Edmonton, Primeras Impresiones
Llegué a Canadá—esta vez a vivir y no sólo a turistear—el 6 de enero de este año. Después de haber pasado 2 años y medio estudiando en México, y luego otro año más trabajando en Ecuador, irme a vivir a otro lado esta vez ya no tuvo el mismo efecto nostálgico que las primeras veces. Incluso cuando supe que ya no regresaría a México, pensé en lo extraño que sería no volver a ver a mis amigos de allá, esa gente que hizo que mi vida sea menos incompleta por casi 3 años. Y eso que me iba de regreso a Ecuador, con mi familia, y unos cuantos amigos que aún quedan. O quizás simplemente no asimilaba que me iba una vez más.
Llega un punto en que ya no sabes en cuánto más tienes que dividir ese sentimiento de pertenencia: Un poco por aquí para Ecuador, porque ahí nací, crecí y viví la mayor parte de mi vida; otro tanto por acá para México, porque ahí viví mis inicios de la vida “adulta” y mi época universitaria; y ahora un poco para Canadá, porque acá vivo, acá trabajo, acá tengo mis amigos cercanos actualmente, y es una cultura y un país que me ha encantado. Quién sabe qué venga después. Pero bueno, ese no era el punto de este artículo…
Bueno, llegué un viernes a tierras canadienses, a la ciudad de Calgary, porque por motivos de la vida el vuelo me salía mucho más barato a Calgary que a Edmonton. Además, mi hermano seguía en Ecuador, así que por qué no ir primero a otra ciudad, ¿cierto? Entonces María Dolores me recogió en el aeropuerto y me llevó a su casa (muy bonita, por cierto). En Calgary estuve dos días, y me la pasé mayormente con Marko. Hicimos unas cuantas compras deportivas (para que vean jaja), fuimos al gimnasio y por la ciudad un rato. Ah, él es un amante del sushi, así que fuimos a comer sushi, mucho sushi. Ya me conocen, mi paladar es un poco silvestre y no disfruta tanto de esas comidas extravagantes, pero igual comí porque Lila Celeste (mi mamá) nos enseñó que debíamos comer de todo y que no está bien dejar algo en el plato jaja…
El domingo tocó partir a Edmonton, porque ya el lunes comenzaba clases en la universidad. Esta vez, Ia me recogió en la terminal de buses y me trajo al departamento de mi hermano. Ahí dejé botadas mis cosas, y de una salimos a comer algo. Mientras comíamos, Pavel nos dijo para ir a ver una película al cine. Una amiga de México justo venía de intercambio acá a Edmonton, así que la invité también al cine. Todo eso pasó en mi primera media hora en la ciudad jaja… Ah, cierto, ese fue el día en que pagué la entrada al cine más cara de mi vida (20 dólar, juas) a ver quizás la peor película que he visto en mi vida, Devil Inside. Se las recomiendo.
En fin, la verdad no me quiero alargar tanto escribiendo esto, pero los primeros días siempre se cuentan. Y es que son en los que pasan más cosas, yo creo. Por ejemplo, es cuando vas a clases y, como buen latino, no has leído que esa clase no comienza sino hasta la próxima semana; o cuando tomas un bus dizque para conocer la ciudad, y te lleva tan lejos, que el chiste te ha costado dos horas; o simplemente cuando casi te das tu primer suelazo por correr para coger el bus para ir a la universidad. Pues sí, así pasa cuando sucede…
La Universidad
Me ha encantado. Así de simple. Desde mi pequeño y marginado edificio (CSC) hasta el sistema de la universidad.
Cuando recién tomé la decisión de dejar el Tec de Monterrey, la verdad, sí sentí esa ansiedad por no saber si había sido lo más correcto. Ahora, más de un año después, con toda seguridad puedo decir que es una de las mejores decisiones que he tomado.
El sistema de UofA es completamente distinto. No siento que me tratan como a un niño de secundaria, como sentía en el Tec, y al fin estoy aprendiendo cosas nuevas y teniendo más retos. Eso era todo lo que necesitaba, y que el Tec no podía darme por más que intenté empujar un poco al sistema, etcétera. Y disculpen si suena a sobrado (a “mamón” para mis amigos mexicanos jaja) eso de que ahora sí tengo más retos pero, lo siento, no sé si fue por el nivel de exigencia del colegio (secundaria) en el que estudié, o porque mi carrera en el Tec no era tan buena, pero sentía que no tenía los recursos ni las motivaciones para dar más allá de lo poco que exigía el Tec. Acá siento que tengo más recursos para aprender tanto de los profesores, como por mi cuenta. Se siente genial. Yo sé que no es MIT pero, adivinen… ¡No tiene que ser MIT! No, no tiene que ser la mejor universidad del mundo… El que tengan un sistema poco/nada paternalista, hace una GRAN diferencia ya. Estoy feliz en UofA. Eso.
