Tuesday, April 23, 2024

Los que salvarán a nuestro país


Decía López Portillo en su tiempo que México era un país mágico en donde cada seis años se renovaba la esperanza. Y es que cada sexenio llega un nuevo presidente que sí sabe qué hay que hacer, pero la realidad lo termina mostrando como lo que realmente es: un inepto. Y ahora que se vienen las elecciones en una votación para un sinfín de puestos políticos vemos como salen casi de debajo de las piedras un conjunto de personajes que están dispuestos a sacrificarse por el país. Ellos, sin importar el puesto que buscan, pretenden hacernos creer que sus promesas de un México mejor son lo que veremos próximamente si los elegimos. Y todos ellos, como los personajes que se muestran en la foto que ilustra este artículo, tienen cualquier cantidad de propuestas. Por ahí uno dice que cambiará toda la red de abastecimiento de agua, tuberías nuevas, cero corruptelas, etcétera. Otros saldrán con su currículum de los años pasados en donde mostraron lo capaces que fueron en sus puestos anteriores y en fin, estamos ante esta nueva legión de candidatos a héroes de la nación, que están todos dispuestos a trabajar 24/7 parra que este país sea el que de verdad merecemos.

Sin embargo, toda esta historia se repite cada seis años. Salen los candidatos a decir cuanta barbaridad se les ocurre. Y así, mientras Sheinbaum, por ejemplo, dice que cuando ella gobernaba la CDMX se bajó la criminalidad, dando números que quién sabe con qué metodología se obtuvieron, Xóchitl Gálvez, dice que el sistema de salud te garantizará que si no te atienden en el sector público, podrás ir a un hospital privado y el gobierno te lo pagará. Y pasará lo mismo si no puedes entrar a una universidad pública. Podrás irte a una universidad privada para que hagas tus estudios, pagados por el Estado... Y de Máynez no tengo mucho que decir, porque finalmente es un bulto en la contienda al que nadie le hace caso.

El problema es que en el fondo, atrás de esa fachada de candidatos conscientes y preocupados por la problemática del país, tenemos a un conjunto de personas que quieren acceder a un buen sueldo, a entrar en la política, que parece deja buenos dividendos, y que -finalmente- les podrá servir de trampolín a otros puestos y por qué no, hasta la silla presidencial. Vamos, son una sarta de vividores.

Desde luego que este tipo de personajes -en general (porque habrá honrosas excepciones)- busca su beneficio personal pues saben que no importa que hagan, no podrán tener contentos a todos. Y como las promesas de campaña son eso, sólo promesas, si no se cumplen pues no pasa nada. Al final de cuentas todo lo que prometen choca contra una pared llamada "falta de suficientes recursos" y entonces, no hay nada que hacer y menos que reprochar. 

Lo que para mí está claro es que antes se ponían letreros con los rostros de delincuentes y se ofrecían recompensas. Hoy en día, piden votos. 

Sunday, April 07, 2024

El futuro de MoReNa


Vienen las elecciones y de los tres candidatos presidenciales es claro -al menos para mí- que no hay para donde hacerse. Maynez es un simple florero y si acaso la competencia por la presidencia estaría entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. Esta última tiene la ventaja de ser la candidata del partido en el poder, seleccionada por AMLO (aunque haya quien crea que fue un proceso democrático), y ya arropada así, es probable que no haya manera de arrebatarle el triunfo. De hecho, Xóchitl Gálvez surgió como candidata cuando López Obrador habló mal de ella y entonces la ahora candidata del PAN le pidió derecho de réplica, que no le dio. Y entonces se convirtió en la posible opción mediática para el partido azul, aunque en términos de capacidad para un puesto como el de presidente, como que se queda demasiado corta.

Así pues, no creo que haya ninguna sorpresa si gana Sheinbaum. Sin embargo, lo interesante seguirá cuando precisamente deje el poder AMLO. Y es que el presidente es el líder de su partido y motivador de su "filosofía" de la transformación. Y teniendo esta palestra diaria llamada la mañanera, a la incesante repetición de las mismas tonterías, de la supuesta conspiración de los conservadores y sus "intelectuales orgánicos" (qué quién sabe qué signifique eso), su movimiento de alguna manera se mantiene activo. Pero cuando pase lo que pasa cada cambio de sexenio, que el presidente saliente es borrado de los medios y el nuevo presidente tiene todos los reflectores, ¿Qué pasará con la cuarta transformación? ¿Seguirá incólume? ¿O empezará a palidecer ante la falta de su líder que si cumple, se irá al ostracismo político. Y ojo, yo dudo que AMLO deje de interactuar en la política mexicana porque todas sus promesas son siempre fallidas (desde el "denme por muerto").

