miércoles, 7 de noviembre de 2012

Comentario de texto de "Rima LXVI" de Gustavo Adolfo Bécquer

Rima LXVI, Gustavo Adolfo Bécquer

¿De donde vengo? El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
los despojos de una alma hecha jirones 
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria 
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.   

Este poema fue escrito por Gustavo Adolfo Bécquer, uno de los autores más importantes del Romanticismo. Este movimiento literario comenzó en la primera mitad del siglo XIX, sus principales características son la actitud rebelde y la evasión de una realidad que no les gusta y con la que están en desacuerdo.
Bécquer nació el 17 de febrero de 1836 y murió el 22 de diciembre de 1870. Aunque fuera un autor romántico escribió en una época literaria perteneciente al Realismo. 

Uno de sus trabajos más conocido es Rimas y Leyendas, obra a la cuál pertenece esta rima. Rimas y Leyendas es una recopilación de diversos poemas e historias del autor que están divididos en cuatro grandes grupos teniendo en cuenta el tema. Este poema en concreto pertenece al cuarto grupo en el que se resalta la angustia y los desengaños amorosos.

El tema de este poema es la desesperación, que se muestra a través de la situación que cuenta y en la que el poeta evoca recuerdos y hace una revisión de su vida preguntándose muchas cuestiones sobre su origen y sobre su destino. Podemos ver estos aspectos en las preguntas que se plantea: "¿De donde vengo?" y "¿Adónde voy?".

En cuanto a los recursos literarios de significado, se pueden apreciar varias preguntas retóricas, que son preguntas que hace el poeta pero que no esperan respuestas. Las preguntas son las siguientes  "¿De donde vengo?" y "¿Adónde voy?". La primera pregunta la usa para decir de donde viene o la vida que ha tenido hasta ahora. En cambio, la segunda pregunta la usa para expresar su desesperación e incertidumbre hacia su futuro.


El poema está dividido en dos estrofas en el que predominan los versos endecasílabos y heptasílabos. Por un lado, riman los versos pares y por el otro, los heptasílabos impares. La rima es asonante en los dos casos y la métrica es la siguiente: 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 7b, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 7b, 7a.

Se pueden observar algunos recursos literarios de forma. En los versos 1, 2 y 10 podemos ver una anáfora que consiste en la repetición de la preposición "de" a principio de estos versos. Encontramos otra anáfora en  los versos 6 y 13 que consiste en la repetición de la preposición "en" a principio de los versos. Otro recurso literario que podemos encontrar varias veces en este poema es el encabalgamiento, en el que el autor pausa el fin del verso con una coma o un punto y coma sin que coincida con una pausa morfosintáctica. También podemos encontrar varios epítetos que resaltan una característica de un sustantivo que este ya tiene por si mismo. Los encontramos en el cuarto verso "dura roca" y en el sexto "zarzas agudas".


En cuanto a la estructura interna, el poema está dividido en dos partes que corresponden con las estrofas. En la primera se expresa el dolor y la angustia del poema vivencias duras. En cuanto a la otra parte, corresponde a la segunda estrofa y en ella el poeta expresa su inseguridad hacia su futuro. Además, añade que irá a un lugar solitario donde se encuentre una piedra sin nombre que en un futuro será su tumba. A partir de esta información podemos interpretar que, ya que la segunda estrofa expresa su inseguridad hacia su futuro, esta última información representa su inseguridad hacia la muerte.

En el poema abundan las metáforas que se pueden dividir en dos grupos, que, nuevamente, corresponden con las estrofas. En el primer grupo encontramos las siguientes metáforas: "El más horrible y áspero de los senderos", "pies ensangrentados sobre la roca dura" y "una alma hecha jirones en las zarzas agudas". Con la primera metáfora podemos interpretar que su pasado no fue agradable. Con la segunda metáfora podemos interpretar que en su vida hubo mucho dolor y que no fue fácil. Y con la tercera metáfora podemos interpretar que su alma está destrozada por los desamores que haya podido tener. En el segundo grupo encontramos las siguientes metáforas: "El más sombrío y triste de los páramos", "una piedra solitaria sin inscripción alguna" y "donde habite el olvido". Con estas tres últimas metáforas intenta recrear un cementerio, es decir, la muerte. Podemos interpretar "la piedra solitaria" como un lugar tranquilo, solitario y etéreo, y "el olvido" como una oportunidad para dejar atrás su pasado sin que nadie lo recuerde.

En conclusión podemos decir que este es un buen ejemplo de poema puramente romántico de Bécquer que describe muy bien las duras experiencias de la vida de una persona y su miedo o incertidumbre a lo que viene después, es decir, la muerte.











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