Visión Saltillo.-

Organizaciones criminales transnacionales se han colocado en años recientes en las primeras páginas de los periódicos al lanzar granadas, espectaculares balaceras, secuestros y corrupción.

Esta clase de acción violenta también se muestra con más frecuencia en las telenovelas que se pasan en México, América Latina y Estados Unidos.

Por ejemplo, la serie de televisión “La Ruta Blanca”, que transcurre en México, Colombia y Estados Unidos, es la historia de unos narcotraficantes mexicanos y colombianos. La serie de ficción presenta la producción de cocaína en la jungla y el tráfico de drogas de México y Miami. Violencia y corrupción política son temas importantes de esta serie.

Los programas también muestran las consecuencias negativas del crimen organizado. Como en la vida real, muchos de los narcotraficantes terminan muertos por las autoridades o por sus rivales.

En años recientes, varios programas de televisión han tenido a los narcotraficantes como personajes principales:

• Una serie que se presenta en Colombia (y se trasmite en México en un canal de paga) se basa en la vida del capo de un cártel de la droga, Pablo Escobar. El título de la serie es “Escobar: El Patrón del Mal”. Está producida por Televisión Caracol y fue muy popular en Colombia.

• En 2011 la serie “La Reina del Sur” se presentó en México y en EUA. La serie se basó en la novela del autor español Arturo Pérez-Reverte, y muestra a una mujer que se convierte en una importante narcotraficante en México y España.

• La serie de televisión “El Capo” cuenta la historia de un capo de la droga colombiano con mucho dinero, que mantiene sus negocios en secreto para su familia. Se presenta en EUA y en Colombia.

Narcotráfico, cuestión muy importante

No es de sorprender que historias acerca de capos de la droga se presenten en México, ya que las actividades de organizaciones criminales transnacionales son una cuestión de suma importancia para el país, comentó un analista de seguridad.

“El narcotráfico y la delincuencia organizada son realidades de la vida cotidiana de la sociedad mexicana, que son retomados por los medios de comunicación con realismo”, dijo Raúl Trejo Delarbre, analista de seguridad del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“El crimen organizado no es la única realidad de México, pero hay que decir que es una de las grandes realidades del México de hoy, por lo que los medios buscan plasmarla así ante su público”, dijo Trejo Delarbre.

“La percepción de la sociedad sobre este tema no depende de programas de ficción, sino más bien de lo que se dice en las noticias, y están llenas de estas historias todos los días. Muchas veces, la realidad es más preocupante que la ficción”.

Los programas de televisión puede educar al público

Los programas de televisión sobre narcotraficantes pueden ayudar a educar al público, dijo Juan Camilo Pinzón, el productor de “La Ruta Blanca”.

“El objetivo de producir esta serie es que el teleauditorio conociera la problemática del tráfico de cocaína desde los países andinos hacia Estados Unidos de la forma más parecida a la realidad posible”, dijo Pinzón.

“Digamos que habitualmente, o durante mucho tiempo, se había centralizado este tema en países sudamericanos como Colombia, Perú y Bolivia, pero como es sabido, en la actualidad los narcotraficantes se vieron forzados a moverse a otros países como México, país que se convirtió en un punto muy importante en el tráfico y la ruta de la cocaína.

“El narcotráfico se ha convertido en una cuestión transnacional, que no sólo compete a algunos países de América del Sur, pero está presente a nivel mundial”, dijo Pinzón.

“Nosotros aquí, en Colombia, vivimos y fuimos testigos de la cultura de la droga en los años 80. La cultura de la droga, es, básicamente, la veneración del dinero fácil, que para algunos pocos se convirtió en el atajo, o el camino para progresar en la vida, sin tener luchas”, dijo Pinzón.

Con más audiencia

Además de polémica, las series sobre el narcotráfico logran cautivar a un sector de la población. Por ejemplo, “La Reina del Sur” alcanzó hasta 15 puntos de rating en promedio nacional a través de Galavisión, aunque en el Valle de México llegó a los 21.6.

Desbancó así al melodrama “Emperatriz”, de TV Azteca, que también en ese horario promediaba los 10.8 de rating. A “La Reina del Sur” sólo la superaba “Una Familia con Suerte” con 20.5 puntos y “La Fuerza del Destino” con 19.1 puntos.

Esta producción, protagonizada por la mexicana Kate del Castillo fue además la más cara en la historia de Telemundo; contó con un presupuesto de 10 millones de dólares en total.