Pienso pues que la 4T va a palidecer, se irá apagando como movimiento porque ya no estará nadie quien pueda encender el fuego cotidiano para mantener este movimiento. Desde el supuesto ataque de los medios, del que "están muy enojados", de lo perversos que son Claudio X González, Córdova y todo aquel que impugne las mentiras de este señor que hizo uno de los peores gobiernos de los que tengamos historia. Porque no solucionó nada: ni tenemos un sistema de salud como los países nórdicos, ni hay medicinas, ni tenemos la prometida seguridad y además, un sistema educativo deplorable, el balance es bastante malo, para decirlo en una sola palabra.

Si gana Sheinbaum (o gane quien gane), enfrentará un país con una crisis profunda en diversos temas. Si la nueva presidenta decide mantenerse en la línea de su antecesor, no hay mucho bueno que pueda darse en este gobierno que viene. Si quiere mantener este guión de conservadores contra la 4T, creo que ni podrá ni siquiera convencer sobre el particular. Vamos, si decide hacer mañaneras como AMLO, seguiremos teniendo un país en donde todo son espejismos porque en el trabajo cotidiano no se hace nada. 

Soy de la opinión de que MoReNa se quedará otro sexenio y después habrá algún otro partido que tomará la presidencia. Yo creo que AMLO logró sus propósitos porque se instaló como el gobernante al mejor estilo del más rancio priísmo. Pero esto no da más. No creo que si gana la presidencia Sheinbaum, logre mantener este ridículo movimiento. 

Monday, March 25, 2024

Jugando al Melate con algoritmos genéticos


Hoy, gracias a la ciencia, hemos podido resolver un número enorme de problemas que nos afectan. Hemos entendido por ejemplo, algunas características de los sismos y por ello hemos podido tomar acciones para protegernos. Y esto es sólo una muestra porque la ciencia en general ha trabajado en un sinfín de frentes y se han resuelto problemas que permiten que la vida sea más fácil de vivirla.

Hay problemas, sin embargo, que no aceptan una solución definitiva y que en el mejor de los casos sólo podemos hallar una solución aproximadamente buena. Este tipo de problemas en teoría de la computación se les llaman NP (nondeterministic polynomial time) y su importancia reside en que hay muchos problemas de búsqueda y optimización en donde no hay una solución final. Lo más que podemos tener son aproximaciones. Por ejemplo, el problema del agente viajero, el cual trata de responder a la siguiente pregunta: dada una lista de ciudades y las distancias entre cada par de ellas, ¿Cuál es la ruta más corta posible que el agente viajero puede usar para visitar cada ciudad exactamente una vez y al finalizar regresa a la ciudad origen? No existe solución completa y final a este problema y quien lo encuentre bien podría hacer mucho dinero, pues su solución podría permitir implementarla en las empresas de mensajería y así optimizar sus viajes.  

Otro problema NP es el de la mochila, el cual dice: Dado un conjunto de artículos, cada uno con un peso y un valor, determine qué artículos incluir en la colección para que el peso total sea menor o igual a un límite dado y el valor total sea lo más grande posible. Este tipo de problemas suelen plantearse de muchas maneras, por ejemplo: imagine que tiene una mochila y encuentra una cueva con una serie de objetos de metales preciosos. El problema es que sólo puede llevarse lo que pueda entrar en su mochila. ¿Cómo hacer para llevarse el máximo valor posible (dadas las condiciones iniciales)? Es otro problema que no tiene una solución final y definitiva. La ciencia ha buscado incansablemente maneras de aproximarse al máximo en este particular problema.

