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1, ENERO-JUNIO DE 2006
Panorama crtico de
las ticas del mundo viviente
Gilbert Hottois
Resumen
Esta presentacin sobre las diversas y polmicas ticas del mundo viviente, o ticas ambientales, tiene un carcter filosfico y global. Los problemas, las inquietudes y los riesgos referidos al mundo viviente son causados, directa o indirectamente, por la actividad humana; afectan el
mundo humano y no humano y son susceptibles de ser prevenidos o
resueltos, en parte o en su totalidad, por el hombre. Adems, son cuestiones sociales en un contexto sociolgico, econmico, tecnolgico y
poltico. La metodologa de enfoque debe ser interdisciplinaria y pluralista y tener en cuenta la complejidad y el carcter probabilstico o estadstico de los hechos, de los problemas y de los escenarios. Se trata de
transmitir a las generaciones futuras el ingenio creador de nuestra especie y la memoria de las experiencias pasadas.
Palabras claves: ticas del mundo viviente, tica ambiental, ecotica,
macrobiotica, antropocentrismo, ecologa profunda, ecosofa.
Presentacin
Esta presentacin tiene un carcter filosfico y global. Su primera
referencia es la tica ambiental, la cual tiene el desarrollo ms rico y
diverso entre las ticas del mundo viviente.
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Los problemas, las inquietudes y los riesgos referidos al mundo viviente son causados, directa o indirectamente, por la actividad humana; afectan el mundo no humano (particularmente las formas de
vida no humanas) y el mundo humano. Estos problemas son susceptibles de ser prevenidos o resueltos, en parte o en su totalidad, por el
hombre.
La tica en este campo se ha enriquecido mucho desde los aos 1960
a 1970; es diversa y polmica, como lo indica el plural del ttulo.
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Naess A. (1989), Ecology, Community and Lifestyle Outline of an Ecosophy, Cambridge University
Press; (1991), Ecology, Society and Lifestyle: Ecosophy T, Cambridge University Press.
(1986), Philosophy gone wild, Prometheus Books; p. 9. As como otros han hablado de la curva
lingstica de la filosofa.
Con el fin de romper con esta tradicin bimilenaria, sera indispensable una actitud tica nueva, sostenida por una reestructuracin de
los postulados metafsicos y teolgicos con base en la representacin
del hombre en la naturaleza y, al mismo tiempo, una remodelacin
profunda de la sociedad (comportamientos, estilo de vida, economa,
poltica). Los puntos fuertes de esta renovacin tica que presta atencin al mundo viviente son:
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al desacralizar la naturaleza, la que condujo a una lectura antropocntrica de las Escrituras. Dos tradiciones menores coexisten con esta
lectura y se distinguen de ella: la de la conservacin de la naturaleza
primitiva y la de una humanizacin progresiva de sta a lo largo de
una cooperacin entre el hombre y la naturaleza, pendiente de no
violentarla en forma excesiva3.
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(1974), Mans Responsibility for Nature, Charles Scribners Sons, New York.
O tambin depende de las valorizaciones proyectadas por vivientes no humanos conforme a sus necesidades, sus finalidades, sus intereses: el pasto tiene valor para la vaca (independiente de su inters
para el hombre).
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(1982), All that Dwell Therein: Animal Rights and Environmental Ethics, University of California
Press.
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(1986), Respect for Life. A Theory of Environmental Ethics, Princeton University Press; p.99ss.
Que incluye muchos ms aspectos adems de los puramente biolgicos: tambin geolgicos, meteorolgicos, astrofsicos (influencia de la Luna y, claro est del Sol)
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ciencias y las tcnicas las que permiten identificar y medir los problemas. Por ltimo, existe el holismo excesivo: es abusivo pretender que
todo depende de todo, que todo est relacionado con todo, en el
sentido de que cualquier accin local tendr necesariamente consecuencias globales (e incalculables). Las anteojeras, los prejuicios irracionales y los excesos asociados a los holismos ambientalistas pueden
tener consecuencias dramticas en la medida en que favorecen decisiones (elecciones, sacrificios, prioridades) tecnolgicas, econmicas,
sociales y polticas: ineficacia, desperdicio (de los recursos presupuestales y humanos, si no naturales), consecuencias opuestas a las
que se esperaban.
Un ejemplo: si los grandes temores de los aos 1960-70 con respecto
a los efectos cancergenos del uso de pesticidas en la agricultura
hubieran conducido a la supresin de estos, la disminucin de las
cosechas de frutas y legumbres con la consecuente elevacin del
precio y el descenso del consumo habran causado un deterioro ms
grave de la salud (especialmente en trminos de nmero de cnceres)
que el muy bajo riesgo estimado asociado con el uso de pesticidas
(sin hablar de las consecuencias econmicas) (Cf. Lomborg B. (2001),
The Skeptical Environmentalist, Cambridge University Press: Our
chemical fears, p.215ss).
