lunes, 16 de enero de 2012

FUNDAMENTACION


A NIVEL INTERNACIONAL

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el alcohol “es el principal factor de riesgo para la carga de morbilidad en los países en vías de desarrollo de las Américas, y el segundo factor de riesgo en los países en vías de desarrollo de la región”. Revista de la Organización Panamericana de la Salud. Volumen 10, Número 1. 2005.
 El alcoholismo se revela como un problema con implicaciones médicas, psíquicas, educativas, sociales y comunitarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que el 5% de las muertes de jóvenes de 15 a 19 años de edad, en todo el mundo, está asociado con el consumo del alcohol.

A NIVEL NACIONAL
Un estudio realizado por APOYO reveló que en el 2001 existían más de tres mil talleres de fabricación de licores clandestinos a nivel nacional y casi el 50% del total del mercado de bebidas alcohólicas provenía de la industria informal.
Esta industria clandestina fabrica los licores con un grado de alcohol de 35 a 45 por ciento contra un promedio de 10 a 12 por ciento en el caso de los vinos. Además, preparan los licores “bambas” con alcohol metílico que no es apto para el consumo humano y ha causado varias muertes, incluso masivas, en el país.
El alcohol metílico, causante de todas estas desgracias, proviene de Bolivia y llega al país por las rutas del contrabando.
Existen normas legales (Ley 27645) y ordenanzas regionales (Ayacucho, Cusco, Arequipa) que prohíben la comercialización del alcohol metílico pero en la práctica estas disposiciones no se cumplen y la intoxicación de los pobladores continúa.
Se calcula que en el Perú aproximadamente un millón 400 mil personas sufren de alcoholismo, lo que representa un grave problema de salud pública. El asunto es preocupante porque ese cuadro patológico es el causante de accidentes de tránsito, homicidios, suicidios y otras conductas de riesgo que ponen en peligro a la sociedad. Diario La República 13.02.2006.

De acuerdo a la Ley 28681, del 5 de marzo del 2006, el Ministerio de Salud tiene el papel rector en la tarea de prevención sobre las consecuencias dañinas del consumo de alcohol. Para ello debe desarrollar campañas educativas integrales en coordinación con los gobiernos regionales y locales. En la actualidad, la mayor parte del presupuesto de salud destinado a combatir el consumo nocivo de alcohol se concentra en el tratamiento de las consecuencias y atención especializada de la dependencia. El enfoque es recuperativo y asociado a la prestación hospitalaria, en lugar de ser preventivo.


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