Y el tema de la mochila es una mera analogía a muchos problemas de máximos y mínimos que encontramos en el mundo real. De hecho, pensando en esto, el problema de la mochila puede ser usado para intentar hallar los números del Melate a los cuales apostar para tener más chances de ganar. De hecho, en el artículo pasado hablamos de un software que escribí para hallar los números del Melate que aparecen con más frecuencia que otros. La razón para que no salgan con la misma probabilidad esos números es que el azar real, en la tómbola que se usa, hace que quizás –sólo quizás– las diferencias mínimas en el peso de las bolitas (décimas o centésimas de gramos), bien podría hacer que la probabilidad no fuese exactamente de cada número 1/56. Puede ser también que todo esto sea una construcción mental y que simplemente no hay suficientes concursos realizados para que se cumpla la ley de los grandes números, la cual es en realidad un teorema de la estadística que nos dice que el promedio de una muestra (pequeña), tomada al azar de un universo (de gran tamaño), tenderá a estar cerca de la media de dicho universo. 

Como sea, el problema de la mochila puede programarse como un algoritmo genético, un sistema ideado por el biólogo teórico John Holland en los años 70s del siglo pasado, en donde se realizan una serie de pasos en un programa a partir de la evolución biológica y su base genética. Estos algoritmos hacen evolucionar una población de individuos (simulando sus condiciones a través de “cromososmas y genes”), sometiéndola a acciones aleatorias, semejantes a las que actúan en la evolución biológica (mutaciones y recombinaciones genéticas), así como también a una selección. Se usa una función de “aptitud” (fitness) para establecer qué individuos son mejores que otros. Esto se hace ejecutando repetitivamente el algoritmo genético hasta que se llega a una buena solución o cuando se exceden los recursos de la máquina que está haciendo el proceso. De acuerdo con esto, se decide cuáles son los individuos más adaptados, que sobreviven, y cuáles son los menos aptos, que son descartados.

Entonces, si tenemos el cálculo del porcentaje de veces que salen los números en el histórico del Melate, bien podemos pensar que este porcentaje habla del éxito de esos números para “sobrevivir”, para ser los más “aptos”. Si consideramos que tenemos que elegir 7 números (donde el último es el adicional), basándonos en el porcentaje en el que han salido en los anteriores 1777 concursos, bien podemos pensar que es el equivalente a elegir los objetos más valiosos hallados en una cueva para meterlos en nuestra mochila y llevarnos la mayor riqueza posible dadas las condiciones iniciales planteadas.

Hay en Internet muchos programas y aplicaciones que juegan con el algoritmo genético. Desde luego que dada las condiciones azarosas del concurso del Melate, diferentes programas pueden dar diferentes soluciones. Sin embargo, para ayudarles un poco a mis cuatro lectores, les pondré la lista de números (columna izquierda) y el porcentaje calculado del número de sorteos en el que ha salido cada número (columna derecha):

49 13.77379619

29 13.77379619

54 13.77379619

52 13.71780515

5 13.54983203

50 13.43784994

12 13.3818589

56 13.3818589

43 13.32586786

21 13.26987682

19 13.21388578

40 13.21388578

1 13.04591265

18 13.04591265

15 12.87793953

26 12.87793953

10 12.76595745

24 12.76595745

45 12.76595745

25 12.65397536

33 12.65397536

2 12.59798432

13 12.59798432

17 12.59798432

28 12.59798432

44 12.59798432

48 12.59798432

51 12.59798432

36 12.54199328

3 12.4300112

39 12.4300112

6 12.37402016

32 12.31802912

42 12.31802912

16 12.26203807

46 12.20604703

55 12.20604703

20 12.09406495

8 11.92609183

30 11.92609183

37 11.92609183

47 11.92609183

4 1.87010078

14 11.87010078

34 11.87010078

35 11.87010078

53 11.87010078

38 11.81410974

27 11.7581187

23 11.70212766

9 11.64613662

22 11.64613662

31 11.59014558

7 11.53415454

11     11.53415454

41 11.42217245

Ahora hay que hacer la tarea de buscar qué aplicaciones de algoritmos genéticos pueden hallar en Internet y poner los datos como el sistema que hayan encontrado les exija para que pueda procesarlos. Para darles una idea de los resultados que puede entregar el algoritmo genético, yo usé el programa de Gary Darby, Branch and Bound Algorithm, que aparece en su página www.DelhiForFun.org. Este fue el resultado que el sistema halló: 49, 29, 54, 52, 5, 50 y 12. Ojo, no sé cuál es el número adicional de todos estos y además, considerando los porcentajes, el 12 podría cambiarse por el 56, por ejemplo.

