo decir que ninguna de mis conjeturas iniciales desapareció como resultado de esa oportunidad de intercambio, pues sigo creyendo que de todos esos campos y experiencias se ha estado enriqueciendo su actividad paisajística. Sin embargo, en mi diálogo con él pude constatar la fuente directa de la que se nutren sus metodologías para el dibujo paisajístico, y hasta quizás todas sus concepciones representacionales, con independencia de la manifestación o la técnica con que las canalice. Me refiero a los contenidos y símbolos del I Ching.

Casualmente, unos días antes de la visita a la casa de Choy, había sostenido una larga conversación con esa figura emblemática del paisaje insular (de sustrato ético, filosófico) que es Tomás Sánchez, y en ella ambos coincidíamos sobre el exceso de improvisación representativa, sobre la ausencia de rudimentos conceptuales que hay en la práctica reciente del género. Por eso me resultó curioso y al tiempo gratificante que, casi recién salido de esa confrontación con Tomás, el primer artista vinculado al paisaje con el que me haya topado de manera coyuntural haya sido José Antonio Choy; un ejecutante, por ahora alternativo, aunque promisorio del género, que ha ido perfeccionando sus fórmulas y artificios de representación; y que se ha pertrechado de todo un sistema gnoseológico y predictivo, de un modelo conciliador de sabidurías ancestrales para llevar a cabo su faena paisajística.

La funcionalidad de esa inmersión en los compendios del I Ching –de vigencia irrefutable en la circunstancia moderna- muestran varias razones de constatación en el quehacer artístico de José Antonio Choy: por un lado, está la reasimilación de un instrumental exploratorio para desarrollar el análisis del contexto y el balance de su propia situación existencial e intelectual; y por el otro, la posesión de una serie de consideraciones o dictámenes extremadamente útiles para encarar, dentro de ese mismo ejercicio analítico, el abordaje alegórico de lo contingente y provisorio. De igual modo corroboramos la readecuación práctica de una pauta o método simbólico para la elaboración de las imágenes. Esa pauta presiona con potencia sobre la capacidad de síntesis e insinuación iconográfica del dibujo y la pintura de Choy; dinamiza el diseño compositivo frente a los deslindes o demarcaciones rígidas, en aras de alcanzar una mayor relatividad perceptual de esos estados relacionales que sus paisajes sugieren.  

La Habana, 2014

Es propicio esperar en la llanura

El cielo se sumerge plácidamente en la tierra