miércoles, 8 de junio de 2011

Las cataratas del Niágara (en inglés: 'Niagara Falls') son un pequeño grupo de cascadas situadas en el río Niágara en la zona oriental de América del Norte, en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá. Situadas a unos 236 metros sobre el nivel del mar, su caída es de aproximadamente 52 metros.
Comprenden tres cataratas: las «cataratas canadienses» (Ontario), las «lupas americanas» (Nueva York) y las más pequeñas, las «cataratas Velo de Novia». Aunque no tienen una gran altura, son muy amplias, y son las más voluminosas de América del Norte, por pasar por ellas toda el agua de los Grandes Lagos.

Desde que fueron descubiertas por los colonizadores europeos se han hecho muy populares, no sólo por su belleza sino también por ser una fuente de energía y un desafiante proyecto de conservación medioambiental. Son un lugar de turismo compartido por las ciudades de Niagara Falls (Nueva York) y Niagara Falls (Ontario).
Origen
Las raíces históricas de las cataratas del Niágara se encuentran en la glaciación, la cual culminó hace unos 10.000 años. Tanto la región de los Grandes Lagos de Norteamérica como el Río Niágara son efectos de esta glaciación continental. Fue un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá como una gran excavadora moliendo rocas y suelo, removiéndolos y profundizando algunos canales de ríos hasta convertirlos en lagos. De esta manera, aquel pequeño río se convirtió en las cataratas más conocidas del mundo.
Entorno histórico
Grabado en madera que data de 1837. Cataratas del Niagara, en los Estados unidos de América de Roux de Rochelle.
El nombre «Niágara» es originario de una palabra iroquesa que significa «trueno de agua». Los habitantes originarios de la región eran los ongiara, una tribu iroquesa llamada los neutrales por los conquistadores franceses, quienes encontraron en ellos ayuda como mediadores de disputas con otras tribus.
Existe controversia sobre quién fue el primer europeo en dar una descripción escrita sobre las cataratas. La zona fue visitada por Samuel de Champlain en 1604. Miembros de su grupo le informaron de la existencia de unas cataratas espectaculares, que fueron mencionadas en su diario de viaje, pero nunca vistas por él. Algunos afirman que el naturalista Pehr Kalm hizo la primera descripción de las cataratas durante una expedición al área a comienzos del siglo XVIII. Sin embargo, la mayoría de los historiadores concuerdan en que el padre Louis Hennepin las observó y describió mucho antes, en 1677, después de haber viajado a la zona con el explorador René Robert Cavelier de La Salle. Hennepin también fue el primero en describir las cataratas de San Antonio en Minnesota.
Las cataratas fueron tempranamente reconocidas como una fuente potencial de energía. El primer esfuerzo conocido para su aprovechamiento fue en 1759, cuando Daniel Joncairs construyó un pequeño canal sobre las cataratas para proveer de energía a su aserradero. Augustus y Peter Porter compraron esta área y todas las cataratas norteamericanas en 1805 al gobierno de Nueva York y alargaron el canal para proveer de energía hidráulica a su molino harinero y curtiduría. En 1853, la compañía Niagara Falls Hydraulic Power and Mining Company fue contratada para construir canales que serían utilizados en la generación de electricidad. En 1881, bajo el mando de Jacob Schoellkopf fueron capaces de producir suficiente corriente continua como para iluminar las cataratas y los poblados cercanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario