El padre que decapitó a su hija pasó rápido de la desesperación a la calma cuando llegó la policía

"Me hubiera podido cargar a las tres", dijo a los mossos sobre la mujer y las dos hijas
El padre acusado de decapitar a su hija de 18 meses en Girona
El padre acusado de decapitar a su hija de 18 meses en Girona
EUROPA PRESS
El padre acusado de decapitar a su hija de 18 meses en Girona

El hombre juzgado por la decapitación de su hija de 18 meses en Girona se tiró al suelo desesperado pero enseguida "se quedó sorprendentemente tranquilo, como si se hubiera quitado un peso de encima", cuando la policía llegó a su casa, han declarado en el juicio cuatro mossos d'Esquadra que acudieron después de los hechos.

En el segundo día de juicio, han explicado este martes que Marcelo R.pasó de la desesperación a la absoluta tranquilidad al estirarse en la cama de la ambulancia que iba a llevarlo al hospital, y los sanitarios ya no vieron necesario darle ningún tranquilizante.

Según los policías, no se resistió a la detención pero al principio repetía constantemente 'El diablo se ha llevado a mi hija', cuando se tiró al suelo desesperado, aunque no consideran que se tratara de convulsiones.

Sólo tenía un poco de sangre

No tenía síntomas de haber bebido alcohol ni manchas de sangre en la ropa, aunque un agente detectó "un pequeño resto de sangre" en una uña de la mano del acusado.

Una vez en la ambulancia, el padre explicó a los Mossos dónde estaba la cabeza de la niña y el cuchillo que utilizó para matarla, y que tenía preparado otro en la cocina para matar a su hija mayor.

'Ayer me hubiera podido cargar a las tres', dijo a los agentes poco después ya en el hospital, haciendo referencia a la madre y a sus dos hijas.

Este lunes, en el primer día de juicio, el acusado ya dijo que llamó al teléfono de emergencias 112 después de cometer el crimen y rezó para que la policía llegara para evitar que matara también a la hija mayor, tal como le exigía el demonio, relató.

Los agentes encontraron el cuerpo de la niña en la cama de matrimonio, debajo de varias mantas, y el arma del crimen estaba en la misma habitación envuelta en una toalla, mientras la hija mayor estaba en el comedor con la puerta cerrada mirando la televisión.

El fiscal pide 19 años de cárcel por el delito de asesinato con traición, pero el abogado defensor solicita que le internen en un psiquiátrico 15 años, alegando que sufría un brote psicótico cuando mató a su hija.

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