Cabe decir que de nuevo, este trabajo no garantiza que se hará el lector millonario de la noche a la mañana. Simplemente les dará una aproximación que quizás sea mejor que apostar azarosamente a los siete números (o quizás no). Mi sugerencia es que si consideran que todo esto tiene algún sentido y quieren probar suerte, háganlo sistemáticamente cada semana. Es muy, pero muy poco probable, que se ganen el Melate con una primera apuesta al sistema. Si me preguntan, yo apostaría esos mismos números semana a semana por varios meses. En cualquier caso me deslindo de cualquier responsabilidad mía sobre las acciones, apuestas y gastos que tomen los lectores de este artículo. Yo solamente intento usar las herramientas de la ciencia para poder jugar con más chances que si se hace azarosamente. ¡Qué conste!


Friday, March 15, 2024

La dura realidad



La vida es dura en general y eso si no lo sabemos lo aprendemos con el tiempo. El sobrevivir en este competido mundo implica esfozarse, trabajar, estudiar, y de alguna manera buscarse la manera de ganarse la vida. Para colmo, lo que ocurre con los años es que los problemas de salud se empiezan a hacer más frecuentes y eventualmente terminan siendo fatales. Y este tipo de historias las conocemos perfectamente ya sea por familiares o amigos y entonces nos damos cuenta que sí, la vida es difícil, es realmente dura.

Desde luego que los seres humanos nos las hemos ingeniado para que el vivir no sea tan complicado. Finalmente tenemos recursos que podemos usar aunque no tengamos en muchas ocasiones suficiente dinero. La salud, por ejemplo, se puede mantener aunque los servicios de salud públicos sean deficientes como ocurre en nuestro país. Y a mí no me lo han contado: por una situación familiar personal, tuve que estar en un hospital de zona del IMSS y claramente las deficiencias se hicieron evidentes. No había, por ejemplo, ni papel de baño ni agua potable en los baños del hospital. Los acompañantes de los enfermos tenían que dotar de estos elementos a sus enfermos. 

Otros detalles son significativos: me pidieron los doctores del hospital de zona que fuese a un área para pedir que me grabaran en un DVD un estudio de tomografía que habían hecho a mi familiar. Tuve que comprar el DVD por 20 pesos en una farmacia que -curiosamente- los vende frente a la entrada de dicho nosocomio. Es decir, el hospital no tiene recursos para comprar DVDs para registrar los estudios de los pacientes. 

Y podría hablar de la limpieza. Sé que las comparaciones son odiosas pero en el hospital de zona la limpieza es muy deficiente. Vi en una sala de espera que a alguien se le había caído su café. La mancha del mismo se secó y estuvo dos días al menos sin que nadie hiciese la limpieza. Eso no ocurre en los hospitales privados en donde hay una obsesión por la limpieza aunque sí, entiendo que en dichos centros de salud se cobra casi por respirar. 

Y si hablo de todo esto es porque AMLO ha dicho reiteradas veces que vamos a tener un sistema de salud como el de los países nórdicos, como Dinamarca. Y no sólo eso, ha dicho que no será como el Dinamarca, sino que será el mejor del mundo. No obstante este alarde de declaración, ha cambiado la fecha de este maravilloso sistema de salud en reiteradas ocasiones. Como se le está acabando el sexenio ya de plano dijo que "antes de que acabe su mandato" se tendrá este anhelado sistema perfecto de salud a nivel mundial.

Y ojalá fuese así. El problema es que de acuerdo a la información que se tiene, este sistema de salud que tenemos, (el IMSS), simplemente está rebasado. Y es que somos 136 millones de habitantes (contra unos 6 millones de Dinamarca). Y desde luego, esta cantidad de población representa un reto mucho mayor. Por ejemplo, si se quieren deprimir un poco, vean este comparativo hecho por la revista Expansión.

Ahora bien, vean el rubro del gasto en salud por cada país.

Gasto Salud (M.€) [+] 2022 30.279.587.343,4  (Dinamarca)

Gasto Salud (M.€) [+]   2022        39.054.680.864,1 (México)

Aquí se ve que México ha gastado 9 mil millones de euros más, pero hay un detalle, somos 136 millones. Dinamarca ha gastado 9 mil millones menos, pero tiene menos de 6 millones de habitantes.

