jueves, 11 de febrero de 2010

Hogar, dulce hogar - Efesios 5:33-6:4

Leyendo en un libro fui confrontado con la realidad de que el apóstol Pablo, en sus consejos dirigidos a las relaciones interpersonales en el hogar, nunca pide a la esposa amar a su marido... ¡Yo sé!, así me quedé yo también. Al esposo le pide amar a su esposa, pero a la esposa nunca le pide que ame al esposo (Efesios 5:33-6:4; Colosenses 3:18-21); ¡habla de sujeción y respeto, pero nunca de amor!

Me gustaría compartir contigo algunos pensamientos que se desprenden de estos pasajes. Pero para ello, debo proponer, para efecto de esta reflexión, un bosquejo sencillo sugerente que presente tres ideas básicas que arropan, según mi entender, los consejos de Pablo encontrados específicamente en Efesios 5:33-6:4:
  • Primero, se establece la actitud con la cual se debe escuchar y analizar el consejo.
  • Segundo, se delimita dentro de qué contexto debe entenderse el consejo.
  • Tercero, se establece la dirección hacia la cual debe aplicarse el consejo.
Actitud:
Unos cuantos versículos antes Pablo menciona: "Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados" (Efesios 5:1). Es decir, no podemos nosotros pretender aplicar un principio bíblico a nuestras vidas sin primero buscar hacerlo dentro del contexto divino.

Me gusta como dice Jesús en Juan 5:39-40, donde recalca que los líderes religiosos de su época buscaban en las Escrituras la vida eterna ¡sin allegarse a Jesús! Cuántas veces no hemos cometido aberraciones en la aplicación de las Escrituras simplemente porque hemos dejado fuera al dador de las Escrituras.

Contexto:
Versículos más adelante, cuando Pablo está listo para tratar los consejos relacionados con la armonía doméstica, dice: "Someteos unos a otros en el temor de Dios" (Efesios 5:21). Es interesante esta declaración especialmente cuando en el siguiente versículo aconseja a las casadas a estar sujetas a sus maridos. ¿Te das cuenta la importancia del contexto? El mensaje es de sujeción voluntaria unos con otros, independientemente de sexo, raza, clase o educación. Es un consejo universal aplicable a cada creyente; y como segundo punto, dentro de ese paraguas de sujeción mutua, se alienta a las casadas a hacer lo mismo, entendiendo por sometimiento: "darle el respeto debido a la otra persona".

Regresando al punto de sometimiento mutuo, la Biblia hace énfasis en la actitud que debemos asumir en el trato con los demás:
  • Marcos 10:43,44 - "Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos."
  • Filipenses 2:3 - "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo."
  • 1 Pedro 5:5 - "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes."
El elemento de humildad es esencial para que los consejos de Pablo puedan causar efectos positivos en las relaciones interpersonales en el hogar.

Dirección:
El último elemento a considerar, y ya dentro de lo que en un principio generó esta reflexión, está la dirección en que deben ser aplicados los diferentes consejos (Efesios 5:33-6:4):
  • Maridos: Amar a sus mujeres.
  • Mujeres: Respetar a sus maridos.
  • Hijos: Obedecer y honrar a sus padres.
  • Padres: Criar a sus hijos.
Para ser sincero, todo suena lógico y parece claro, siempre y cuando la aplicación lleve la dirección correcta. El consejo pierde su bendición cuando el marido busca que su esposa cumpla su parte o viceversa. Es decir, aplicar el consejo en todos lados menos en mi persona. Estos consejos no fueron dados para que analicemos a quienes nos rodean a ver si están cumpliendo el consejo hacia mi persona. Estos consejos fueron escritos para que yo los aplique a mi vida en relación con los demás. En el momento en que dejo de ver mi responsabilidad para con mi esposa para entonces evaluar si mi esposa está cumpliendo con su responsabilidad para conmigo, estoy pervirtiendo el consejo. Cuántas veces no he estado sentado frente a una pareja que culpa y responsabiliza al "otro" esperando que los demás cambien para que cambie su suerte. Por lo tanto, para que el efecto de la aplicación del consejo sea positivo, debo de aplicarlos a mí, y a mí nada más.

Un segundo punto es que en el idioma original (griego) resalta un detalle interesante. En el consejo dado los maridos, padre e hijos se lo hace como un imperativo, como un mandato. Cuando se menciona que la esposa debe respetar a su marido se lo hace como una petición. ¿No se te hace interesante? ¿Por qué, entonces el esposo tiende a exigir lo que ni siquiera la Biblia exigió? Por otro lado, a la esposa no se le quita responsabilidad, el hecho de que no se le haga una demanda bíblica de respeto, no quiere decir que está libre de sus deberes.

Por último, y tratando el asunto de que a la esposa nunca se le pide que ame a su esposo, es porque Pablo presenta el consejo de mi deber hacia las necesidades de la otra persona. Me explico: Se hizo una encuesta donde se le pedía a los hombres escoger entre dos situaciones negativas: entre sentirse 1) Solo y que no lo amen, y sentirse 2) inadecuado y que no lo respeten (ambas son situaciones negativas). 3 de cada 4 hombres escogieron estar solos sin amor, a sentirse inadecuados y sin respeto. Y es que los hombres entienden el amor a través del respeto. ¿Te das cuenta? Todo en su perfecto balance: las mujeres necesitan sentirse amadas, por eso se les pide a los maridos a amarlas; los hombres necesitan sentirse respetados, por eso se le pide a las esposas que los respeten; los padres necesitan ser obedecidos y honrados, por eso se les pide a los hijos obedecer y honrar a sus padres; los hijos necesitan ser criados, por eso se les pide a los padres criar a sus hijos y no provocarlos a ira.

Conclusión:
La Biblia tiene un sin fin de consejos y aplicaciones que nos hacen sabios para una mejor vida en este mundo y para la vida eterna (2 Timoteo 3:15). Posiblemente encuentres aún más aplicaciones y reflexiones de este texto, porque así es la Palabra de Dios, un tesoro inagotable.
Espero hayas sido bendecido/a por esta reflexión,
Un abrazo,

Ismael A. Castillo
Pastor

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