La violencia y el maltrato infantil en Los niños sacrificados

El Discurso
Miercoles, 06 de Marzo de 2013

La violencia es como una infección, entra de poquito en poquito y va creciendo. Foto: PI

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“La violencia es como una infección, entra de poquito en poquito y va creciendo, se va volviendo un cáncer y cuando te das cuenta, es algo gigante que no puedes ocultar ni tapar con un dedo”.

Así lo asegura la directora Gabriela Lozano a propósito del estreno de la obra Los niños sacrificados que inició temporada este martes 5 de marzo en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. El montaje se presentará todos los martes a las 20:30 horas hasta el 21 de mayo, con localidades de 150 pesos.

Escrita por la dramaturga francesa Françoise Thyriony con traducción de Boris Schoemann y Humberto Pérez, la pieza teatral aborda la cruda historia de dos hermanos acusados del asesinato de su padrastro, quien durante largo tiempo abusó de ellos.

Una mujer servirá de enlace entre los personajes y los espectadores para que, a partir de una nota roja publicada en el periódico, se conozcan las causas que los llevaron a protagonizar una tragedia familiar.

Para Lozano, llevar a escena este texto no fue consecuencia de una idea, sino de una necesidad: “Es una reflexión que todos necesitamos hacer de alguna manera. Me molestan un poco las obras que creen que van a cambiar a la sociedad. Esto es un buen pretexto para abrir el tema, para sentarnos a hablar después de ver la obra”.

El elenco está conformado por Aleyda Gallardo, Tania Mayrén, Guillermo Villegas y Bricia Orozco, quien también funge como productora del montaje.

En un espacio íntimo y con una escenografía sencilla, los actores transitan por espacios fantásticos y recrean distintas atmósferas en una variación de espacio-tiempo, que los lleva a representar momentos de la infancia, el presente y el futuro de los personajes.

La directora reconoció que se trata de un trabajo laborioso, de mucho amor en el que, luego de un proceso de documentación, los actores se atrevieron a jugar, experimentar, salir y entrar por diferentes emociones y situaciones.

El montaje abre caminos para explorar otros temas además de la violencia y el maltrato infantil como pueden ser el comportamiento humano, la sociedad y la familia.

“La historia que se cuenta abre un abanico de posibilidades y de razonamientos que es difícil que uno los piense a primer impulso… Es un ejercicio de análisis para la gente que nos gusta deshilvanar los motivos del ser humano”.