google.com, pub-8147523179298923, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Idiosincrasia: significado y formas erróneas - Lengua española y otras formas de decir

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Idiosincrasia: significado y formas erróneas

El significado de idiosincrasia, en la lengua general, es ‘conjunto de características distintivas y propias de un individuo o de una colectividad’.
Es una palabra de etimología griega, formada por idio ‘propio, particular’ y synkrasis 'temperamento', a su vez está constituida por syn ‘unión’ y krasys ‘mezcla’. Los romanos llamaron a este concepto temperamentum ‘combinación proporcionada de los elementos de un todo; moderación, justa medida’ (derivado del verbo tempero ‘moderar’).

En español, el término nació en la Medicina para designar ‘la complexión o mezcla de humores propia de un individuo' y el DRAE lo incluyó en 1869 como ‘temperamento individual, complexión peculiar de cada individuo’:
“...en patología se asegura la herencia con la unión de seres de igual idiosincrasia” (Ecequiel Martín de Pedro, Manual de Patología y Clínica médicas, 1876).
Pero su uso ya se había extendido para referirse a la ‘índole del temperamento y carácter de cada individuo, por el cual se distingue de los demás’ (DRAE, 1884) :
“Su primer pensamiento, en todo conforme a la idiosincrasia de tan positivista matrona [Dª Romualda]” (B. Pérez Galdós, Rosalía, 1872).
Y a los rasgos propios y distintivos de una colectividad:
"El escándalo as la vida, el alma, la idiosincrasia de Nápoles. (Pedro Antonio de Alarcón, De Madrid a Nápoles..., 1861) .
“¡La holgazanería!, es decir, la idiosincrasia nacional; mejor dicho, el genio nacional.” (B. Pérez Galdós, La familia de León Roch, 1878).
En el DRAE de 1884, la definición referida a los individuos sustituyó a la de carácter médico; pero hasta la edición de 2001 no se incluyó la referencia a los rasgos colectivos.
Aunque en el significado original no ha desaparecido de la terminología médica, suele referirse a la ‘disposición particular de un individuo, por la que no tolera un medicamento, alimento u otro agente’ y a ‘las reacciones adversas e inesperadas que producen en un pequeño porcentaje de pacientes’:
“Ingestión de determinados alimentos, que crean una idiosincrasia alimentaria”. (Gregorio Marañón, Manual de diagnóstico etiológico, 1943).

Por otra parte, a menudo se leen y escuchan formas erróneas de la palabra idiosncrasia: *idiosincracia, *ideosincrasia o *ideosincracia.

En *idiosincracia, pueden coincidir la ultracorrección de la –s- (por parte de los hablantes con seseo) y la analogía con las palabras terminadas en –cracia ‘poder, dominio’ (democracia, aristocracia...):
“Cierto que a veces [Cervantes] idealizaba de sobra, a despecho de su idiosincracia realista”. (M. Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, España, 1880).
“...nuestra idiosincracia es ajena a toda inspiración foránea...” (Ernesto Sábato, Abaddón el exterminador, Argentina, 1974).
Con *ideosincrasia, el hablante pretende corregir la supuesta reducción del hiato eo en io (propia de hablantes con poca formación: *pelió ‘peleó’; *pior ‘peor’) y la asocia etimológicamente con idea (como ideología o ideograma). También influye que el componente idio- se asocia más fácilmente con las palabras de connotación negativa idiota, idiotez o idiotismo que con las neutras idioma o idiolecto.
“La ideosincrasia del sujeto cartesiano: su resistencia a la trascendentalidad” (Título del artículo de Elena Nájera Pérez incluido en Trascendentalidad y racionalidad, España, 2000).
En *ideosincracia se unen los dos errores anteriores y podríamos decir que el hablante le da el significado de ‘ideas sin poder’ o ‘el poder de las ideas’ (no sabemos qué valor da a –sin-).
“El majestuoso centro de Europa tendría que revivir de las cenizas y ellos ya se encontraban muy lejos, en otro mundo, con otra ideosincracia...” (Cristina Bain, El dolor de la Ceiba, Colombia, 1993).
A menudo encontramos la palabra idiosincrasia acompañada de adjetivos del tipo propia, particular, o específica. Si no es con fines estilísticos, se trata de una redundancia innecesaria, porque uno de sus formantes léxicos ya significa ‘propio, particular’:
“Unid la idiosincrasia propia de los países asiáticos, [...] y podréis daros cuenta de la complejidad de Lenin”. (Ángel Pestaña, La caída del dictador, 1932).
Finalmente, sobre los adjetivos derivados de idiosincrasia, el Diccionario Panhispánico de Dudas acepta tanto idiosincrásico como idiosincrático, pero este último, formado a partir de la forma errónea *idiosincrasia, nolo recoge el DRAE.

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