Ruíz Healy, por su parte, hace un análisis de esta mentira del supuesto sistema salud mejor que el de Dinamarca y sin adjetivar demasiado, sus datos muestran que es inviable que México pueda tener ese esquema de salud del que habla el presidente.

En consecuencia, no hay forma en que se tenga un sistema de salud no sólo mejor que Dinamarca, sino de todo el mundo. Es imposible, es una mentira y es creerse una fantasía que contrasta con la dureza de los números, de las cifras, que nos muestran la verdad sobre el tema. Esta dura realidad sólo tiene dos vertientes: o la desconoce el presidente o simplemente la ignora. Y si es la segunda opción es el equivalente a la imagen clásica del avestruz metiendo su cabeza en un agujero. Chance así -debe creer- la realidad será como imagina. 

Sunday, March 10, 2024

Ni Dios es todopoderoso

Discutir acerca de la existencia de Dios es muchas veces inútil pues eventualmente se convertirá en una discusión de sordos. Mucha gente cree en un dios (no nos preocupemos por el momento a qué dios o religión se refiere) y todo se reduce a un acto de fe. Sin embargo, hay quien quiere anteponer "pruebas científicas" para validar la existencia de un dios. Y para ello en ocasiones apelan, por ejemplo, a la creación del ojo humano, asunto tan complejo que no puede siquiera suponerse que esto es parte de una evolución natural. Este tipo de argumentos ya han sido refutados por Richard Dawkins(en su obra El Relojero Ciego), uno de los biólogos evolucionistas más importantes en el mundo. Desde luego la religión católica ha usado la idea de Dios para adoctrinar a las personas y así controlar su conducta. En cambio Spinoza pensaba que la Naturaleza-Dios es su propia causa y la única esencia existente.

Como puede verse, las discusiones sobre la existencia de Dios pueden ser infinitas y también estériles. Y no obstante todo esto la pregunta sigue estando vigente: ¿Existe Dios? Yo soy de una idea parecida a la de Spinoza y entiendo que Dios -en caso de existir- no se anda fijando en lo que hace o deja de hacer el ser humano. Sus acciones pasan desapercibidas por el creador que -quiero creer- debería tener mejores cosas en qué ocuparse. 

Pero de pronto leo sobre algún tema y encuentro alguna relación que parece que descubro entre lo que leo y la existencia de Dios. Me explico: Stephen Wolfram (el creador de Mathematica), es un experto reconocido en los autómatas celulares. Su libro "A New Kind of Science", trata el tema de manera profunda y es uno de los libros mejor armados y trabajados sobre esta cuestión. Wolfram, sin embargo, después de tantos años de estudiar los autómatas celulares, creyó darse cuenta que quizás -sólo quizás- el universo y todas sus leyes podrían ponerse en términos de un autómata. Y puso manos a la obra. Es evidente que más de un científico estará en contra de las ideas de Wolfram porque finalmente el edificio de la física parece tener cimientos muy fuertes. ¿Pero qué tal pensar que hay una alternativa a todas estas ideas? Wolfram las analiza en un nuevo libro que hallé en Z-lib y que no sé si es un borrador o algo ya publicado. Dicho libro se llama "A Project to Find the Fundamental Theory of Physics" y tiene asociado una página web.

En esencia la idea de Wolfram es que las reglas de la física quizás sean simplemente un elaborado autómata celular. Wolfram, cuando estudia este fenómenos de los autómatas celulares en una dimensión, se da cuenta que ciertas reglas ciegas producen resultados azarosos y muchas veces emergen propiedades inesperadas. Esto se ve en otros autómatas, como la "hormiga de Langton", donde a través de reglas poco menos que triviales, una "hormiga" se mueve en un plano y eventualmente genera un comportamiento emergente: nace un atractor que no es fácil de explicar. 

Y es aquí donde me llama la atención el tema. Si asumimos que el universo tiene reglas que pueden mostrarse como un elaborado conjunto de reglas ciegas -vamos, un autómata- entonces podrían generarse comportamientos emergentes, es decir, comportamientos inesperados que podrían contener una estructura que se sale de lo que es el simple azar. 