4.2.2 Complejidad y exigencias metodolgicas de la evaluacin:
el marco cientfico y utilitarista
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es muy difcil, incluso imposible, cuantificar. Entre ellos estn diversos aspectos, subjetivamente variables, de la calidad de vida, el
respeto de los valores morales y de los principios, el apego a cosas y
seres que no tienen precio, las utilidades simblicas (Robert
Nozick)... Nos referimos a elecciones, preferencias e inversiones existenciales, ms o menos ltimas, a nombre de las cuales se deben
considerar los valores en s de los cuales ya hablamos. Algunas
observaciones con respecto a las limitaciones del clculo utilitarista:
(a) esta problemtica es casi tan antigua como el utilitarismo mismo,
como lo demuestran las posiciones de los fundadores: utilitarismo
cuantitativo de Bentham y cualitativo de Stuart Mill; (b) siempre se
puede atribuir un precio a lo que no lo tiene: basta con considerar
aquello que los interesados potenciales estaran dispuestos a ofrecer
o lo que se sacrifica, en trminos de ser, de hacer o de tener posibles,
con el fin de preservar lo inestimable; (c) la biotica y la tica mdica
conocen bien estos problemas y se han formalizado en trminos de
QALY, por ejemplo10. Si bien no permiten una solucin automtica,
los esfuerzos sostenidos de objetivacin y de cuantificacin ayudan
a aclarar la complejidad de las elecciones y, con frecuencia, muestran
que las cosas a las cuales uno se apega no son tan absolutas ni incomparables como se pensaba. Pero, precisamente, muchos temen
tal relativizacin y puesta en perspectiva.
Sin embargo, es cierto que estamos confrontados a elecciones en las
cuales los trminos no pueden ser cuantificados ni evaluados mediante patrones y criterios universales compartidos. Por este motivo,
la evaluacin de los problemas y de los riesgos relativos al mundo
viviente no humano, en tanto que problemas sociales, debe ser no
slo pluridisciplinario, sino tambin pluralista. La evaluacin, en la
medida en que no se puede objetivar de forma integral ni es cuantificable, debe pasar por la discusin entre los representantes de todas
las partes interesadas. En un Estado democrtico, le corresponde al
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El QALY (Quality-Adjusted Life Years) es una medida de la duracin de vida teniendo en cuenta la
calidad de esa vida con base en cierto nmero de criterios definidos (Cf. Hottois G. et Missa J-N.
(2001), Nouvelle Encyclopdie de Biothique, Bruxelles, De Boeck ; entrada: QALY .
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As, el argumento decisivo a favor de los bosques tropicales y ecuatoriales en los aos 1970 era que
constituan el pulmn de la Tierra: esto es falso porque la descomposicin vegetal consume tanto
oxgeno como el producido por el vegetal vivo. Hoy en da, el argumento decisivo es la biodiversidad:
pero esta nocin es extremadamente difcil de determinar como lo es el ritmo real de su erosin (Lomborg,
o.c., p.115ss). Tambin en los aos 1960-70, las alarmas graves por el cncer (y otros males) suscitadas por Silent Spring (1962) de Rachel Carson con respecto al uso de pesticidas y otros productos
qumicos, demostraron ser totalmente exageradas (Lomborg, o.c., p.215ss).
Seleccin de variedades ms productivas, irrigacin controlada, pesticidas y fertilizantes nuevos, gestin agrcola ms eficaz, The Green Revolution represents a milestone in the history of mankind, a
fantastic increase in food production en las antpodas de la apocalipsis demogrfica anunciada (Lomborg,
o.c., p.62ss).
Cf. Lomborg, o.c., p. 124.
Este principio prev segn su versin ms autorizada que se deben tomar medidas de precaucin incluso cuando ciertas relaciones de causa a efecto no estn del todo establecidas en el
plano cientfico. En este contexto, el que propone una actividad, y no el pblico, soporta la
carga de la prueba. (citado en N. Agar, Liberal Eugenics, Blackwell, 2004; p.160).
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(Cf. Lomborg, o.c., p. 320ss). Es la hybris humana del hombre moderno en particular la que se debe
contener, pues es culpable (pecaminosa) y entre ms lejos vaya, ms catstrofes ineluctables traer
como castigo.
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contingentes), se presentan como insuperables en un sentido casi ontolgico (incluso teolgico), de tal forma que su superacin es a la vez
imposible y prohibida. Intentar superarlas debe conducir a la catstrofe, justamente al castigo de la hybris.
