miércoles, 14 de marzo de 2012

TATUAJES DE ALE GUZMAN


ALEJANDRA GUZMAN 


La rockera mexicana Alejandra Guzmán aún no se ha liberado de una fuerte adicción: la de tatuar su cuerpo.
La vocalista se ha proclamado en los pasados meses poseedora de una nueva vida, en la que ya no hay espacio para vicios como las drogas y el alcohol. Pero este nuevo capítulo quiere que sea tan "indeleble" como las dolorosas experiencias que, dice, transformaron su vida. ¿El recurso? Las agujas con tinta.
La cantante confesó que exhibe en su piel once tatuajes y que cada uno de ellos marca una etapa importante. Por eso, tras superar la crisis emocional que vivió hace dos años y medio, tatuó en su mano izquierda su última adquisición; un símbolo que "significa que la oquedad de lo material sopla el espíritu divino".
La llamada "Reina del rock" ha contado en reiteradas ocasiones que atravesó experiencias muy dolorosas que la hundieron eventualmente en un estado de depresión. Y en la búsqueda de salir de ese capítulo de oscuridad, llegó hasta un temascal para limpiar su aura.
"Estuve ahí una hora y 45 minutos. Ahí estás como dentro del vientre de la tierra y pides lo que quieres y dejas lo que ya no sirve. Entonces, cuando estuve ahí adentro, le dije (al indígena) que me dolía esto aquí (el vientre). Había una piedra que representa la tierra, el fuego, y me lo puso aquí, y de repente lo sentí en el alma y ese día me lo tatué", contó ayer, lunes, en rueda de prensa convocada para presentar su nuevo material "Indeleble".
El temascal es una antigua tradición indígena de América. Se entonan cantos, se habla, se van introduciendo piedras y echando agua con hierbas aromáticas a quienes desean purificarse. Este ritual ocurre en el interior de una estructura creada a semejanza del vientre de la mujer, pues simboliza el vientre de la tierra.
"Es cuando sueltas lo material y realmente te entregas a tu espíritu y te encuentras a ti mismo. Me gusta todo eso, soy muy mística", señaló.
La primera marca que la vocalista se realizó en su cuerpo fue en la espalda baja, cuando tenía 24 años, poco después de tener a su hija Frida, de 14 años.
"Éste quiere decir poder y lucha. Es un excalibur y se lo daban en la época de las tinieblas a los hechiceros", explicó mostrando su espalda baja.
En honor a su hija, luce una "F" en caligrafía, y confesó que es el que más dolor le ha causado por estar ubicado justo sobre la vena yugular.
Más tarde se dibujó en el vientre "las alas de la libertad", el que lució en aquella época en la que se "creía la Reina del desmadre".
Para que la buena suerte no le falte, Alejandra Guzmán se tatuó una sortija en el dedo anular de su mano derecha. Subiendo hasta su hombro derecho, se encuentra una mariposa.
"Es la mariposa de la transformación, pero también es como una máscara", dijo, quizás evocando a aquellos días en los que utilizaba "mucha pestaña postiza, y no reflejaba quién era yo realmente".
En su brazo opuesto luce "el signo del movimiento" .
"Es también el signo del arte, del entretenimiento, que es lo que hago. Son siete monos, porque en el signo chino yo soy mono", detalló.
En el tobillo derecho carga un sol con una media luna y una "brujita" en su interior, más en el dedo meñique una lagartija "que está casi borrada".
También lleva un corazón zelta en el antebrazo aunque no se ve mucho porque se lo realizó con tinta blanca.
"Y me quiero hacer otro. Lo que pasa es que así es, te haces uno, y quieres otro, y quieres otro, y quieres otro...", dijo, como dejando ver que es la única adicción que le queda.







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