jueves, 17 de mayo de 2012

La Sirenita






LA SIRENITA

Ariel, la sirenita, es hija de Tritón, el rey del océano. Tiene dieciséis años y una voz maravillosa. A Ariel le encanta explorar los restos de viejos barcos hundidos; para ella son tan misteriosos y fascinantes como el mundo humano del que proceden. Pero a Tritón esta afición de su hija pequeña le enfurece porque piensa que puede ser peligrosa.
En este momento, precisamente, Ariel está recibiendo una fuerte reprimenda de su papá por haber husmeado en un antiguo galeón.



Pero la curiosidad es más fuerte que Ariel. Un día, la sirenita sube hasta la superficie del mar y, por primera vez, ve un barco con tripulantes. Entre los navegantes se encuentra Eric, un apuesto príncipe del que Ariel se enamora al instante.
Pero he aquí que estalla una fuerte tormenta. El mar se convierte en un infierno de olas gigantescas que, en pocos minutos, hacen naufragar el barco. Ariel contempla desesperada cómo Eric cae al agua sin sentido.
Pero la sirenita es muy valiente y, a pesar de los peligros de la tempestad, se sumerge para rescatar al príncipe y consigue salvarlo, dejando su cuerpo desvanecido sobre la arena de la playa.




Allí se encuentra con su amiga, la loca gaviota Scuttle, que, a base de saltar sobre el estómago del príncipe, consigue reanimarlo. Ariel está tan contenta que se pone a cantar una hermosa canción. Esa voz es el único recuerdo que le quedará a Eric sobre la pesadilla que siguió al naufragio, pues en cuanto él se recupera, Ariel escapa, sumergiéndose en las aguas del mar.
Ha pasado ya cierto tiempo desde el primer encuentro de Eric y Ariel, pero la sirenita ya siente que está locamente enamorada del principe. La pobrecita sufre mucho, pues sabe que a una sirena no le está permitido amar a un humano.
Úrsula, la perversa Bruja del Mar, aprovecha la melancolía de Ariel para proponerle una malvada solución: si firma un contrato, la bruja le dará el aspecto de una bella jovencita, pero, ¡ay!, a cambio de su preciosa voz.






Ariel duda, mas, finalmente, estampa su firma en aquel terrible papel, a pesar de las advertencias de sus amigos, Sebastian, el cangrejo colorado, y Flounder, el pececito amarillo.
Ariel ya tiene piernas, pero se ha quedado sin voz y no puede hablar con sus amigos...
Tiene que encontrar a Eric cuanto antes, pues Úrsula sólo le ha concedido tres días de plazo para enamorarlo; si al final del tercer día el príncipe no le ha dado un beso de amor, Ariel perderá su voz para siempre...¡ y morirá!
Ariel ha encontrado al príncipe, y éste parece encantado de tenerla como invitada en palacio. Se siente misteriosamente atraído por la belleza de la joven, pero sabe que no puede ser la dueña de aquella preciosa voz, quien, una vez, le salvó de morir ahogado.
El príncipe ha invitado a su desconocida amiga a dar un paseo en coche de caballos.¡Qué feliz se siente Ariel al comprobar que el corazón de Eric late tan deprisa como el suyo!
A pesar de que Ariel no puede articular palabra alguna, el príncipe se encuentra muy a gusto en su
compañía. Al segundo día de conocerla ya la lleva a dar un romántico paseo en barca. Los dos jóvenes se miran tiernamente a los ojos; el paisaje que les rodea hace mayor la intensidad del momento; Eric se inclina para besar a Ariel, cuando, de repente... dos malvadas criaturas hacen volcar la barca de los enamorados. Sí, han sido las dos morenas, ayudantes de la bruja Úrsula, que, a toda costa, quiere impedir que su maleficio se rompa.





El plan de Úrsula no puede ser más perverso: ya tiene la voz de Ariel en su poder, atrapada en una caracola; ahora sólo ha de convertirse en una atractiva mujer para conquistar el corazón de Eric y, así, impedir que el príncipe bese a la sirenita.




La falsa joven no sólo ha conseguido hechizar a Eric, sino que, pronto, va a casarse con él. Imaginad, pues, el desconsuelo de Ariel, que se ve rechazada y destinada sin remedio a morir muda.
Pero el día de la boda, cuando Eric está a punto de decir "sí, quiero", todos los pájaros de la región, amigos de Ariel, interrumpen la ceremonia para evitar que el matrimonio se celebre. Los pájaros descubren la verdadera identidad de la novia, pero, ¡ay!, ya se ha cumplido el plazo de tres días, y Ariel vuelve a convertirse en sirena.
Tritón es alertado por los peces del mar de que su hija pequeña va a morir a manos de Úrsula y, sin perder un segundo, se presenta en la gruta de la bruja para proponerle un cambio: si perdona a Ariel, él le entregará su corona y su tridente para que la bruja se convierta en la reina del océano.
Pero, en ese preciso momento, aparece el principe Eric, dispuesto a salvar a su amada de los tentáculos de Úrsula, desbaratando asi todos sus planes.¡Qué furiosa está la bruja!¡Cuidado, que intenta vengarse! Pero Eric, con gran valentia, consigue acabar con ella, en medio de una feroz tormenta.
Como bien habéis adivinado, queridos amigos, esta historia tiene final feliz:Úrsula desapareció para siempre en el fondo del oceano, Tritón recuperó su corona y su reino...y, ¡por supuesto!, Ariel y Eric se casaron, fueron muy felices y comieron muchas gaviotas..., perdón, quiero decir...¡perdices!









1 comentario:

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