Notas y Publicaciones

Asistencia psicológica a personas con discapacidad auditiva

En el fondo da igual que el dialogo entre madre e hijo sea a través del habla o a través de la seña: lo que importa es su propósito comunicativo.

Hilde Schlesinger (1972)

Cuando se les informa a los padres oyentes sobre la pérdida auditiva de sus hijos, se genera un cambio en las relaciones con los mismos. A partir de ese momento la realidad cambia y el niño deja de ser “niño” convirtiéndose así en “sordo”. Esto provoca en los padres reacciones diversas en la relación con su hijo, reacciones que es necesario analizar para poder intervenir a tiempo y mejorar la relación existente.

Es importante comprender que la no audición tiene incidencias en la estructuración del psiquismo, en el desarrollo del pensamiento y en los diversos sufrimientos psíquicos que se instalan cuando el niño no puede hacer uso de algo tan natural, como es hablar o escuchar a sus padres. De esta manera el infante sordo o hipoacusico no sólo debe tener una mirada rehabilitatoria o medica, es conveniente un acompañamiento terapéutico tanto para el niño como para sus padres.

Los profesionales médicos sólo ven al niño desde una mirada audiológica, les proponemos atención psicológica para niños, adolescentes y adultos sordos, así como para sus padres o familiares.

La modalidad de trabajo es tanto con el niño como con sus padres, ya que es importante que los padres oyentes de niños sordos sean orientados y acompañados ante el diagnostico de sordera. Desde el momento del diagnóstico de sordera en una familia oyente, las relaciones familiares suelen distorsionarse, suscitando actitudes de rechazo, sobreprotección, negación, etc., derivadas de los sentimientos de culpa, ansiedad e inseguridad que pueden sentir los padres. En este sentido, es primordial proveer apoyo y mediación familiar, ya que, al conocerse el diagnóstico de la sordera, los padres requieren información respecto de ella (explicar el diagnóstico, conocer sus implicaciones, etc.), aprender medios alternativos de comunicación (lengua de signos, lectura labial, apoyo visual, etc.) y conocer pautas para adaptar el entorno familiar a la nueva situación (señales lumínicas, contacto visual, etc.).

El impacto de tener un niño sordo es sobre la familia. Y es la familia la que debe pasar por un proceso para ajustarse a la nueva situación, por lo que deben recibir apoyo oportuno, información pertinente y atención a sus inquietudes.

Por otra parte, es importante considerar que la sordera no afecta exclusivamente el desarrollo de la comunicación y el lenguaje sino el de la persona en forma global. Los desarrollos cognitivo, comunicativo-lingüístico y socio-afectivo están íntimamente relacionados y se influyen mutuamente. Si una persona sorda no dispone de un código que le permita comunicarse y representar la realidad, su desarrollo cognitivo se verá afectado, ello a su vez interviene en forma negativa en el desarrollo del lenguaje. Los límites en la comunicación generan inmadurez en el desarrollo social y afectivo. En definitiva, si la comunicación falla o es deficiente, se verá afectado el desarrollo intelectual, la interacción social, la formación del lenguaje y la afectividad.

El niño sordo percibe y experimenta el mundo fundamentalmente a través de la vía visual. La vista se convierte en un sentido guía y asume, complementada por el tacto, la función de percibir la realidad que le rodea.

Es importante el temprano acompañamiento psicológico del niño sordo para que el desarrollo cognitivo sea acorde con lo esperado según su edad, muchas veces se produce distancia entre la edad cronológica y el nivel de desarrollo cognitivo esperado. Se busca trabajar con la familia ya que el niño deficiente auditivo tiene una autoestima muy baja, falta de valía, lo que lo hace depender del afuera, en una búsqueda continua de signos de amor, reconocimiento, aprobación, elogios, valoración. La madre es quien, en mayor medida, soporta estas demandas. También es la madre quien está más presente en la vida del niño. (Blanca Núñez, 1991).

El aislamiento que puede sufrir una persona por la incapacidad de establecer un contacto libre y normal con otros seres humanos, es una tremenda barrera para su total participación en la vida, lo que en muchos casos produce grandes frustraciones. Su limitación en el plano de la comunicación lo llevará en múltiples situaciones, a no comprender y a no ser comprendido, produciéndole frustraciones. Por ello mostrará conductas de irritabilidad, alejamiento, agresividad. Se debe tener presente que está más expuesto a ser marginado, violado en sus derechos; por lo tanto, sometido a abusos, injusticias, burlas, etc.


En el Centro de Psicologia Clinica Laboral y Forense, brindamos Asistencia Psicólogica en Discapacidad Auditiva:

  • Niños, adolescentes y adultos con problemas de audición (sordos o hipoacusicos oralizados o que manejen la LSA).
  • Padres o familiares de personas con discapacidad auditiva.
  • Orientación a padres.
  • Hijos de personas sordas.

 

 

Centro de Psicología Clínica, Laboral y Forense

 

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