Acudiremos de ser necesario, ante la Cámara Federal de Casación Penal, la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los Organismos Internacionales de Derechos Humanos.
Vamos a un rediseño de una sociedad con mayores posibilidades de hambre, con mayores posibilidades de incremento de la pobreza, con mayor grado de desocupación y precarización laboral.
Hoy el desempleo figura, junto a la inseguridad y la inflación, entre las principales preocupaciones de los argentinos. El desempleo no era un tema durante nuestra gestión de gobierno.
El problema es China, sus yuanes, sus inversiones, su “win-win” y el desplazamiento que provocaron a las empresas, industrias y financieras estadounidenses y europeas.
El cambio cultural que hemos logrado instalar en la sociedad argentina es que la industria es eje fundamental de crecimiento y bienestar, y que sin ella no hay país, no hay nación y no hay futuro.