Nosotros los humanos sabemos que los autómatas en una dimensión de Wolfram, en algunas reglas particulares, requieren que se haga la simulación explícita del autómata para poder saber qué pasa en alguna generación particular. Vamos, no existe ningún atajo y no podemos saber la evolución sin hacer el desarrollo -generación por generación del autómata- para entender el resultado en un momento específico. Y si esto es así, y si Dios creó el universo y las leyes de la física como un autómata, es muy probable que el mismísimo Dios requeriría hacer la simulación para ver lo que podría ocurrir a su autómata (el universo), después de N generaciones. ¿Y por qué Dios no sabría? Simple, porque nacen comportamientos emergentes, es decir, el autómata muestra de pronto un atractor, asunto que nadie en principio esperaba. Así, Dios estaría imposibilitado a saber lo que ocurre en su autómata porque las reglas de la física son ciegas, siempre funcionan de igual manera y son persistentes. ¿Cómo entonces Dios sabría de estos comportamientos emergentes? En principio no veo ninguna posibilidad. En ese sentido Dios es tan ignorante como nosotros mismos sobre un sinfín de temas. Y sí, ya sé, me dirán que Dios lo sabe todo pero esa afirmación es indemostrable.

Así, si Dios ha creado un autómata que es el equivalente a las leyes que conocemos de la física, entonces lo que está haciendo el creador es hacer su simulación de su autómata y eso es lo que vemos como el universo, el cual parece que se está expandiendo. Y en el camino nos deja interrogantes como la materia y energía oscura, por ejemplo, que -por qué no- podrían ser parte de estas situaciones que emergen a partir de las reglas definidas por el mismísimo creador.

Curiosamente esto explicaría por qué Dios no nos hace caso. Tal vez somos otro comportamiento emergente que el creador no podía saber que aparecería. Y si esto es así, eso de que tenemos un Dios todopoderoso, se cae ante la posibilidad de vivir en un universo que no es más que un autómata. Uno muy elaborado quizás, pero autómata a fin de cuentas.

Aquí dejo esto a la reflexión.

Monday, March 04, 2024

La naturaleza humana

Publio Terencio Africano, en su comedia Heautontimorumenos (El enemigo de sí mismo), del año 165 a. C., escribió: "Homo sum, humani nihil a me alienum puto", lo que significa "Soy un hombre, nada humano me es ajeno". Sin embargo, en la cotidianidad muchas veces enfrentamos actitudes y comportamientos de otros (que pueden ser extraños o familiares), que no son tan fáciles de explicar. Yo soy de la opinión que en muchos casos los comportamientos que nos tocan ver en otras personas, y que nos parecen extraños, por decir lo menos, son producto de simplemente falta de educación. 

Por ejemplo, hace unos años fui a un restaurante de comida rápida (Burger King), a eso de las 2 de la tarde. Ese día mi plan era comer a esa hora y de ahí lanzarme a Santa Fe a dar clases en la Universidad Iberoamericana (entraba a las 4 pm). Para mi sorpresa, cuando llegué me encontré que había mucha gente y hasta cola para pedir una hamburguesa. Me formé y antes de mí estaba una señora que hablaba por celular. Aparentemente daba indicaciones por teléfono a alguien. No paraba de hablar y cuando llegó al mostrador a hacer su pedido dijo: "¿Qué me recomienda?". Qué cara habré puesto que me vio y exclamó: "Uy, parece que el señor se molestó". Y entonces le contesté: "Sí, me molesta que pregunte eso porque es muy simple: hay hamburguesa con queso, sin queso, doble, de pollo, con pepinillos, con salsa chipotle, etcétera. Todas son unas malditas hamburguesas y ya. Este es un restaurante de comida rápida. Si quiere que le den recomendaciones vaya a otra clase de establecimiento y pida hablar con el chef". Para ese momento un número de comensales empezó a reunirse alrededor mío, para escuchar lo que decía. El gerente de Burger King me hizo a un lado tratando de paliar la situación y me atendió en ese momento. Pedí mi comida y me senté lo más lejos de esta señora babosa. Sin embargo, cuando le dieron la orden a la misma, se acercó a mi mesa y me dijo: "que tenga un buen día".

