Thursday, December 06, 2007

En el microbús la vida es más sabrosa

El transporte público en el D.F. tiene algo más que las simples vicisitudes que vive un ciudadano común y corriente en la ciudad y que para trasladarse hace uso de este…
Al interior de un microbús (minimalización de los otrora Ruta 100), se viven diversos estados de ánimo, actitudes y situaciones sociales provocadas por el apachurramiento que de verdad son dignas de pormenorizar. A continuación una breve descripción de pasajes que ilustran los hechos:

Pompa con pompa, nalga con pito, pito y nalga con mano, nalga con rostro…

-Subes. El camión rebozando de gente
-Súbase por atrás
-Se van recorriendo si son tan amables, -dice el conductor (es imposible recorrerse, está lleno el camión, está hasta la madre). –Hijo de tu puta madre, recórrete tú, a ver culero, recórrete tú, pinche pendejo…
Los usuarios del “micro” dejan el asiento pegado a la ventana siempre vacío y a mucha gente le cuesta trabajo decir, para ocupar el lugar, “me da permiso”. Cuando alguien lo hace, quien está postrado en el sitio, desliza levemente sus nalgas hacia un costado, saca las piernas, no mucho y supuestamente está “dejando pasar a”. El interesado sortea el barrunto espacial, y pasa, entre la cara del ojete que no se quitó bien y el asiento viejo-derruido del camión.. Entonces, se da la inefable “nalga con rostro”, el chofer maneja con las nalgas (nalga con volante), entonces, el que se va a sentar, le restriega a la doñita o al señor estúpido, las nalgas en la cara. Al momento en el que por fin se ha logrado sentar, ya la relación entre el sentante y el sentado es muy poco amigable. El segundo se enoja porque el primero le restregó la nalga en la cara y el primero se emputa porque el segundo es un culero que a pesar de que se le pidió permiso, éste, no se quitó-bien.

Pompa con pompa…

Nunca te sientas, nuuunca.
-Por favor se van recorriendo.
Al interior del camión se hacen dos filas: unos miran de un lado de la acera otros del otro. Las nalgas de muchos van pegadas. Uno va sintiendo la nalga del de atrás y el de atrás va sintiendo la nalga de uno. Cuando hay un bache, el “nalga con nalga” es más intenso, puede ser la de un hombre, la de una mujer, no importa, el proceso nalgueril está a todo lo que da y uno viene sintiendo la parte aguadita de la comisura dérmica de una persona a la que ni en sueños (o a lo mejor sí), se le ha dirigido ni se le dirigirá nunca la palabra, es más, puede ser que ni la mirada. Empero, la condición microbusera de esta, la gran urbe, ha provocada ya, una mediana relación sexual-cuasi genital. Mis nalgas, ya han estado en contacto (ropa de por medio) con las nalgas de cientos de personas más.

Nalga con pito

Ahora, en el interior del micro, dada las apretujancias, puede pasar lo siguiente: no todos van mirando, unos hacia un lado y otros hacia otro. Puede ser, que en lugar de dos, haya tres filas en el vehículo. Entonces, el de la fila de en medio, el tercero en discordia, va apuntando hacia la nalga, de otro (a) que va viendo hacia la calle. Para ello, el de la mitad del micro, tiene que sostenerse no del tubo de arriba, si no de las partes altas de un asiento, lo que voluntariamente o no, lo pone, rodeando al de enfrente.
Si el sujeto (a) en cuestión no tiene ni la más mínima consideración por el “repele” que le pueda provocar al hombre o mujer que va en frente, entonces, en cada arrancón, bache, o en el andar normal del camión, tendrá la posibilidad de arrimar el pito. Entonces, sucede “pito con nalga” o puede ser también “chichi-espalda”.
RRRUUUN RRRRUN hace el camión. En eso enfrenón, en eso venga “pito con nalga” o como se le dice en el bajo mundo “Tecuapetlazo-Tecuapetlazo”. Si no se recibe la mirada mentadora de madre del otro (a), entonces, de buena gana se ha recibido lo que bien puede ser ya una cosa un poco más genital, “pito con una nalga”.

Pito con mano y cara

A ver, los que van sentados, no siempre “ya chingaron”, porque puede ser que una gorda (o) o bien un flaco (a) vaya muy pegado a. Es decir, tocó la de que se armaron las tres filas.
Así que, mientras uno va en su asiento el de enfrente va con el pito muy cerca de la cara y síiii, síii en un enfrenón de esos tan comunes en el micro, tómale culey, ay te va el pene. Recibe uno o propina uno, un Tecuapetlazo o Camaronazo, pero así, de eso que son las 6: 00 horas o las siete o las 9 y uno ya tuvo en la cara el pene de alguien (a través siempre del calzón y el pantalón) esto ya de plano es un exceso, pero en realidad veámoslo así, los humanos y más los mexicanos, somos muy poco renuentes al sexo oral.
Lo mismo sucede con la mano.

En fin, es un error minimizar la cultura popular a una serie de convergencias y divergencias sociales e ideológicas, las expresiones más populares, obvio se encuentran en los sitios que son muy concurridos y que con el deseo per se de vivirlo o no, forman parte de este cotidiano que día a día nos rebasa. Sería un error vivirlo sin notarlo.

El micro es una chulada.

2 comments:

Ireri Herrera said...

jajajajaja no mames!

en una de esas párate, y empieza a cantar tu regeaton

Morgana Cabrona said...

gueeeeeeeeeeeey comprate una nave o te me vaya a dar una enfermedad extraña jajaja