Breve historia de la filosofía occidental



Si entendemos filosofía en su acepción etimológica de amor por el saber, entonces es altamente probable que todos los seres humanos sean filósofos, en el sentido de que todos nos planteamos las grandes preguntas sobre la vida. Sin embargo, la filosofía entendida como un conjunto de escuelas o de pensamientos más o menos abstractos, encuentra lugar en varias regiones y culturas distintas. De esta manera, en antigua China destacan las figuras de Confucio, Lao Tzu y Mencio, mientras que en la India son importantes Buda y Mahavira. Antes de ello, puede considerarse a la astrología babilónica como una escuela filosófica, en tanto es una suerte de respuesta a la naturaleza del Universo. También existe una cierta vena filosófica en ciertos escritos hebreos, como por ejemplo en el Libro del Eclesiastés, en la Biblia. El mundo griego anterior a la aparición de la filosofía vivía instalado en la actitud mítica. A través de los mitos el hombre conseguía dar una explicación a los distintos acontecimientos de su vida. Y aunque los dioses son arbitrarios en su conducta, se pueden controlar mediante ritos y plegarias.
El gran acontecimiento espiritual que inician los griegos entre los siglos VII-VI a. C. consiste en intentar superar esta forma de estar ante el mundo con otra forma revolucionaria que apuesta por la razón como el instrumento de conocimiento y de dominio de la realidad. Así, pues, frente a la explicación mítica del mundo aparece en el año 625 a. de C. la actitud racional.
Los griegos descubren que las cosas del mundo están ordenadas siguiendo leyes. El mundo es un Cosmos, no un Caos, por lo que un cuerpo no se manifiesta primero de una manera y luego de otra completamente distinta, sino que en su manifestación hay cierto orden, según su Esencia o Naturaleza. Así, pues, la filosofía nace con el paso del mito al logos: Mito: Imaginación, arbitrariedad, caos. Logos: Razón, necesidad, cosmos. Con los griegos aparece por primera vez el pensamiento en todas sus manifestaciones (ciencia, filosofía, matemática). Las cuestiones filosóficas fundamentales, y las posibles soluciones que se pueden dar a ellas, ya se encuentran en la filosofía griega, y en gran medida en Platón.

Lo característico de la filosofía griega fue su preocupación por comprender el ámbito de la Naturaleza, el cual podemos alcanzar o por el uso de los sentidos, o mediante el uso de la razón. Los primeros filósofos, que son anteriores a Sócrates, se les llama presocráticos y descubren el carácter ordenado, legal y racional del mundo, y en el hombre un instrumento que ha de servir tanto para el conocimiento como para la vida práctica (moral y política): la razón. En sentido estricto, el inicio de la Historia de la Filosofía occidental se sitúa en Grecia hacia el siglo VII a.C., en las colonias de Jonia y suele considerarse como primer filósofo a uno de los Siete sabios de Grecia, Tales de Mileto, que fue además astrónomo y matemático. Los grandes períodos en los que se suele dividir la Historia de la Filosofía occidental no son absolutamente precisos, ya que el pensamiento filosófico no ha seguido una evolución lineal, sino en bucle; con avances y retrocesos. La filosofía griega abarca desde el siglo VII a.C. hasta el siglo III a.C.; pero su influencia se ha prolongado hasta nuestros días, debido sobre todo al pensamiento y la escuela de Platón y Aristóteles (siglo IV a.C.). La principal característica de la filosofía griega es el esfuerzo de la razón humana por explicar todos los fenómenos cósmicos y humanos mediante análisis y argumentos racionales sin acudir a explicaciones de carácter mítico o religioso. El período del pensamiento cristiano dominó en Occidente desde el siglo I hasta el Renacimiento (siglo XV). Las figuras principales del pensamiento cristiano y católico que más han influido en la cultura han sido Agustín de Hipona y Tomás de Aquino. La característica principal de este período fue la subordinación del pensamiento filosófico a la Teología católica, poniendo toda la cultura humana al servicio del catolicismo y de la Iglesia. . Los filósofos ilustrados que más contribuyeron a la evolución filosófica de Occidente fueron Hume y Kant, que situaron el esfuerzo de la razón humana dentro de los límites del empirismo y del racionalismo. Idealismo de Kant: Debemos tener en cuenta si hablamos de estos filosofos el concepto del idealismo, y este no es mas que la teoría filosófica para la cual la realidad es una consecuencia de la actividad del sujeto. El idealismo considera que en el acto de conocimiento el sujeto que conoce influye en la realidad conocida, que la mente está sometida a unos procesos o mecanismos que determinan y construyen la realidad del objeto conocido. Un ejemplo claro de idealismo es el de la filosofía kantiana: Immanuel Kant creyó que la mente impone a la realidad conocida características que son consecuencia de la propia naturaleza de la mente (el tiempo y el espacio, por ejemplo).