Ya luego quisiera tener la oportunidad de contarles más de UofA…
La Ciudad
Edmonton es una ciudad bastante pequeña. No en extensión—de hecho es MUY extensa—sino en población. Quizás eso la hace una ciudad tranquila—y a veces demasiado tranquila. Creo que es bastante buena para venir a estudiar. Es más, creo que la Universidad es como lo grande de aquí jaja…
Además, es una ciudad bastante segura incluso para los estándares norteamericanos, no se diga los latinoamericanos. Quizás no tanto para los estándares canadienses—donde nunca pasa nada, sólo que el equipo de hockey pierda la final de la Stanley Cup.
De ahí, lo que creo que más me gusta de esta ciudad son los paisajes que se pueden encontrar. Lastimosamente, mis habilidades de fotógrafo no están muy desarrolladas, por lo que no tengo tantas jaja… Pero en serio sí hay lugares esparcidos por toda la ciudad donde se tiene una vista increíble. Pero no sólo son esos lugares de vistas excepcionales, sino también los lugares por donde camino a diario, como los de las fotos de abajo.
Arriba, la vista desde la escalera de la 100 Ave. con 120 St. más o menos. Y abajo, el tramo en la 104 St. yendo al sur desde la Jasper Ave..
Quizás no es la gran cosa, pero son escenas distintas, y que no solía ver en las ciudades en las que he vivido. Tienen su toque especial, y es chévere porque por ahí camino de lunes a viernes, regresando del trabajo a la casa.
Tal vez luego también pueda contarles las bondades en cuanto a las oportunidades laborales en la ciudad, que creo son demasiado buenas ;)
El Invierno
Ah, sí, un pequeño detalle: el invierno en Edmonton. En una ciudad donde—¿casi?—seis meses son de invierno, es quizás importante hacer referencia a eso. La verdad es que no se me hizo tan grave el invierno, ni siquiera en la semana de casi -40 ºC, porque fue sólo una semana. Pero, cuentan las malas lenguas, que el invierno pasado fue muy bueno en comparación, especialmente, con el del año anterior. Bueno, pero en todo caso, es algo manejable. Aquí estoy escribiendo esto, quiere decir que no morí de frío.
Pero, además, creo que también es muy bueno conocer la ciudad en invierno, especialmente si vienes de un lugar donde no nieva. Por cierto, siempre creí que se decía “neva”, pero no, se dice nieva (momento cultural para mí jaja).
Y es que sí, de donde yo vengo, los vidrios no se congelan por el clima, ni los techos se vuelven blancos. Es más, de donde yo vengo, me atrevería a decir que el 90% de la gente no conocerá nieve en su vida, además de la que hace el refrigerador viejo que tuvieron en algún momento.
De donde yo vengo, una escena como la de abajo sólo pasa en las películas. Es más, creo que mucha gente no se convencería de que hay gente que vive en lugares así jaja…
La foto de arriba es en un área originalmente verde del campus de mi universidad, en un día de clases normal del semestre de invierno. Es una escena completamente distinta en verano, irreconocible.
Pero no todo es así de tenebroso jaja… La verdad es que hay muchas cosas que hacer en invierno que no se pueden hacer en verano. Por ejemplo, fui a hacer snowboard. Todavía falta práctica, pero poco a poco le cojo el toque jaja. Se puede esquiar, patinar sobre hielo en los lagos (sí, se congelan). Ah, y no hay mosquitos jaja.
También hay unos festivales bastante peculiares, como el Ice on Whyte o el Silver Skate Festival. También hay uno en diciembre, el International Winter Festival, pero no he estado aquí para ese.
Es foto de arriba es en el Silver Skate, y la de abajo es en el Ice on Whyte. La verdad yo al principio creía que eran las mismas cosas, pero no (aunque, digo, frío es frío ya sea en hielo o en nieve, ¿no?).
Más Allá de Edmonton
He tenido también la oportunidad de ir a otros lados además de Edmonton. Canadá es un país tan grande, que es muy difícil visitar todo lo bonito que hay aquí. Pero aquí les dejo unas fotos para motivarlos ;)
En un pueblito que se llama Harrison
En el zoológico de Edmonton:
Ojalá se animen a visitarme :)
Finalmente, en lo que a mí respecta, como se suele decir:
Greater things have yet to come…