El mito o la utopa subyacentes es el estado constante o estacionario
(steady o stationary state), un ideal de homeostasis, fluctuante alrededor del equilibrio19. Se refiere a la economa, la sociedad en general,
as como a los intercambios hombre-naturaleza. Encerrados en un
sistema finito, no evolutivo, estos intercambios deben dirigirse al
ideal del reciclaje tecnobiolgico perfecto, sin prdida. En el plano
sociopoltico, se debe velar nicamente por suprimir las inequidades
(gracias a une redistribucin de los recursos), pues son causas de
desequilibrio.
El ideal del estado estacionario anuda de forma espontnea fuertes
complicidades con un abanico extendido del imaginario natural y
social, premoderno y moderno, religioso y laico. Va desde La Edad
de oro hasta el Jardn del Edn original o paraso final cristiano o
comunista y pasa por utopas totalitaristas y tecnocrticas, o incluso
algunos paradigmas fsicos y cosmolgicos. Una fuente contempornea de este ideal filosfico-tico es la ecologa misma que describe
a los seres vivientes en un medio, el ecosistema. Este se caracteriza
por la interdependencia de todos sus componentes, por la estabilidad
homeosttica (capacidad interna de reequilibrio), el cierre (une intervencin externa muy fuerte es desestabilizadora y destructora) y
por procesos cclicos. Aldo Leopold, considerado el padre espiritual
de la tica del mundo viviente, afirmaba que una accin justa preserva la integridad, la estabilidad y la belleza de la comunidad bitica.
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Cf, por ejemplo, Holmes Rolston III (1986), Philosophy Gone Wild. Essays in Environmental Ethics,
New York, Prometheus Books; p. 14ss. Para un enfoque crtico: Grard Bramoull, Malthusiana,
in Krisis, n15, sept. 1993 (volumen sobre el tema: Ecologa?).
6. Algunas observaciones
y recomendaciones de conclusin
1. Las ticas del mundo viviente cubren un conjunto de problemas muy controvertidos, a propsito de los cuales es discutible
afirmar que exigen un enfoque tico radicalmente nuevo, en
ruptura con la tradicin occidental y la modernidad.
2. El antiantropocentrismo o la nocin de valor en s mismo deben
ser criticados como contradictorios en el plano lgico y peligrosos en el plano tico-poltico. La ficcin jurdica de los derechos de los animales apela a reservas anlogas.
3. La sensibilidad la capacidad de sufrir de los seres vivos debe
estar en el centro de las preocupaciones llamadas ticas frente
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a la naturaleza. Esta preocupacin debe traducirse en un derecho matizado que reglamente nuestras relaciones con los seres
vivos capaces de sufrir y nos imponga deberes, especialmente
en el marco de la experimentacin y de la I&D (ver sobre este
tema el principio de las 3R20).
4. De manera general, se debe promover la preservacin ex situ,
nica realista pues es compatible con el desarrollo y la evolucin,
y tambin est en sinergia con las nuevas tecnologas genticas y
numricas.
5. Las cuestiones relativas al mundo viviente tambin son problemas sociales: su referencia a la naturaleza no puede estar aislada
del contexto sociolgico, econmico, tecnolgico y poltico.
6. Sin negar la importancia del anlisis sistmico, el holismo ambientalista debe considerarse de forma crtica; generalmente es
parcial y parcializado pues no tiene en cuenta las dimensiones
sociales; a veces es excesivo, irracional y niega peligrosamente
la racionalidad analtica, objetivadora y cuantificadora.
7. La metodologa de enfoque de los problemas del mundo viviente
debe ser interdisciplinaria y pluralista. La tica es la de las buenas
prcticas cientficas y tcnicas, del utilitarismo y de la discusin
argumentada. Mantener y propagar la sospecha injustificada
sobre la experticia cientfica competente, sobre el esfuerzo de
evaluacin de todos los costos y beneficios o sobre la discusin
pluralista es peligroso para nuestra civilizacin compleja, cientfico-tcnica y multicultural.
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"Disea los tres objetivos que inspiran un enfoque tico de la experimentacin en animales; primero, si
es posible, Remplazar los animales por sustitutos; en todos los casos, Reducir el nmero al mnimo
indispensable; por ltimo, Refinar los procedimientos experimentales (Hottois G. et Missa J-N. eds,
Nouvelle Encyclopdie de Biothique. Mdecine-Environnement-Biotechnologie, Bruxelles, De
Boeck, 2001; p. 851).
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Bibliografa21
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les gnrations futures, PUF.
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affaires humaines, Ed. de la Maison des Sciences de lHomme et
INRA.
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En el seno de una literatura inmensa, retomamos las obras utilizadas en este estudio o que permiten
profundizar en ciertos puntos.
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