Su episodio final tuvo una audiencia de 4.2 millones de espectadores en Estados Unidos. “Pablo: el Patrón del Mal”, del canal Caracol, logró cada noche niveles de audiencia de más de 10 millones de televidentes en los hogares de Colombia mientras que en México en promedio ha obtenido un rating de 16 puntos, lo que equivale a un estimado de 8 millones de televidentes.

El fenómeno de la reina

La televisión abierta mexicana nunca estuvo preparada para ver una escena de Kate del Castillo interpretando a Teresa Mendoza, con su cuerpo desnudo en una tina de hidromasaje, fumando un cigarro de mariguana y tomando tequila. Quizá eso tuvo mucho que ver en que el rating que tuvo el capítulo 1 en Estados Unidos fuera el más alto en toda la historia de las telenovelas de Telemundo.

Tras ver los tres primeros capítulos de “La Reina del Sur” en México, la Secretaría de Gobernación notificó a Televisa la determinación de que a tales capítulos de dicha serie le correspondía la categoría “D” y debían transmitirse después de las 00:00 hrs. Finalmente, al resto de la serie se le otorgó la clasificación “C”.

Precisamente fue la misma Segob, quien llamó la atención a la empresa Televisa, por medio de Héctor Villarreal, subsecretario de Normatividad y Medios de la Secretaría de Gobernación, quien señaló que “La Reina del Sur” era una apología al crimen organizado y violaba uno de los artículos de la Ley Federal de Radio y Televisión que prohíbe la emisión de programas que atenten contra las buenas costumbres y promuevan los actos de violencia.

Incluso el Gobierno del Estado de Sinaloa recomendó impedir la transmisión de la telenovela debido a que Teresa Mendoza es originaria de ese estado y, según las autoridades, en la historia lo mostraban como un lugar donde imperaba el narcotráfico.

Debido a la prohibición de la difusión de narcocorridos decretada por el gobierno sinaloense, las autoridades una vez más pidieron la salida del aire de “La Reina del Sur”, cuyo tema central de la telenovela habla de la narcotraficante Teresa Mendoza y es interpretado por “Los Cuates de Sinaloa”.

Igualmente o más polémico fue el beso lésbico de Kate del Castillo en su papel de Teresa Mendoza con su compañera de celda Patricia O’Farrel, interpretada por Cristina Urgel.

En televisión abierta en la señal de Galavisión, la escena desapareció misteriosamente y provocó que la propia Kate del Castillo enojara.

Hubo incluso un intento por cambiar el final y que los productores mataran al personaje de Teresa Mendoza para que tuviera su merecido por ser una delincuente dedicada al narcotráfico. Sin embargo, eso no pasó porque, evidentemente, el final ya estaba escrito desde 2002 por su autor Pérez Reverte.

DESPIERTAN EL MORBO

El interés del público por ver “ficcionadas” en la pantalla historias sobre este tema tiene como trasfondo a un México azotado por la violencia y la llamada guerra del narco, es decir, la lucha del gobierno contra el crimen organizado que ha dejado más de 80 mil muertos en el sexenio que recién terminó.

Esto se debe, en opinión del escritor colombiano Andrés López López, autor de “El Cártel de los Sapos” y de “Las Muñecas de la Mafia”, a que “el mundo sórdido del narcotráfico es un tema llamativo para la gente que no lo conoce”.

Según el escritor mexicano Juan Villoro, “si bien estas historias despiertan el morbo de la gente, lo cierto es que nadie escribe desde el lugar de las víctimas, y antes más bien se banaliza el tema del crimen organizado”.

En declaraciones al diario bogotano “El Tiempo”, el cineasta colombiano Víctor Gaviria, conocido por sus películas “La Vendedora de Rosas” y “Sumas y Restas”, que muestran la cruda realidad del narcotráfico y la marginalidad en Medellín, manifestó que “la televisión ha banalizado el tema del narcotráfico”.

Al respecto, no faltan las controversias como la que despertó en Colombia la serie “Rosario Tijeras”, una telenovela sobre la historia de una joven que se convierte en sicaria de la mafia y que gozó de gran audiencia a pesar del retiro de la pauta publicitaria.

En Ecuador la serie fue suspendida por “la violencia extrema de su factura”, no obstante lo cual, en julio del 2010 fue estrenada en los Estados Unidos con gran expectativa. La telenovela, basada en el libro homónimo de Jorge Franco, presenta a Rosario, una mujer fuerte y violenta, el terror de los hombres, que jura vengarse de todos los que alguna vez le hicieron daño.

En países como Panamá fue el propio presidente, Ricardo Martinelli, quien se quejó de lo que llamó “las narconovelas colombianas”, pues, a su juicio, “exaltan el narcotráfico, el robo, el atraco y le hacen daño a nuestro país”.