¿Cómo será el 2014?

31/12/2013 10:43

Temas: Economia


Es la pregunta que todos tenemos presente. Existen infinidad de previsiones, visiones, pronósticos y acertijos y todos ellos con una probabilidad tan grande de error como los que pueda hacer cualquier persona, de hecho voy a consultarlo con mi hijo de cuatro años y veremos quién acierta.
Al margen de que el futuro es por concepto desconocido, lo más seguro es que sea parecido a éste que dejamos atrás. No habrá margen para muchos cambios y el crecimiento tan manido en este último trimestre no se convertirá en el ratio ilusionante que esperamos, por muchas razones.
La primera es que no hemos cambiado tanto para que las variables económicas que componen la demanda de un país, y por tanto la producción y el empleo, experimenten el empuje necesario para ello. El consumo nacional, que se lleva casi dos tercios del PIB, se encuentra por los suelos y con más que previsiones, amenazas, de cara al futuro. No hay respiro, un respiro fiscal necesario para mejorar la renta disponible, se prevén nuevas subidas en las materias primas fundamentales, en la electricidad, y el desempleo desgraciadamente crecerá sin nuevas medidas que incentiven la contratación. Sólo un respiro para las familias: los tipos de interés.
Las expectativas son malas y el pesimismo reina en la sociedad. Lógicamente si el consumo se resiente la inversión debería llevar un camino parecido o enfocarse al exterior, como en muchos casos ha sucedido. La evolución de las exportaciones ha sido muy positiva, aunque en el último cuarto del año la tendencia se debilita claramente: la crisis en las economías vecinas seguramente está haciendo daño.
De construcción no vamos a hablar. Y sólo nos queda el sector público. Hemos pasado el tiempo de los recortes, parece que ya se han hecho todos, al menos para nuestros políticos, y vuelve a tomar impulso el gasto público, de nuevo. ¡Qué lejos quedan los propósitos de enmienda, el adelgazamiento en las plantillas, la supresión de solapamientos funcionales, la eliminación de empresas públicas,…!
Y lo peor de todo es que se puede cambiar si se quisiera cambiar. La sociedad ha aguantado estoicamente recortes de derechos, de sueldos, corrupción, fraudes,… y ahí sigue, soportando una presión fiscal insondable, un nivel de desempleo dramático, un entramado público insostenible.

Siendo cada vez más productivos, creando empresas, ¿se nos puede pedir más?
No, desde luego no espero mucho, desgraciadamente, del 2014. Mi hijo, en cambio, sí lo espera. ¿Quién tendrá razón?

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