El altruismo y la solidaridad como objetos de estudio sociológico :: Ana Lourdes Suárez

La Asociación Norteamericana de Sociología, que agrupa 45 sesiones, acaba de inaugurar una nueva cuyo objeto de estudio son el altruismo y la solidaridad. Se intenta legitimar una nueva área de especialización. ¿Qué se busca conocer y cómo? ¿Qué aporta esta nueva especialización? ¿Qué perspectivas abre? ¿Qué tipo de preguntas habilita? ¿Qué aportan las perspectivas y estudios latinoamericanos que indagaron sobre la solidaridad en nuestras sociedades? Estas son algunas de las preguntas que comienzo a explorar y pongo en discusión en los próximos párrafos.

El objeto de estudio de este campo disciplinar son aquellos aspectos de la personalidad, de la sociedad y de la cultura que benefician la vida de los individuos y ennoblecen la vida social (Jeffries et al 2006). La propuesta es enfocarse en las fuentes estructurales y culturales del altruismo y la solidaridad social, y sus consecuencias esperadas e inesperadas, a través del estudio sistemático de los aspectos positivos que sustentan las relaciones interpersonales, intergrupales e internacionales. Se trata de comprender cómo las relacionales sociales de diverso tipo pueden tornarse más positivas.

En las últimas décadas la ciencia de la psicología dio un vuelco fundamental al abrirse una nueva orientación (que emerge del trabajo pionero de Martin E.P. Selgman (2003 2005), entre otros) conocida como “psicología positiva”. Esta orientación propone focalizar en las fortalezas humanas, las virtudes y otros aspectos positivos,   restándole importancia a la indagatoria sobre las causas de la enfermedad mental. Desde esta perspectiva la psicología trata de contribuir a una comprensión de lo que es mejor para las emociones humanas y cómo la sociedad puede apoyar el florecimiento psicológico de los individuos. En forma similar, la perspectiva de la orientación sociológica en altruismo y solidaridad, establece las bases de una “sociología positiva”.

Este cambio implicaría dejar de poner el foco de atención en fenómenos “disfuncionales” de la sociedad   (conflicto, violencia, racismo, varias formas de opresión, etc.), y destacar en forma sistemática en nuestros estudios formas positivas de la organización social, estructurales y culturales.   El desafío está en promover desde el herramental teórico y metodológico de la sociología una comprensión de las condiciones necesarias para una visión amplia del bien común que incluya a todos los individuos y grupos.

Obviamente se abren interrogantes básicos: ¿qué son aspectos positivos?, ¿cómo se define el bien, y desde dónde se hace? La discusión está abierta y creo que vale la pena legitimarla, no para resolverla, sino para abrirle espacio a una perspectiva “positiva” en sociología. Jeffries et al (2006) destacan el aporte en esta línea de Burawoy (2005 y 2005) con su modelo de sociología pública. Destacan: “en su modelo sistemático es la forma crítica de la práctica la que debe presentar y justificar visiones del bien como   impulsos a la sociología profesional, política y pública. Al interrogar y definir el bien y propugnar su estudio dentro de este modelo sistemático, la sociología crítica acerca la disciplina a la situación actual en psicología. Aquí el estudio de lo negativo y lo positivo han contribuido a la comprensión de cada uno, y también a la aplicación de conocimiento científico en política social y diálogo público. Cabe poca duda de que parte de la sociología pública debe comprender diálogos sobre lo positivo y lo negativo. (Jeffrie et al 2006:78-79, traducción propia) Estos autores concluyen destacando que así como el campo disciplinar de estudio de los derechos humanos dentro de la sociología es un aspecto de este foco en el bien y en las condiciones de su realización, el desarrollo potencial del estudio sobre altruismo y solidaridad como un campo reconocido de especialización establece aportes en la misma dirección.

Hay un cierto consenso en la literatura académica para definir al altruismo con un doble énfasis en motivaciones y comportamientos tendientes a buscar de alguna forma el bien de otro. La solidaridad refiere a modos positivas de relacionamiento que comportan altruismo y se manifiestan en formas de interacción o relaciones sociales. La interacción solidaria se caracteriza por atributos tales como ayuda mutua, armonía, paz, creatividad constructiva. Sus formas e intensidad son variadas y ranquean de lo micro a los niveles más macro. Desde los clásicos como A. Comte y E. Durkhein se ha prestado atención al tema. Una fuerte contribución fue la realizada por P. Sorokin (1950 y 1954 por ejemplo) en sus estudios sobre el comportamiento altruistico. En la actualidad hay una relevante cantidad de investigación en esta línea que contribuye a destacar que las acciones altruistas y solidarias benefician a las comunidades y a la sociedad como un todo. Muchas de estas contribuciones se efectúan desde redes internacionales académicas que se centran en la temática, como por ejemplo la Red Europea en Filantropia, o la red que recientemente se ha formado con sede en la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos para el estudio de la “generosidad”. Desde estos espacios se está dando forma y definición a las dimensiones de este campo de estudio.

