REVISTA DE POR ACÁ

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lunes, 24 de enero de 2011

Palmas de Baja California

Ecoanálisis

Alberto Tapia Landeros*



En muchas ocasiones he escuchado a personas decir que las palmas que habitan los cañones de nuestras sierras fueron plantadas por los misioneros. No es cierto. Esas palmas son naturales, nativas de la península. En el Estado 29 se trata de tres especies:

La palma de abanico (Washingtonia filífera), la palma robusta (Washingtonia robusta) y la palma azul o ceniza (Erythea armata). Éstas son las palmas de los cañones de Guadalupe, El Carrizo, El Tajo, El Palomar y Palmas de Cantú, entre otros muchos. Son endémicas de la península. En el Estado Sur hay una especie más, la palma colorada (Erythea brandegeei), e Isla de Guadalupe tiene su palma endémica de Guadalupe (Erythea edulis).

Actualmente hay palmas en todas las ciudades del Oeste americano. Muchas de ellas son descendientes de estas tres especies nativas nuestras. Su fruto es muy pequeño, con una gran semilla y poca pulpa para comer. En las ciudades, con los años se han cruzado entre ellas y resulta difícil identificar cada especie.

Pero las palmas datileras que rodean las misiones jesuitas y las muy conocidas de San Ignacio, Mulegé y Loreto sí fueron plantadas o sembradas por los misioneros. Esto quizá sea el origen de la confusión.

La palma datilera (Phoenix dactylífera) es originaria de Arabia. El antropólogo Homer Aschman investigó y publicó en 1957 sobre el origen de este árbol frutal en la península bajacaliforniana. Por cierto, se estima que históricamente ésta fue la primera planta domesticada por el hombre, quizá en la antigua Mesopotamia.

Algunos historiadores proponían el año de 1730 como el de la llegada de la datilera a Baja California. Pero Aschman opina que es muy difícil, casi imposible que las palmas llegaran antes que los misioneros franciscanos que arribaron en 1769.

Arthur North, un estadounidense que viajó de San Diego a Los Cabos a lomo de bestia en 1906, publicó que la palma datilera llegó a esta península tan temprano como en 1730. Aseguraba haber tenido acceso a viejos manuscritos misionales en los archivos de San Francisco que fueron destruidos por el gran incendio de 1906, año también de la gran inundación aquí en Mexicali.

Las investigaciones de Aschman apuntan a que la datilera llegó alrededor de 1765 a Baja California Sur. En 1800 los palmares datileros de San Ignacio produjeron 200 arrobas de fruta seca y para 1885 entre San Ignacio y Mulegé alcanzaron a producir 3,000 arrobas (una arroba equivale aproximadamente a 10 kilogramos).

A los Estados Unidos llegaron las primeras datileras en 1890. En 1899 se trajeron de Algeria cantidades importantes de cepas y semillas. Su perfeccionamiento en el Valle de Coachella nuestro vecino de California, habla muy bien de la excelente cultura del dátil que ahí se tiene.

No obstante todo lo anterior, la obra Historia de los indios de Nueva España, de Toribio Motolinía de Benavente, habla de una importación de palmas datileras de España al centro de México. Pero en el altiplano mexicano no existen las condiciones desérticas que Phoenyx dactylífera requiere para vivir. Aschman cree que pudo haberse tratado de Phoenyx caniariensis, una especie más tolerante.

¿Alguien se ha fijado si hay datileras en el centro de México? Y si las hubiese, ¿Son sus dátiles iguales a los bajacalifornianos? De cualquier manera, los dátiles bien cultivados son una excelente fruta rica en energía y sabor. ¿Ha comido dátiles con queso? ¿Malteada de dátil en Coachella? ¿Pastel de dátil en Cataviñá? Ahora usted está informado sobre las palmas en nuestro entorno.

En las costas sureñas del Golfo de México, el Caribe y sur del océano Pacífico, abunda la palma cocotera (Cocos nucifera), que da el coco del que bebemos su agua, comemos su pulpa y hacemos dulces. Esa especie no ha podido conquistar las playas desérticas peninsulares de forma natural, a pesar de ser capaz de enviar su semilla dentro del coco que puede flotar y navegar grandes distancias en busca de nuevas playas para germinar. Inteligente estrategia no sólo reproductiva sino expansiva que las nuestras, ni la datilera tienen.

¿Puede usted distinguir datilera, cocotera y nativas? Las nuestras nativas tienen hojas en forma de abanico (palmeada). La cocotera y datilera en forma de pluma (pinnada). Desierto y trópico son el hábitat natural de la familia Aracaceae, las palmas.


*El autor es profesor-investigador del CICMuseo, UABC.
altapialanderos@gmail.com


Obtenido el 24 de enero de 2011 de: http://www.lacronica.com/EdicionImpresa/EjemplaresAnteriores/BusquedaEjemplares.asp?numnota=718503&fecha=23/01/2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

ACA EN SAN ANTONIO DE LA SIERRA EN BAJA CALIFORNIA SUR, EN UNA PARTE HAY COMO 4 PALMERAS MUY ALTAS Y DELGADAS! NO SON DE COCO NI DE DATIL, ESCUCHE QUE AL FRUTO QUE DAN LE DICEN TACO.