Descubrimiento y Primeras Exploraciones de Baja California

Pronto después de la conquista de México, a Cortez le llamó la atención ciertos relatos que contaban varios de los tribus conquistados con respecto a un país misterioso pero maravilloso que se encontraba lejos, hacia el noroeste. A esta tierra le llamaban Ciguatan, o El Reino de las Mujeres; y declaraban que estaba lleno de oro, de perlas, rubíes, granates, turquesas y muchos otros productos ricos y preciosos. Decian cosas maravillosas con respecto a la gente, las costumbres y la apariencia de esa tierra lejana. Aproximadamente durante ese mismo tiempo (en 1530) un esclavo indio le dijo a Nuño de Guzman, el presidente de Nueva España, de Las Siete Cuidades de Cibola, de sus reputadas grandes poblaciones, de sus calles pavimentadas con oro y plata, y en general, de sus excederes de esplendor. Las maravillas y los misterios que ellos vieron en México hicieron que los españoles fácilmente creeran en el crédito de estos relatos, los quienes también fácilmente conjeturarón que Ciguatan y Cibola podrían ser la misma ciudad. Como motivo real para investigar, había una esperanza potente para la adquisición de un tesoro; la idea apreciada por todos los españoles invasores era de descubrir un canal norteño desde el Atlantico al Pacífico; y la esperanza de explorar las costas y las islas del Mar del Sur.

Así que Cortez el Conquistador colocó unos barcos, los cuales hicieron tres expediciones hacia el norte. En 1533, el primer barco descubrió una bahía; probablemente era la de La Paz en el oriente, o la costa golfa, de lo que hoy viene siendo Baja California. Una segunda expedición navegó en 1534 y en 1535, la cual Cortez acompañó para hacer una inspección personal. Es innecesario decir que las anticipaciones no fueron realizadas y que la colonización se debilitó. En julio de 1539, emocionado por la renovación de los maravillosos relatos viejos, Cortez mandó a Francisco de Ulloa a otra expedición con tres barcos chicos. Ulloa llegó a la punta de la bahía ahora nombrada California, y probablemente vió, desde el Río Colorado, las orillas del territorio que ahora viene siendo “El Estado Dorado.” Ulloa también navegó alrededor de la península y navegó hacía el norte de la costa oeste llegando hasta la Isla Cedros. Parece que en el relato de este viaje primeramente se uso el nombre “California,” el cual su origen a causado mucha dicusión, la cual el Sr. Edward Everett Hale decisivamente resolvió cuando, en 1862, descubrió que el nombre era de origen romantico, siendo el del novio de la heroina Amazonica de Ordonez de Montaloo, Sergos de Esplandian, el cual era muy popular en el tiempo de la Conquista. Este termino fue primeramente usado entre los años 1535 y 1539 para indicar una localidad o sitio en particular, pero pronto fue generalizado para indicar toda la región contigua; y como esta región tenía que componerse de un grupo de islas, la forma plural se usaba – Las Californias o Las Islas Californias. Durante julio, agosto, y septiembre de 1542, Juan Rodriguez Cabrillo, un navegante portugues en el servicio español, siguió la costa Pacífica hacia el norte a un sitio al cual él nombro Puerto de San Miguel, 34 20’N.; esto Evans, en 1879, identificó como San Pedro, pero muchos historiadores mantienen que fue San Diego. Cabrillo murió durante el viaje como el resultado de un accidente, pero la expedición fue seguida al norte hasta llegar al Cabo Mendocino. En 1597, Sebastian Vizcayno navegó desde Acapulco para nuevamente explorar y ocupar para España Las Islas Californias. Su expedición encontró buenos puertos, islas provechosas y ricas cauces de perla, y logró aprovecharse del encuentro notable de un asentamiento de europenses en un sitio nombrado desde entonces La Paz, por el personaje Pacífico de los alborigenes. Este lugar era supuestamente identico con Santa Cruz, la supuestamente isla donde, en mayo de 1535, Cortez había establecido una colonia. Así como la primera, esta colonia de Viscayno fue casi inmediatamente abandonada. Una segunda expedición bajo Viscayno, en 1602, avanzó más allá del Cabo Mendocino. En los años que siguieron, Tomas Cordova, en 1610; Francisco de Ortega, en 1632, y otra vez en 1636; Luis Cestin de Canas en 1642; Porter y Casante, en 1644; Bernal de Pinadero, en 1667; Ysidro Otondo (quien estableció La Paz, una colonia que duró por dos años y después fue abandonada) en 1683; -estos fueron los personajes principales quienes navegaron hacia la península en el siglo diecisiete. También hay varios personajes menores que se presentaron, pero ellos fueron visitantes pasajeros, siendo principalmente aventureros llamados a la atención de la fama de las cauces de perlas. En 1710, un barco de la flota de Woodes Rogers se colocaba en La Paz para reparaciones, teniendo como su navegante al famoso Alexander Selkirk, original de Robinson Crusoe, el cual había sido rescatado el año anterior de la Isla Juan Fernandez.

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