En América Latina se han hecho interesantes contribuciones tendientes a destacar acciones altruistas y solidarias. Entre éstas, destaco por ejemplo los múltiples trabajos efectuados desde el abordaje de las estrategias de supervivencia [1] , muy fecundos para comprender la solidaridad emergente en contextos de marginalidad y exclusión. Se destacan también las contribuciones de estudios enmarcadas en lo que globalmente podría denominarse economía solidaria (Razeto 1986, Coraggio 1998, Forni 2002, entre otros), muy fecundas también para destacar formas productivo-organizacionales de mutua ayuda en contextos adversos. Personalmente creo que algunas de estas contribuciones adolecen de miradas voluntaristas sobre las que se ha construido un diagnóstico social que no se condice con la realidad. Sin embargo creo que retomar estas contribuciones a la luz de una sociología “positiva” afianzaría una perspectiva sumamente rica para nuestras sociedades.

Bibliografía citada

Burawoy, M. 2005a. “For Public Sociology.” American Sociological Review 70: 4-28.

Burawoy, M.. 2005b. “Provincializing the Social Sciences.” Pp. 508-525 in The Politics of Method in the

Coraggio, J.L. (1998) :”Economía Urbana, la perspectiva popular” Edición FLACSO IlDIS- Abya Yala, Quito, Ecuador.

Forni, Floreal. (2002), -comp.- (2002) De la exclusión a la organización hacia la integración de los pobres en los nuevos barrios del conurbano bonaerense Buenos Aires: Ciccus

Jeffries, Vicent Barry V. Johnston, Lawrence T. Nichols, Samuel P. Oliner, Edward Tiryakian, y Jay Weinstein (2006) Altruism and Social Solidarity: Envisioninga Field of Specialization . Publicado en el Newsletter Altruism and Solidarity. Vol 1, 2009

Razzeto Migliaro, Luis (1986) Economia Popular de Solidaridad: Identidad y Proyecto en una Vision Integrada . Santiago de Chile: ICECOOP

Seligman, M.E.P. 2003. “Forward: The Past and Future of Positive Psychology.” Pp. xi-xx in Flourishing: Positive Psychology and the Life Well-Lived , edited by Corey L. M. Keys and Jonathan Haidt. (Washington,DC: American Psychological Association).

Seligman, M.E.P.. 2005. “Positive Psychology, Positive Prevention, and Positive Therapy.” Pp. 3-9 in Handbookof Positive Psychology , edited by C.R. Snyder and Shane J. Lopez. (New York: Oxford University Press)

Sorokin, P.A.   1950a. Altruistic Love . (Boston, MA: Beacon Press).

Sorokin, P.A. 1950b. Explorations in Altruistic Love and Behavior . (Boston, MA: Beacon Press).

Sorokin, P.A. 1954. Forms and Techniques of Altruistic and Spiritual Growth . (Boston: Beacon Press).


Notas:

1. Se inscriben en este abordaje entre otros Duque y Pastrana 1973 “Las estrategias de supervivencia económica de las unidades familiares del sector popular urbano: una investigación exploratoria. Santiago de Chile. FLACSO (mimeo); Lomnitz, L. 1975 Cómo sobreviven los marginados . México siglo XXI; Arguello, O. 1981 “Delimitación del concepto de estrategias de supervivencia y sus vínculos con la investigación socio’demográfica” En Demografía y Economía , vol. XV, nro. 46. México. El colegio de México; Borsotti, C. 1981 “La organización social de la reproducción de los agentes sociales, las unidades familiares y las estrategias” En Demografía y Economía , op. cit; Torrado, S. 1981 “Sobre los conceptos de Estrategias de vida y Proceso de reproducción de la fuerza de trabajo. Notas teórico-metodológicas” en Demografía y Economía op. cit; Cariola, Cecilia –Coord. Sobrevivir en la pobreza: el fin de una ilusión Cendes Editorial Nueva Sociedad; Schmink, M. 1984 “Household economic strategies: Review and research agenda” En Latin American Research Review , vol 19. Albuqueque. University of New México; Hintz, S. 1989 Estrategias alimentarias de sobrevivencia. Un estudio de caso en el gran Buenos Aires . Vol. I y II. Buenos Aires. CEAL; Roberts, B. 1996 “Estrategias familiares, pobreza urbana y prácticas ciudadanas. Un análisis comparativo”. En Anuario de Estudios Urbanos ; González de la Rocha, Mercedes (1994) The resources of poverty: women and survival in a Mexican city , Cambridge, Mass: Blackwell; entre otros trabajos. [volver]