Según Kant, el juicio sintético a priori (A priori, es decir, independientemente de la experiencia. Solo en este caso la conexión será necesaria y universal) se construye gracias a la unión entre dos principios: uno material formado por las impresiones recibidas por nuestros sentidos y nuestra experiencia, y otro formal, a priori, innato a nuestra naturaleza e independiente del otro. Estas formas a priori que Kant enumera como Espacio y Tiempo reciben la denominación de Intuiciones.
Otra facultad cognoscitiva es el entendimiento, que reestructura las impresiones sensibles a partir de las formas a priori que tiene y que Kant denomina Categorías al agruparlas en doce diferenciadas. Para explicar la forma en que el entendimiento aplica una u otra categoría al dato sensible, Kant desarrolló una de las partes más complicadas de la Crítica de la Razón Pura, la denominada "Teoría del esquematismo de los conceptos del entendimiento puro".
Todo este planteamiento integra la concepción kantiana de conocimiento, que en la relación de conocimiento el mayor peso lo lleva el sujeto cognoscente ya que son sus formas a priori las que determinan la forma exacta en que la cosa va a ser conocida. Esta es a grandes rasgos la formulación del concepto de Idealismo Transcendental de Kant.
La novedad de esta teoría se debe a que anteriormente era la cosa conocida la que retenía el peso de la relación mientras que el sujeto se limitaba a recibir los estímulos emitidos por la cosa. Las formas a priori aplicadas por el entendimiento hacen que nuestro conocimiento desvirtúe y modifique las impresiones sensibles en lugar de reproducir fielmente la realidad. Debido a ello somos incapaces de conocer la realidad de las cosas exteriores que Kant denomina Cosas en Sí o Númenos en oposición a los Fenómenos o formas en que las cosas se nos presentan a través de nuestras formas a priori. Por tanto, concluye, el verdadero conocimiento solo es posible a través de la Matemáticas y la Física. De esta forma queda delimitado el verdadero Problema Crítico, que se centra en la Metafísica, es decir, hasta qué punto puede la razón elaborar juicios sintéticos a priori sobre el universo, el alma y Dios.

Idealismo de Hegel: Otro gran filosofo es Jorge Federico Hegel. Hay quienes afirman que es Hegel uno de los más grandes virtuosos de la expresión filosófica, no solo por su amplio conocimiento del saber de su época en áreas como historia, arte, sociedad y religión, sino por el prolijo orden en que expone su desarrollo filosófico.
Respecto al problema gnoseológico, Hegel asume las dificultades observadas por Hume (que puso en duda de que poseamos datos objetivo como para afirmar la existencia de algo) y Kant (que redujo la noción de substancia a una categoría o ley de enlace de nuestras representaciones operada por el entendimiento), pero agrega que la existencia de las cosas en sí o substancias, tiene un inconveniente adicional, el de convertir el conocimiento en algo relativo. En parte, Kant había observado esta particularidad puesto que sostenía que el conocimiento era fenoménico. Hegel irá más lejos y dirá que la afirmación de Kant es, en el fondo, admitir que el conocimiento no es más que ilusión. Si un conocimiento es relativo, entonces, no puede ser considerado conocimiento en el sentido pleno de la palabra de manera tal que no puede haber ni verdadera ciencia ni filosofía.
En consecuencia, Hegel elimina la hipótesis de que la realidad esté constituída por substancias y de que éstas sean, como postula Kant, incognoscibles. Plantea entonces un enfoque original: la realidad es un conjunto de relaciones, en tanto que lo absoluto ya no son las substancias sino las relaciones. Desaparece el ser-en-sí (substancialismo) para dar lugar al ser-en-relación-con (relacionismo). No es que Hegel niegue la existencia de las substancias sino que considera que estas constituyen el aspecto más abstracto e inmediato de algo que luego considerado en toda su realidad plena, se desplegará en una riquísima trama de relaciones.
Hegel no quiso eliminar las contradicciones de la realidad, sino asumirlas y comprenderlas, para él, la contradicción es lo que permite explicar el devenir y el movimiento:
Una cosa se mueve, no porque esté en un momento quí y en otro momento allá, sino únicamente porque en uno solo y mismo momento está aquí y no-aquí, porque está y no está al mismo tiempo en el mismo lugar Hegel, Ciencia de la Lógica.

Pero de todas formas, la contradicción explica la autoconciencia y es la razón por la cual Hegel aborda una concepción dialéctica de la realidad:
El espíritu solo conquista su verdad cuando es capaz de encontrarse a sí mismo en el absoluto desgarramiento. El espíritu no es esta potencia como lo positivo que se aparta de lo negativo, como cuando decimos que algo no es nada o que es falso, y, hecho esto, pasamos sin más a otra cosa, sino que sólo es esta potencia cuando mira cada a cara lo negativo y permanece cerca de ello.
Desde la perspectiva hegeliana, cualquier cosa o pensamiento es, en cuanto se considera por sí mismo, separado de sus relaciones, resulta contradictorio puesto que termina por anularse.
Todo organismo es concebido como una totalidad de partes (conviene distinguirlo de otro tipo de totalidades, en tanto que no se trata de un todo ‘sumativo’). Por ejemplo, un puñado de una decena de semillas es una simple acumulación, pero si las disponemos en el suelo dibujando una figura geométrica, digamos un pentaculo, ya no se tratará de una simple suma sino que cada una de las semillas ocupará un lugar necesario para la totalidad, esto es, una función dentro de la estructura. Como las diferentes oposiciones se van integrando progresivamente en unidades superiores conciliadoras que las contienen, finalmente, según Hegel, se encuentra una síntesis última, la síntesis de todas las síntesis que no sería otra cosa que la totalidad sistemática de todo lo real, la totalidad o sistema de todo lo que es. En este sentido, la realidad es concebida como un organismo (un organismo espiritual) en donde nada acontece de manera aislada sino que todo acaba por relacionarse entre sí.
                                                                    Cortesía de Edmyt



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