Empezaré por hablar de los diferente tipos de quemaduras y de las causas que las producen.

Las quemaduras pueden ser ocasionadas por agentes químicos, por calor, electricidad y radiación (incluyendo la solar).

Las quemaduras que podemos tratar en casa son aquellas que nos producen un eritema (enrojecimiento) en la piel, conservando su integridad, son las llamadas quemaduras de primer grado.

Las quemaduras de segundo grado son aquellas que ocasionan que la piel se abra o se forme una ampolla y las de tercer grado implican destrucción de tejidos subcutáneos. Este tipo de quemaduras deben ser tratadas siempre en centros sanitarios.

Para la cura de una quemadura de primer grado necesitaremos una cucharita limpia o un depresor, gasas, pomada específica, vendas y esparadrapo.

La cuchara o depresor (yo uso una espátula acanalada) la usaremos para hacer más higiénica la aplicación de la pomada. No apoyaremos la punta del envase sobre el aplicador si éste ya ha tocado la lesión.

La pomada de elección para este tipo de quemaduras es una pomada con base de sulfadiacina argéntica, como lleva un antibiótico de la familia de las sulfamidas y plata, debe ser aplicada sólo si no eres alérgico a sus componentes.

Las gasa y las vendas son para tapar la herida tras la aplicación de la pomada, por dos motivos: proteger la piel y mantener el ambiente húmedo necesario para su cura.

Seguiremos curando heridas en otros vídeos.

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