Pero este episodio es solamente el preámbulo de lo que quiero contarles hoy. Resulta que uno de mis cursos, el de Inteligencia Artificial, lo doy en línea a las 9 am. Tengo unos 40 alumnos y como 10 oyentes. Hoy cuando mi clase llevaba unos 15 minutos, alguien prendió su micrófono (vía zoom) y no sé qué preguntó. No le entendí. Le pedí que esperara que terminara las explicaciones y resolvía sus dudas. Hubo un silencio incómodo y de pronto puso música de reggaetón. Le pedí que apagara su micrófono pero no lo hizo, así que la ayudante, Yessica, lo bloqueó. Pero otro ¿estudiante? prendió su micrófono y también puso música. Le pedí que apagara su micrófono y le advertí que de seguir así, lo sacaríamos de la sesión. Y entonces Yessica tuvo que empezar a bloquear a estos indeseables.

Más tarde me enteré que algunos personajes entraron a la sesión con nombre como "nalgas mías" o bien poniendo el nombre de algún alumno que estaba ya en la sesión. Vamos, estos supuestos estudiantes estaban simplemente boicoteando la clase por zoom. Así que tuvimos que proceder a revisar los teléfonos del chat de Whatsapp que tenemos (para comunicarnos con los alumnos), y borrar todos aquellos que no contestaran a la pregunta si eran alumnos inscritos, oyentes o simples mirones. 

Y lo que me parece curioso es la motivación de uno o más personas para tratar de boicotear mi clase. Vamos, si no te interesa, pues simplemente no entras a la sesión de zoom y listo. Pues no, alguien se conecta a las 9 am a ver si causa algún estropicio en mi sesión. Es francamente muy extraño.

De hecho, ya me había pasado una vez que anuncié vía Twitter, que haría una clase gratuita de ajedrez. Se empezaron a conectar en total unos 20 y de pronto igual, llegaron a ese evento un par de brasileños que querían boicotear la sesión. Tampoco entendí en ese entonces cuál es la motivación para semejante actitud.

Por suerte los sistemas modernos de videoconferencia tienen una buena cantidad de herramientas para bloquear a estos indeseables. Lo triste en el fondo es que se tengan que tomar accione preventivas para que simplemente pueda dar mi clase. Me sigue pareciendo increíble estos comportamientos humanos. Simplemente no los entiendo.


Sunday, March 03, 2024

Una alternativa a la prueba de Turing


De acuerdo a la Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Prueba_de_Turing), “La prueba de Turing o test de Turing es una herramienta de evaluación de la capacidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente similar al de un ser humano o indistinguible de este”. Alan Turing, reconocido como el padre del cómputo, propuso que un humano examinara conversaciones en lenguaje natural entre un humano y una máquina diseñada para generar respuestas similares a las de un humano”. Y continúa la Wikipedia: “El evaluador sabría que uno de los participantes de la conversación es una máquina y los intervinientes serían separados unos de otros. La conversación estaría limitada a un medio únicamente textual como un teclado y un monitor por lo que sería irrelevante la capacidad de la máquina de transformar texto en habla. En el caso de que el evaluador no pueda distinguir entre el humano y la máquina acertadamente (Turing originalmente sugirió que la máquina debía convencer a un evaluador, después de 5 minutos de conversación, el 70 % del tiempo), la máquina habría pasado la prueba. Esta prueba no evalúa el conocimiento de la máquina en cuanto a su capacidad de responder preguntas correctamente, solo se toma en cuenta la capacidad de esta de generar respuestas similares a las que daría un humano.”

Pero siempre ha habido una polémica sobre si la prueba planteada por Turing demuestra algo. John Searle plantea un buen número de interrogantes que hacen dudar sobre la idea de Turing (https://es.wikipedia.org/wiki/Habitaci%C3%B3n_china). En este caso, Searle se enfrenta a la analogía entre mente y computadora cuando se trata de abordar la cuestión de la conciencia. La mente implica no solo la manipulación de símbolos (gramática o sintaxis), sino que además posee una capacidad semántica para darse cuenta, o estar consciente, de los significados de los símbolos. Para ello, plantea que el ser humano ha construido una máquina aparentemente capaz de entender el idioma chino, la cual recibe ciertos datos de entrada que le da un hablante natural de ese idioma, estas entradas serían los signos que se le introducen a la computadora, la cual más tarde proporciona una respuesta en su salida. Ahora Searle nos pide que supongamos que él está dentro de ese computador completamente aislado del exterior, salvo por algún tipo de dispositivo (una ranura para hojas de papel, por ejemplo) por el que pueden entrar y salir textos escritos en chino.

