miércoles, 25 de abril de 2012


ORGANIZACIONES AMBIENTALES DE LA SOCIEDAD CIVIL

Las organizaciones civiles de defensa y conservación del medio ambiente han sido determinantes para un cambio cultural y político en lo que se refiere a la gestión ambiental. Los movimientos ecologistas han creado un nuevo tipo de ciudadanía global preocupada de la protección y defensa de la naturaleza. Estas organizaciones están constituidas como asociaciones civiles, instituciones de asistencia privada o vinculadas a instituciones académicas u organizaciones no gubernamentales. Estos movimientos conforman redes de ciudadanos que tienen como objetivo impulsar iniciativas de ley y políticas públicas que ayuden a proteger los ecosistemas y la biodiversidad de la tierra. La más conocida es Greenpeace que durante 40 años a estado luchando por la causa del medio ambiente. De echo se ha logrado la nada honrosa reputación de ser el enemigo numero uno de corporaciones y gobiernos que no respetan el medio ambiente. De echo sus activistas son muy conocidos por realizar actos de acto impacto que buscan ante todo señalar, protestar y crear conciencia sobre los daños ambientales principalmente en lo que se refiere a matanza de ballenas, pruebas nucleares y deforestación de los bosques.

LA EMERGENCIA DE LA SOCIEDAD CIVIL

Aludir a la sociedad civil remite a una pluralidad de posturas y menciones diversas, significados múltiples y referentes poco precisos suelen evocar anhelos y aspiraciones colectivas respecto al desarrollo de acciones compartidas que buscan transformar la realidad imperante. El tema de la sociedad civil no es nuevo, intelectuales como Lechner, Locke, Ferguson, Hegel, Marx, Gramsci y Bobbio, entre muchos otros, han aportado al análisis de la noción de sociedad civil. Ello ha tenido un efecto polisémico. Olvera (2003: 23) muestra cómo el significante de sociedad civil se ha vaciado de su significado original convirtiéndose en flotante:

Apelar al concepto de sociedad civil constituye un riesgo. Nos enfrentamos a un término polisémico que es objeto de un interminable debate sobre el cual al parecer no puede llegarse a un consenso. Como sucede con todas las modas intelectuales, la idea de sociedad civil se ha vuelto ubicua y ha sido apropiada incluso por los organismos financieros internacionales, los gobiernos y los medios de comunicación masiva, privándole de su sentido original. Así entendemos a la sociedad civil como un conjunto heterogéneo de múltiples actores sociales, con frecuencia divergentes entre sí, que actúan en el espacio público. La sociedad civil no suele aportar por sí misma ningún proyecto de transformación radical ni un programa político específico. Normativamente, tiende a promover el principio de un control social sobre el Estado y el mercado y a defender el Estado de derecho y la cultura de la tolerancia. La sociedad civil tiene una composición variable en cada país según las condiciones históricas específicas de su formación y desarrollo, siendo un conglomerado multifacético de actores sociales que no se reduce a las organizaciones llamadas no gubernamentales. Nuevamente Olvera (2003: 30-31), la sociedad civil es un resultado contingente de la construcción de la modernidad que sólo se consolida plenamente con la democracia y el Estado de derecho.

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