jueves, 11 de agosto de 2011

Estudio Clínico de las Parafilias……!

“Parafilia por la que objetos no vivos como ropas, zapatos, cabellos o uñas, son utilizados de manera repetida y preferida para la excitación sexual, la masturbación, el coito y la fantasía”. Se trata, como vimos de una parafilia por alteración en la elección de objeto: Fetichismo.


Lo más común es que el fetichista sea un varón de edad mediana, heterosexual, practicante habitual de la masturbación. El mismo tiene un valor simbólico que sustituye al objeto hetero u homosexual habitual. Los fetiches pueden ser: una prenda de vestir como bombachas, slips, zapatos, botas, medias, ligas, polleras, blusas y cualquier otra prenda de vestir femenina, ya que el fetichista se trata de un varón heterosexual en la mayoría absoluta de los casos.

También la llamada Pedofilia llamada paidofilia. Es la parafilia en que el objeto sexual elegido para la excitación y relación sexual es un niño de edad prepuberal. Si el parafílico es adulto, el niño prepúber debe ser por lo menos 10 años más joven. Si se trata de un adolescente mayor, no se requiere una diferencia de edad precisa. Puede ser hetero u homosexual “. Es una de las parafilias específicas y tiene una larga tradición histórica.

Millones de niños son abusados sexualmente en todo el mundo, en el 90 por ciento de los casos, en su propio hogar. No todos los abusos son cometidos por paidófilos.
Los paidofílicos explican sus conductas abusivas a través de pretextos pueriles como que “hay que enseñarles la vida” o que “el placer es bueno para los chicos”, o simplemente que el niño los provocó sexualmente. Como es lógico, los paidofílicos ocultan celosamente su problema a los demás, aunque suele provocarles malestar.

Otra es la Necrofilia. Es la parafilia no especificada caracterizada por atracción y actos sexuales con cadáveres, personas muertas. El frío cadavérico es un verdadero excitante para el verdadero necrófilo. Viene del griego “nekrós” (muerto) y “philéa” (amar).

Por sadismo: Son los descuartizadores, los que desentierran cadáveres, que pueden culminar con actos de canibalismo; o los enfermeros que copulan con los recién fallecidos. Por amor: Hacen el amor por última vez con la mujer amada fallecida, negando la muerte. En estos casos, se trataría de un acto necrófilo aislado. Y por semejanza:

Otra desviación es el Parcialismo. Es una parafilia no especificada que por tanto no cumple con los criterios de las específicas “caracterizada por la atención centrada exclusivamente en una parte del cuerpo”. Es parcialismo fetichista si esa parte no es sexual, como vimos. Pero hay varones parcialistas que se sienten atraídos solamente por alguna parte de su cuerpo (las mamas, por las nalgas, por las piernas)

La Zoofilia es una Parafilia específica, caracterizada por la fantasía prevalente o la conducta de mantener relaciones sexuales con animales. Estas son el método repetidamente preferido o exclusivo de conseguir excitación sexual. Del griego “zôon” (animal) y “philéa” (amor), sus sinónimos son bestialismo, animalismo, zooerastia.

Los animales más frecuentemente usados son los domésticos o de granja: perros, chanchos –la vagina de la chancha o cochina es la más semejante a la vagina de la mujer-, ovejas, burras, yeguas, gallinas. La situación no es semejante en campaña que en la ciudad. En la campaña es común –aunque no universal- que los jóvenes varones se inicien sexualmente con una burra, una ternera, una oveja o una chancha, lo cual surge de las historias sexuales.

La Coprofilia es una parafilia no específica que según nuestra definición  es “una desviación sexual por la que se obtiene placer sexual por el contacto con los excrementos”. El nombre proviene del griego “kópros” (excrementos) y “philia” (amistad).

La defecación es una función natural, y fuente de placer mientras se expulsa y mientras se relaja posteriormente.

Todo lo relacionado con las heces es muy primitivo como fuente de placer, y en algunos primates superiores se observa que las madres comen las heces y toman la orina de sus cachorros. En el ser humano, sabemos que no existe un rechazo por parte del niño hacia sus excrementos, sino todo lo contrario, puesto que ha sido producido por su cuerpo y está cargado con su libido narcisista. Los niños pueden llegar a comer sus heces en una suerte de coprofagia. Pero en la adultez, esta práctica está en el origen de la sumisión ante una autoridad que humilla, y tiene una raíz masoquista”. ……Date pues…… ¡por ahí nos vemos…!


(*) Licenciado en Comunicación Social
Mención Desarrollo Social
Director emisora Océano 91.1 fm




1 comentario: