Santísima Llaga

de la Espalda
de Jesucristo


Preguntando una vez San Bernardo a Nuestro Señor en la oración cual había sido el mayor dolor que sufrió en el Cuerpo de su Pasión, respondió el Señor: "Yo tuve una Llaga en la Espalda, honda tres dedos, que se me hizo llevando la Cruz; esta me ha sido de mayor pena y dolor que todas otras; la cual consideran poco todos los hombres por no serles conocida: pero tú tenla en veneración y sabe que cualquier gracia que me pidas en su virtud, te la concederé. Y a todos los que por ella me honraren, les perdonaré sus pecados cotidianos, de los mortales no me acordaré más, y conseguirán mi gracia y Misericordia."

Oración

Jesucristo, mansísimo Cordero de Dios. Yo, pobre pecador, saludo y reverencio tu santísima Llaga, que padeciste en la Espalda llevando tu pesada Cruz, con que por causa de los tres huesos que de ella salían sentías grandísimo dolor sobre todos los otros de tu Santísimo Cuerpo.

Adórote, dolorido Señor mío, reverénciote y glorifícote con lo íntimo de mi corazón y doíte gracias por aquella santísima, muy profunda y dolorosa Llaga de tu Espalda. Suplícote humildemente por aquel duro peso de la Cruz, que tengas misericordia de mí y me perdones todos mis pecados, tanto veniales como mortales y me acompañes en el camino de la Cruz por las sangrientas pisadas tuyas a la bienaventuranza eterna, por los siglos de los siglos.
Amén.


Alabada sea la santísima Llaga de la Espalda de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

El papa Eugenio III a instancias de San Bernardo concedió a quien dijese tres veces el Padrenuestro y Avemaría en honra de la Llaga de la Espalda de Jesucristo, 3.000 (tresmil) años de indulgencia.

Con licencia y censura eclesiástica.


 

Cristo Jesús, ¡oh, fuego que abrasa! Que las tinieblas en mí no tengan voz.
Cristo Jesús, disipa mis sombras y que en mí sólo hable tu Amor
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