Capítulo 2: Los principios del Animalismo

rencontre trav vaulx en velin Tres noches más tarde, Mayor muere mientras dormía. Los animales se preparan secretamente para llevar a cabo el último deseo del viejo cerdo: tomar el control de la granja. La responsabilidad de adoctrinar y organizar a los animales recae sobre los cerdos, es decir, sobre los animales más inteligentes, y en particular sobre dos cerdos: Napoleón y Bola de Nieve. Estos dos, junto a un cerdo muy persuasivo llamado Soplón, formulan los principios del “Animalismo”, la filosofía que inculcarán a los animales. Estos últimos se tratan de “camarada” y acuden a los cerdos para despejar cualquier duda sobre la inminente revolución. Al principio, la mayoría de los animales no entienden los principios del Animalismo, pues desde siempre han considerado que el Sr. Jones es su legítimo amo. Mollie, una vanidosa yegua de tiro, se pregunta si, una vez instaurada la revolución, podrá seguir disfrutando de ciertos lujos tales como comer azúcar y llevar lazos. Pero Bola de Nieve le recuerda con severidad que los lazos son símbolos de esclavitud y que, por tanto, tendrán que ser abolidos. Mollie asiente a medias.

http://lesfoulees43.fr/?kykywka=gays-sur-gagny&3b0=cc El mayor disidente de los cerdos resulta ser el cuervo Moisés, que habla constantemente de la Montaña de Caramelo, lugar donde los animales van al morir y donde disfrutarán de grandes placeres. Aunque buena parte de los animales desprecian a Moisés, no dejan de sentirse atraídos por sus ideas. Los cerdos hacen todo lo posible por convencer a los animales de que las enseñanzas de Moisés son falsas. Finalmente, y gracias a los leales caballos de tiro Boxer y Clover, los cerdos logran ganarse a los animales.

http://festyvesarts.fr//v1/.env La revolución se da más rápido de lo que se esperaba. El Sr. Jones se ha dedicado a beber tras perder dinero en una demanda, así que sus hombres se han vuelto perezosos, deshonestos y negligentes. Un día, el Sr. Jones se emborracha y olvida alimentar a los animales. Incapaces de soportar el hambre, las vacas logran derribar las puertas del establo y los animales comienzan a comer. El Sr. Jones y sus hombres descubren lo sucedido y comienzan a azotar a las vacas. Llenos de ira, los animales comienzan a atacar a los hombres y logran correrlos de la granja. Maravillados por el triunfo, los animales se dedican a destruir los últimos vestigios de servidumbre: cadenas, riendas, látigos, etc. Acto seguido, los animales disfrutan de una doble ración de maíz y comienzan a cantar “Bestias de Inglaterra” hasta que llega la hora de dormir. A la mañana siguiente, deciden explorar la casa del Sr. Jones y quedan maravillados con el lujo de la misma. Mollie trata de permanecer en la casa, pues allí podría admirarse constantemente en el espejo, pero el resto de los animales la regañan por su tontería. Todos deciden convertir la casa en un museo y establecen que ningún animal podrá vivir en la misma.

Los cerdos confiesan que han aprendido a leer y reemplazan el letrero “Granja Manor” por “Granja de animales”. Bola de Nieve y Napoleón reducen a siete los principios del Animalismo y los escriben en una pared:

  1. Todo lo que camine en dos piernas es un enemigo.
  2. Todo lo que camine sobre cuatro patas o tenga alas es amigo.
  3. Los animales no deben usar ropa.
  4. Ningún animal debe dormir en una cama.
  5. Ningún animal beberá alcohol.
  6. Ningún animal matará a otro animal.
  7. Todos los animales son iguales.

Los animales deciden iniciar la cosecha, pero las vacas, que no han sido ordeñadas desde hace tiempo, comienzan a mugir con fuerza. Los cerdos las ordeñan y el resto de los animales contemplan con hambre las cinco cubetas de leche. Napoleón les dice que no se preocupen, pues ellos, los cerdos, se “ocuparán” de la leche. Bola de Nieve se lleva todos los animales para que empiecen la cosecha. Napoleón se queda atrás y cuando los animales regresan, toda la lecha ha desaparecido.

2 Comments

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.