Supongamos también que fuera de la sala o computador está el mismo chino que creyó que el ordenador entendía su idioma y dentro de esta sala está Searle que no sabe ni una sola palabra en dicho idioma, pero está equipado con una serie de manuales y diccionarios que le indican las reglas que relacionan los caracteres chinos (algo parecido a “Si entran tal y tal caracteres, escribe tal y tal otros”). Así, Searle, que manipula esos textos, es capaz de responder a cualquier texto en chino que se le introduzca, ya que tiene el manual con las reglas del idioma, y así hacer creer a un observador externo que él sí entiende chino, aunque nunca haya hablado o leído ese idioma.

Dada esta situación cabe preguntarse:

  • ¿Cómo puede Searle responder si no entiende el idioma chino?
  • ¿Acaso los manuales saben chino?
  • ¿Se puede considerar todo el sistema de la sala (diccionarios, Searle y sus respuestas) como un sistema que entiende chino?

Estas preguntas sólo hacen más complejo el entender qué significa la inteligencia. Searle trata de refutar a Turing pero olvida detalles como el hecho del que simular inteligencia parece ser muy fácil. Fue Weizenbaum quien escribió Eliza, un supuesto psicólogo que platicaba en lenguaje natural con el operador de su programa. Cuando el operador escribía, por ejemplo: “me llevo mal con mi madre”, el software respondía: “háblame más de tu familia”. Eso sorprendía pero Weizenbaum solamente había hecho algunas ligas entre palabras claves del operador para ligarlas con respuestas que parecían inteligentes. Por su parte, Kenneth Colby escribiría un programa similar llamado Parry, que simulaba un paranoico esquizofrénico. Las pláticas de Parry con diversos operadores se presentan en su libro “Artificial Paranoia” trataban de probar que los psiquiatras a quienes se les mostraban estas transcripciones del intercambio entre Parry y el operador, mostraban a una persona paranoica y esquizofrénica, aunque seré franco: me parece que Colby acomoda las pláticas de forma tal que busca engañar a los psiquiatras, vamos “cucharea” los datos para hacerlos más realistas. Pero ojo, es mi opinión.

En estos dos últimos casos parece que “simular” inteligencia parece ser mucho más sencillo que exhibirla correctamente. Y pensando en esto se me ocurrió mi propia alternativa a la prueba de Turing, la cual llamaré “prueba de la Morsa” a falta de un mejor nombre. La idea es que podemos pensar en que algo es inteligente cuando se ríe de un chiste. Y opino que esto tiene que demostrar inteligencia, porque tiene que hacer una correlación entre lo que dice la broma y el contexto de la misma. Ya Artur Koestler (en su libro “Las raíces del Azar”), hace un estudio sobe la razón por la cual algo es gracioso. Koestler apela al combinar hechos que no están en el mismo contexto y es ahí donde se le da cabida a lo cómico. Pondré el ejemplo de Koestler (aunque confieso que no me parece ni remotamente hilarante): “Llega un militar a casa de un amigo y éste lo ve con 36 medallas puestas en su casaca. El amigo le pregunta: ¿Cómo es que has ganado tantas medallas? El militar le contesta: Fui al Casino, aposté la única medalla que tenía y gané”. Koestler indica que la conjunción de dos escenarios incompatibles es lo que hace reír en general (aunque su ejemplo no me convence). 


Así, la inteligencia reside no solamente en entender hechos (o simular que se entienden), sino en que quien le toca tomar decisiones sobre el tema, reconozcan que hay un contexto del mundo exterior que añade información para poder comprender que se trata de una broma y por ende, sonreír al menos. Vamos, un programa de plática no podría reírse de este chiste porque para ello necesitaría saber que los contextos militares y los de un casino se contraponen. 

Resumiendo: la prueba de la Morsa sugiere que (algo o alguien), es inteligente si es capaz de reírse ante una broma. Asunto que despeja todas las interrogantes de Searle al final de cuentas, ¿O me equivoco?